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Algunos eran tan chicos como las gallinas, y otros eran aún más
chicos. Claro, algunos dinosaurios eran muy grandes, pesando
aproximadamente ¡80 toneladas y midiendo 13 metros de altura!
El tamaño promedio de los dinosaurios fue probablemente como el
de un caballo chico.
(1) Dios creó todas las cosas en seis días. Lo hizo así, para fijar
una norma para la humanidad, que ha llegado a ser nuestra
semana de siete días (como está descrita en Exodo 20:11). Dios
trabajó durante seis días y reposó uno, como modelo para
nosotros. Además, estudiosos de la Biblia nos dicen que la palabra
hebrea "día" como está usada en Génesis capítulo uno, sólo puede,
en este contexto, significar un día normal.
(2) Nos dice que Dios creó al primer hombre y la primera mujer
(Adán y Eva) en el sexto día. Muchos datos acerca del nacimiento
de sus hijos y los hijos de sus hijos son dados en Génesis. Estas
genealogías son registradas en todo el antiguo testamento, hasta
el tiempo de Cristo. Ciertamente no fueron cronologías que
duraron millones de años, Sumando todas las fechas y aceptando
que Jesucristo, el Hijo de Dijos, vino a la tierra hace como 2,000
años, llegamos a la conclución de que la creación de la tierra y los
animales (incluyendo los dinosaurios) ocurrió hace sólo unos miles
de años (¡tal vez sólo seis mil años!). De este modo, si la Biblia
tiene la razón (¡y la tiene!), los dinosaurios debieron haber vivido
durante los pasados miles de años.
Si visita Ud. Algún museo verá los fósiles de dinosaurios que son
100% de dinosaurio, no algo intermedio. No hay 25%, 50%, 75%,
ni aún 99% de dinosaurio. ¡Todos son 100% de dinosaurio!
La Biblia nos dice que Dios creó a todos los animales terrestres en
el sexto día de la creación. Como los dinosaurios eran animals
terrestres, tuvieron que haber sido hechos en ese día, junto con
Adán y Eva, quienes fueron también creados en el sexto día
(Génesis 1.24-31). Si Dios diseñó y creó los dinosaurios, tuvieron
que haber sido totalmente funcionales, y hubieran sido 100%
dinosaurio. Esto concuerda exactamente con la evidencia del
registro fósil.
Los evolucionistas dicen que ningún hombre vivió jamás junto con
los dinosaurios. La Biblia, no obstante, hace claro que los
dinosaurios y la gente debieron haber vivido juntos. Como pronto
veremos, hay mucha evidencia a favor de ésto.
En Génesis capítulo seis, leemos que toda carne (los hombres y los
animales) había corrompido su camino sobre la tierra (Génesis
6:12). Quizá la gente y los animales se estubieron matando unos a
otros; tal vez los dinosaurios empezaron a matar otros animales y
a los seres humanos. De todos modos, la Biblia describe el mundo
como "malo". Por causa de esta maldad, Dios advirtió a un hombre
piadoso llamado Noé que iba a destruir el mundo con un diluvio
(Génesis 6:13). Por eso, Dios le mandó a construir una gran nave
(el arca) para que pudieran sobrevivir a bordo todos los tipos de
animales terrestres (que tuvieron que haber incluido a los
dinosaurios) y la familia de Noé, mientras el diluvio destruyera de
una forma poderosa toda la tierra (Génesis 6:14-20). Algunas
personas piensan que los dinosaurios fueron demasiado grandes, o
hubieron muchísimos de ellos para caber en el arca. Sin embargo,
no había muchos diferentes tipos de dinosaurios. Ciertamente hay
cientos de nombres de dinosaurios, pero muchos de estos fueron
dados a sólo un pedazo de hueso o a esqueletos encontrados en
otros países. También es razonable suponer que los diferentes
tamaños, variedades, y sexos de los mismos tipos de dinosaurio
hayan llegado a tener diferentes nombres. Por ejemplo, mire a
todas las diferentes variedades y tamaños de perros, son todos el
mismo tipo. ¡El tipo perro! Probablemente, hayan sido menos de
50 tipos de dinosaurios.
Podemos recordar que Dios, quien hizo todas las cosas y los
dinosaurios, es también el Juez de toda Su creación. Juzgó la
rebelión de Adán con la maldición de la muerte a todo el mundo.
Adán fue advertido acerca de lo que pasaría si desobedeciere el
mandamiento de Dios de no comer la fruta de cierto árbol. "Mas
del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día
que de él comieres, ciertamente morirás" (Génesis 2:17).