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La primera semana de la vida Estaba Juan otra vez all con dos de pblicay,de Jess sus discpulos mirando a Jess
que pasaba, dijo: Este es el Cordero de Dios. Los dos discpulos, al orlo hablar as, siguieron a Jess (Jn 1,35-37). El IV Evangelio presenta una serie de relatos que transcurren durante la primera semana de la vida pblica de Jess. Esta secuencia constituye un Prlogo narrativo, que desarrolla en varias escenas lo que desarroll el PRLOGO teolgico con el que se inici el Evangelio. All se refera una EPIFANA (una MANIFESTACIN gloriosa) de la Palabra: Y la Palabra se hizo carne, y puso su tienda entre nosotros, y hemos contemplado su gloria (Jn 1,14). En el Prlogo narrativo tambin se describe en un relato la Epifana del Hijo de Dios: En Can de Galilea, dio Jess comienzo a sus seales. Y manifest su gloria, y creyeron en l sus discpulos (Jn 2,11). La narracin de esta primera semana comienza con la presentacin que Juan hace de Jess.
Ms que un maestro; ms que el Jess se dio vuelta y, viendo que lo seguan, les pregunt:Mesas Qu
quieren?. Ellos le respondieron: Rabb -que traducido significa Maestrodnde vives?. Vengan y lo vern, les dijo. Fueron, vieron dnde viva y se quedaron con l ese da. Era alrededor de las cuatro de la tarde. Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jess era Andrs, el hermano de Simn Pedro. Al primero que encontr fue a su propio hermano Simn, y le dijo Hemos encontrado al Mesas, que traducido significa Cristo (Jn 1,38-41). Los primeros seguidores de Jess son discpulos del Bautista, que son invitados por su maestro a reconocer a Aquel a quien vena anunciando a orillas del Jordn. Pero estos primeros seguidores no han comprendido el testimonio ofrecido por el Bautista, ya que siguen a Jess como un nuevo MAESTRO, como hasta ese momento haban seguido a Juan. Quieren conocer el lugar de residencia donde enseara, como lo tiene Juan y otros maestros. Al final de la jornada harn un gran progreso, pues Andrs comunicar a su hermano su gran descubrimiento del MESAS. Este progreso, a la luz de lo proclamado en el Prlogo, significa una comprensin insuficiente de la identidad de Jess, el Hijo nico, que est en el seno del Padre (Jn 1,18).