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Nº 033 03 104
Libro:
Cartas Marruecas de José Cadalso Enero 2006
1. Introducción
1
Pág.19, Albiac Blanco, María-Dolores en la introducción “Noches Lugubres” de Cadalso, José
2
Don Marcelino en el artículo de Ridao, José María , “Cadalso y la Ilustración”, el siglo, Nº 685 -6 de
marzo de 2006, 02.01.2006, http://www.elsiglodeuropa.es/siglo/historico/2006/685/685pens.html
3
Informaciones provenidas de Camarero, Manuel, en el libro de Cadalso, José, “Cartas Marruecas”,
ed. Castalia didáctica y de la introducción de Albiac Blanco, María-Dolores en el libro de Cadalso,
José “Noches lugubres”
2
A través de la mirada de un viajero, da unas observaciones inteligentes y nos
propone puntas de vista en contrapunto. 4 Antes de fijarnos en el viaje en “las cartas
marruecas”, vamos a acordarnos de algunos elementos históricos sobre este tópico.
2. El viaje en Mediterránea
a. El mar Mediterráneo
b. Marruecos y España
4
Idea de Ridao, José María , “Cadálso y la Ilustración”, el siglo, Nº 685 -6 de marzo de 2006,
02.01.2006, http://www.elsiglodeuropa.es/siglo/historico/2006/685/685pens.html
5
Informaciones provenidas de Blondy, Alain, article sonore, “Le voyage en Méditerranée musulmane.
Essai de typologie chronologique.” centre de recherche sur la litérature des voyages, 1999,
02.01.2006, http://www.crlv.org/outils/encyclopedie/afficher.php?encyclopedie_id=267
3
Entre España y Marruecos, la distancia parece mínima, sólo algunos
kilómetros les separan, pero este estrecho de Gibraltar esconde una diferencia
mucho más cultural que geográfica. Además, hay que fijarse que la exploración de
Marruecos fue mucho más difícil por los europeos que la del continente africano.
Sólo desde la segunda mitad del siglo XIX se aumenta el número de viajeros por
este país tan cerrado. Porque si el imperio otomana constituye la principal fuerza
oriental del mar mediterráneo, Marruecos es la secunda y gracias a una solidaridad
particular de la población bajo el poder de los Jerifianos, lograron defenderse de las
varias atacas externas. En efecto, era muy difícil para un cristiano a esta época de
quedarse vivo en este país, y viajar por sus tierras era particularmente peligroso, no
sólo por culpa de un fanatismo religioso de la parte de los musulmanes, pero
también por miedo de infiltración y debilitamiento del país.
Las informaciones que tenía Europa durante mucho tiempo se limitó a las
descripciones que Al-Hassan Ibn Mohammed Alwazzan, o sea por su nombre
cristiano Juan Leon, un árabe nacido en Granada, educado en Fez y convertido,
había escrito en 1518. Después, se encuentran escritos de miembros de la Iglesia,
que viajaron del otro lado de la mediterránea, sobre todo para comprar los
prisioneros cristianos, y de embajadores que contrataban con el gobierno. 6
Del otro lado del mar, el primer escrito de un árabe-musulmán sobre Europa
es de 1611, bajo el orden del sultán de Marruecos. En la edad media se halla
intercambios de embajadas, sobretodo por tratar de los capturados. Pero con el
dominio de los Otomanes turcos, los autóctonos no tienen más papel en el mar
Mediterráneo, excepto los Marruecos que resistan a las atacas. El Imperio Jerifianos
tiene una viva actividad diplomática que le permite tener una estabilidad a pesar de
numerosos cambios de dirigentes a la cabeza del poder. Gracias a más de diez
contratos con Europa, y aun con América, los Marruecos pueden desarrollarse en
paz.
Muhammad Ibn Uthman, ministro del Sultán de los Marruecos negoció
muchos tratos de paz y compró muchos prisioneros musulmanes. El va a escribir en
6
Informaciones sacadas del articulo de Jodra, Serge, “les voyages au Maroc”, 2005,
02.01.2006,http://www.cosmovisions.com/ChronoMarocExplo.htm
4
una forma novadora por la literatura árabe, el relato de la compra de los cautivos. Se
trata de la redención, pero tratando los cristianos sin polémica estéril. Se nota en sus
escritos un patriotismo que le anima a jactarse de su propio país pero reconoce las
ventajas adquiridas por los europeos e insiste sobre lo sanitario, la cultura, el
urbanismo, lo militar y lo industrial, esperando seguramente influir así el sultán.
El sultán Muhammad ben Abdallah , con la publicación de los relatos de la
redención de los presos musulmanes, intenta aumentar su prestigio delante los
musulmanes, también del lado otomano y su influencia, utilizándolos como
propaganda. 7
Por los dos lados del mar Mediterránea, el viaje fue un medio de contacto y de
descubrimiento del “otro”. Los autores siempre tuvieron- y siguen teniendo- un papel
importante de transmisión de las informaciones y algunos disfrutaron de esta
ocasión tanto para reflexionar sobre su funcionamiento mismo, como para crear
7
Mouline Al-Andalusi, Mohammed Nabil, articulo sonoro, “Un cas unique dans la littérature arabo-
musulmane: deux récits du rédemptoriste marocain Ibn 'Uthmân al-Miknâsî, à Malte et en Espagne au
XVIIIe siècle”, centre de recherche sur la littérature des voyages, 1999, 02.01.2006,
http://www.crlv.org/outils/encyclopedie/afficher.php?encyclopedie_id=616
8
Pág.187, carta XLII, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. De Arce, Joaquín, 1978
5
fantasías en el imaginario colectivo relacionado a su meta final, construyendo una
imagen bonita o al revés horosa.
3. La topografía
En “las cartas marruecas”, se trata varias veces de como el lugar influye sobre
el carácter humano. Esta idea que el genero humano varia según el clima en lo cual
evoluciona, era una teoría desarrollada también por Montesquieu. Tal vez el ejemplo
9
Curran, Andrew, « Imaginer l’Afrique au siècle des Lumières »,Wesleyan University, Middletown
(CT), 2005, 02.01.2006,
http://72.14.221.104/search?q=cache:RmeEYCjob4sJ:www.cromohs.unifi.it/10_2005/curran_afri
que.html+%22influence+du+climat%22+diff%C3%A9rence+peuples&hl=fr&gl=ch&ct=clnk&cd=
3
6
más idóneo es la carta XXVI en la cual se explica las diferencias entre los españoles
mismos, basándose también sobre el clima.
“Los andaluces, nacidos y criados en un país abundante,
delicioso y ardiente, tienen fama de ser algo arrogantes; pero si
este defecto es verdadero, debe servirles de excusa su clima
siendo tan notorio el influjo de lo físico sobre lo moral. Las
ventajas con que naturaleza dotó aquellas provincias hacen que
miren con desprecio la pobreza de Galicia, la aspereza de
Vizcaína y la sencillez de Castilla;[…].” 10
El clima sirve también de explicación de tendencia guerrera:
“Si desembarcasen algunas naciones guerreras y
desconocidas en los dos extremos de Europa, mandas por unos
héroes de aquellos que produce un clima, cuando otro no da sino
hombres medianos, no dudo que se encontrarían en la mitad de
Europa, habiendo atravesado y destruido un hermosísimo país.”11
Pero no puede excusar la flata de virtud. “Jamás creí que la
honradez y rectitud fuese peculiar a éste u a otro clima;[…].”12
La carta LXXVI que proviene por fin de una dama española tiene mucho por
divertirnos, y entre su digresión aparece el clima como actor en el poder sexual.
“[…]pues aumentando el dominio de mi sexo sobre el
masculino en proporción del calor del clima como se ha
experimentado en la corta distancia del paso de los Pirineos,
deben esperar las coquetas marruecas un despotismo que apenas
cabe en la imaginación humana, sobre todo en las provincias
meridionales de ese imperio.”
10
Pág. 150, Carta XXIV, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín,
1978
11
Pág.92, 93 carta IV, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
12
Pág.225, carta XLII, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
7
a. El viaje
“Las Cartas Marruecas” es la correspondencia entre tres personajes: Gazel,
un joven viajero marroquí, Nuño un español cristiano de edad mayor y el anciano
Ben Beley, sabio marroquí. Los viajes se presentan como fuentes de conocimiento.
“Bien es verdad que, habiendo hecho varios viajes por Europa, me halló capaz, o
por mejor decir, con menos obstáculo que otros africanos; pero aun así, he hallado
tanta diferencia entre los europeos que no basta el conocimiento de uno de los
países de esta parte del mundo, para juzgar de otros estados mismos.”13 Pero
también como fuente de peligro posible y de corrupción. Gazel, hablando de la falta
de amor paternal y filial a Ben Beley. “Este vicio europeo no lo llevaré yo a África.
Me tuviera más delincuente que si llevara a mi patria la peste de Turquía.”14
Aumenta las posibilidades de encuentro. “En la misma posada en que vivo se halla
un caballero que acaba de llegar de Indias con un caudal considerable.”15 Pero nos
muestra también las condiciones de viajes. “Como los caminos son tan malos en la
mayor parte de las provincias de tu [a Nuño] país, no es de extrañar que se rompan
con frecuencia los carruajes, se despeñen las mulas y los viajantes se pierdan las
jornadas.”16 El viaje comercial casi no se trata en la obra, sino cuando trata del lujo.
“[…] toma café de Moca exquisito en taza traída de la China por Londres; pónese
una camisa finísima de Holanda, luego una bata de mucho gusto tejida en León de
Francia; lee un libro encuadernado en Paris, viste a la dirección de un sastre y
peluquero francés;[…]”17
El estilo epistolar conviene particularmente a un personaje viajero. Fue un
género común entre los autores de la Ilustración, permite una flexibilidad de punto de
vista y una gran libertad por esconder varios temas. Los temas propios de la
Ilustración se encuentran en sus cartas: la educación, la virtud, la utilidad 18 y la
noción de hombre de bien.
b. La verosimilitud
13
Pág.85, Carta II, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
14
Pág.136, Carta XVIII, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
15
Pág.146, Carta XXIV, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
16
Pág.247, Carta LXIX, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
17
Pág.185, Carta XLI, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
18
Ver Carta L por ejemplo, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
8
Cadalso emplea varios tipos de engaño para hacer creer al lector que sus
cartas son verdaderas. Pero al mismo tiempo, nos revela que es el autor. Pretende
no saber si las cartas fueron traducidas y al mismo tiempo se nota el estilo particular
de Ben-Beley, su personaje marroquí19. Las opiniones de este africano coinciden a
menudo con las de los ilustrados españoles. Si nos acordemos de la Historia y del
ministro del sultán que llegó a Europa, nos damos cuenta que los temas que el
desarrolló son distintos de los de Cadalso. Gazel utiliza a varias veces expresiones
que parecen mucho más español que marroquí, como viendo un lado “afeminado” a
los árabes. Gazel, hablando de los españoles
“Cuánta sangre derramada durante ocho siglos para
repara el daño que le hizo la afeminación, y para sacudir el
yugo que jamás los hubiera oprimido, si hubiesen mantenido el
rigor de las costumbres de sus antepasados!”20
Es obvio, porque no se olvide que uno escribe para un cierto lector. Cadalso no va a
enviar su libro al sultán de Marruecos ni el embajador marroquí su relato a los
españoles.
Para crear la verosimilitud, Cadalso necesita a sus tres personajes, porque no
puede quedarse sólo con marroquíes, tiene que dar un otro punto de vista, de
alguien que vive al interior de España. En la primera carta dice Gazel:
” Observaré las costumbres de este pueblo, notando las
que le son comunes con las de otros países de Europa, y las
que le son peculiares. Procuraré despojarme de muchas
preocupaciones que tenemos los moros contra los cristianos y
particularmente contra los españoles. Notaré todo lo que me
sorprenda, para tratar de ello con Nuño y después participártelo
con el juicio que sobre ello haya formado.”21
Casi Gazel se vuelve como el catalizo entre las opiniones de Nuño hasta Ben
Beley. Muchas veces las cartas se encabeza con informaciones de los Marruecos,
19
Por ejemplo pág.134, Carta XVII, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín,
1978
20
Pág.93, Carta IV, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
21
Carta I, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
9
pero no siempre ciertas, como que la poligamia sería “mandada expresamente por la
religión.”22 Utiliza varios métodos para convencernos, como el énfasis seguido por la
ironía, y otros recursos retóricos.
Pero la innovación del autor reside en lo que los personajes aunque tratan del
mismo tema dan varios puntos de vista. Es “una defensa e ilustración de España
que consagra la feliz invención de la mirada del extranjero Gazel, del filtro crítico del
extranjero ausente, Ben-Beley, cuya imparcialidad y hombría de bien redime la
tentación xenófoba, mientras el patriotismo crítico de Nuño funciona a modo de guía
y corrección.”23 Y no sólo defiende a España sino también a Marruecos. “Si en lugar
de querer sostener estas locuras se hiciera cargo de lo que merece verdaderos
aplausos, hubiera dado sin duda al africano mejor opinión de la era en que vino a
Europa.” 24
Propone un desplazamiento desde el punto de vista europeo hasta el
africano, y se preocupa también de América, variando las fuentes para tener una
cierta objetividad. Gazel a Ben Beley
“ He leído la toma de Méjico por los españoles y un
extracto de los historiadores que han escrito las conquistas de
esta nación en aquella remota parte del mundo que se llama
América[…].”25 Y hablando de Calendario, da Nuño tantos
puntos de referencias varias. “[…] es el 1774 de la era cristiana,
1187 de la Hégira de los árabes, 6973 de la creación del mindo,
4731 del diluvio universal, 4018 de la fundación de España,
3943 de la de madrid, 2549 de la era de las Olimpiadas, 192 de
la corrección gregoriana, 16 del reinado de nuestro religioso y
piadoso monarca Carlos III, que Dios guarde.”26
4. Conclusión
22
Pág.119, Carta X, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
23
Albiac Blanco, María-Dolores, introducción en el libro de Cadalso, José “Noches lugubres”
24
Pág.199, Carta XLVIII, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
25
Pág.95, Carta V, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
26
Pág.238, Carta LXVII, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
10
Con la obra de José Cadalso, “Cartas marruecas”, no se ve a la Ilustración
como un movimiento francés, sino más bien “un programa que trasciende las
fronteras no sólo en el interior de Europa, sino también las que separan al viejo
continente de Asia o África.”27 Con originalidad y innovación, el autor nos revela una
España en construcción, y con los ideales propios a los Ilustrados, permite al lector
encontrar un camino para mejorarse. Criticar y actuar, reflexionar y compartir, ver al
otro como una oportunidad de conocerse... todos estos valores me parecen todavía
de actualidad. Espero que se sigue la lectura de Cadalso y que su enseñanza va a
germinar, que los intelectuales, en que formamos parte, actúan en la sociedad en
una “acción útil”.
“El ser supremo, que nosotros llamamos Dios y vosotros Alá, y es quien hizo África y
Asia, Europa y América, te guarde los años, y con las felicidades que deseo, a ti y a
todos los americanos, africanos, asiáticos y europeos.”28
5. Bibliografía
Ilustraciones:
27
Ridao, José María , “Cadalso y la Ilustración”, el siglo, Nº 685 -6 de marzo de 2006, 02.01.2006,
http://www.elsiglodeuropa.es/siglo/historico/2006/685/685pens.html
28
Pág.188, Carta XLII, Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
11
www.cartanciennes.free.fr
Libros:
Cadalso, José, Cartas Marruecas, ed. Cátedra, ed. de Arce, Joaquín, 1978
Camarero, Manuel, en el libro de Cadalso, José, “Cartas Marruecas”, ed. Castalia
didáctica
Albiac Blanco, María-Dolores, introducción en el libro de Cadalso, José “Noches
lugubres”
Textos electrónicos:
Mouline Al-Andalusi, Mohammed Nabil, artículo sonoro, “Un cas unique dans la
littérature arabo-musulmane: deux récits du rédemptoriste marocain Ibn 'Uthmân al-
Miknâsî, à Malte et en Espagne au XVIIIe siècle”, centre de recherche sur la
littérature des voyages, 1999, 02.01.2006,
http://www.crlv.org/outils/encyclopedie/afficher.php?encyclopedie_id=616
12