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de la Lengua,
Señoras y señores:
de número en esta docta casa que tuvo como presidente a don Ricardo Palma.
habitual que la tarea del crítico literario sea valorada en los predios de la
lejanos años ochenta, cuando el Perú parecía ahogarse, atónito, ante la marea
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(erudito recientemente desaparecido; profundo conocedor de la obra de Manuel
Polar, en cuya casa del óvalo Higuereta yo discutía, con pasión y algo de
aprendí que la crítica literaria era también una cuestión de estilo y que un
investigador debía tener como norte esclarecer el sentido que subyace a una
verdad absoluta, sino un lector que busca compartir su exégesis con los
receptor como el libre ejecutante de una partitura dejada casi inconclusa por
eximio traductor de Marcel Proust y sutil poeta, afirma sin ambages: “No habrá
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avanzado de posesión de su lengua. Porque el individuo se posee a sí mismo,
se conoce, expresando lo que lleva dentro, y esa expresión sólo se cumple por
medio del lenguaje”1 . Hablar, escribir, leer y escuchar son actividades en las
base de un sistema de signos que compartimos con los demás y así abrimos la
humana.
metafísico inglés John Donne decía: “Ningún hombre es una isla en sí mismo/
Cada hombre es un tramo del continente, una parte del todo”. Por ello, la obra
del 50. En tal sentido, Varela es una de las fundadoras de las tradiciones
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Gabriela Mistral en Chile. Se trata, sin duda, de piedras angulares en el
2Paz, Octavio. “’Destiempos’ en Blanca Varela”. En: Varela, Blanca. Canto villano. Poesía reunida
(1949-1994). México: Fondo de Cultura Económica, 1996, p. 10.
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‘hipoverbales’ tiene las mismas probabilidades de acertar o desacertar
expansivo antes referido con el fin de lograr la precisión verbal. Varela está
asociativo”4.
política, pero que, fiel al trabajo con el lenguaje, cuestiona las fáciles
para escuchar la voz del otro y cuestionar la primacía del discurso patriarcal en
el ámbito de la modernidad.
3 Paoli, Roberto. “Una visión lúcida y desencantada”. En: Varela, Blanca. Op. Cit., p. 19.
4 Castañón, Adolfo. “Blanca Varela: la piedad incandescente”. En: Varela, Blanca. Op. Cit., p. 28.
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Creo que la escritura de Varela tiene dos fuentes: el simbolismo francés
“Nombrar un objeto es suprimir las tres cuartas partes del goce de un poema
Bondy”6. “Destiempo”, poema que forma parte de Ese puerto existe (1959)
del sueño: “Se fue el día/ las escamas del sueño giran”; “Despierto// Primera
5 Mallarmé, Stéphane. Igitur. Divagations. Un coup de dés. Paris: Ed. Gallimard, 1976, p. 392. Tomo la
traducción de Ricardo Silva-Santisteban.
6 Paoli, Roberto. “Una visión lúcida y desencantada”. En: Varela, Blanca. Op. Cit., p. 15.
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isla de la conciencia.// Un árbol”. También en Las ínsulas extrañas de Emilio
vigilia. En tal sentido, Varela establece, con rasgos distintivos, lazos fecundos
multiforme donde se dan cita el monólogo del yo poético, las letras de valses y
incorpora unas notas explicativas del origen intertextual de cada una de las
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fecundos, y las pacificaciones, estériles”7. Es decir, sumirnos en la ausencia de
encauzados hacen que surja la luz al final del túnel. El investigador italiano nos
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José Carlos Mariátegui, en Siete ensayos de interpretación de la
libro Los heraldos negros “es –según el Amauta— el orto de una nueva
poesía en el Perú”9.
significados.
de aquella lucha nace la creación al borde del abismo porque, como el Ave
9Mariátegui, José Carlos. Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana. Lima, Ed. Amauta,
1992, p. 308.
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Bottiroli, Giovanni. “Ibridare, problema per artisti. Alcune tesi”. En:
www.letteraturatuttalavita.blogspot.com (21-08-2008)
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escisión del sujeto y de cómo una lucha entre dos principios (el de la antítesis y
que es como si concibiéramos, ahora, que esta casa fuera un cuerpo; los
pilares fueran los brazos; la entrada, la boca; las ventanas, los ojos, etc.
Veamos la primera parte del poema llamado “Ejercicios”, que forma parte
Un poema
yo
11Lakoff, George y Mark Johnson. Metáforas de la vida cotidiana. Madrid, Ediciones Cátedra, 1995, p.
39.
12Cf. Cardona, Giorgio Raimondo. I sei lati del mondo. Linguaggio ed esperienza Bari, Ed. Laterza,
1985.
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El yo poético como personaje es configurado como un sujeto escindido:
otra se halla en una relación antitética con el mismo texto poético. La obra
una inteligencia figural (una organización del pensamiento basada en las redes
con las palabras y consigo mismo”. El “poema-ser humano” (que arroja al yo)
antítesis, donde se trasunta una escisión entre dos aspectos del sujeto que
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luchan entre sí: uno que cultiva la escritura del poema y otro que ve a este
Además, hay la metáfora “el gran gran aire de las palabras”, donde se
grandeza en tanto producto), sino que implica una concepción plástica, pues se
concibe que las palabras tuvieran volumen (largo y ancho) como si fueran las
monólogo autoritario:
Ve lo que has hecho de mí, la santa más pobre del museo, la de la última
sala, junto a las letrinas, la de la herida negra como un ojo bajo el seno
izquierdo.
Ve lo que has hecho de mí, la madre que devora a sus crías, la que traga
sus lágrimas y engorda, la que debe abortar en cada luna, la que sangra
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entre los personajes del poema. Sin embargo, el final del texto es sumamente
ilustrativo:
forma que infesta todas las prácticas del mundo cotidiano. El ejercicio del poder
degenera al sujeto y hace que la poesía esgrima su voz como una praxis donde
Lautréamont afirmaba que la poesía debía ser escrita por todos. Ezra
Pound decía que ella era una ciencia, tal como lo son la química y la biología.
T.S. Eliot subrayaba que el poeta tenía como misión fundamental preservar su
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lengua. Enrique Lihn, alguna vez, llegó a pergeñar el siguiente ilustrativo verso:
José Emilio Pacheco dice a George Moore, uno de sus más asiduos lectores:
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