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Euráfrica

Emilio del Barco


Agüimes/26/09/03

Mirar hacia atrás sin ira, pero con memoria, conservándola. Sabiendo que, por muy alta
que esté situada una persona, y aunque la rodeen las más grandes leyendas, no deja de
ser humano, con más defectos que virtudes. Un hombre, al elevarse, no se convierte en
Dios, un cerdo no es la crisálida de una mariposa. Un asesino frío, marrullero,
mentiroso, cínico, tramposo, cruel, como ha demostrado ser Sadam Hussein no se
transforma en un angelito inocente, por el simple hecho de haber sufrido una derrota a
manos norteamericanas. Ahora, que desaparezca, como sus terribles armas
inencontradas. Lo erróneo, lo terrible, es que la caída del gran tirano no ha servido para
devolver el país a su pueblo, sino para ponerlo en manos del gran capital internacional.
De Caifás a Pilatos. Ya toda su producción petrolífera ha sido adjudicada a compañías
controladas por los invasores. Por lo que parece, poco beneficio quedará para los
propios invadidos.
Si España quisiera mirar hacia el futuro con tranquilidad, debería desligarse de esta
ocupación, desleal con la ONU y con Europa, y consolidar su papel de país europeo,
nexo entre los países del Magreb, Ibero América y Europa. La continuidad de una
política que choque con el contexto europeo, encontrará siempre un punto de
incomprensión en los otros países miembros de la Comunidad. España debería fomentar
la conexión de Europa con los países hispanos, nuestros descendientes y con los pueblos
del norte africano, nuestros ascendientes. Componentes, además, ambos bloques, de
nuestro hábitat natural y cultural. Lo que se ahorre abandonando la guerra de Irak,
podría invertirse en conectarnos definitivamente con África.
No podemos seguir actuando con desconfianza siempre que se trate del Magreb. Esos
resabios de pasadas conquistas, son los mismos que pudieran sentir los sudamericanos
con respecto a nosotros. La cercanía debería unirnos, no apartarnos. España tendría
que apoyar, intensamente, el antiguo gran proyecto de un paso o puente euroafricano,
que uniese ambas orillas del estrecho de Gibraltar. Resultarían beneficiados los dos
continentes, en lo cultural y en lo económico. Las corrientes de viajeros y mercancías
que atravesaran el territorio nacional, algo irían dejando por el camino, cultura,
comprensión y riqueza. El paso de Gibraltar sería un lugar privilegiado a nivel mundial.
Una vez superadas las dificultades del Canal de la Mancha, la tecnología ya existe. Y
financiación internacional no faltaría, si se sabe sembrar la semilla con tiempo. El
acercamiento de ambos mundos nos haría conocernos y estimarnos, más y mejor.
Emilio del Barco.. DNI 27.968.889.. Tel./ 928 78 09 67 .. 35259 Agüimes,, Gran
Canaria.. delbarco@terra.es

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