Professional Documents
Culture Documents
A la hora de realizar un programa Master la mayoría de los estudiantes se encuentran con la misma
dificultad: su limitada capacidad financiera. Afortunadamente, tanto las escuelas como las entidades
bancarias de nuestro país se han preocupado de buscar soluciones, y hoy por hoy las posibilidades
de pago aplazado, o la amplia oferta de préstamos para postgrado, ponen estos programas al alcance
de casi todos los bolsillos.
Fermín Gómez
Redacción Aprendemas
Marzo de 2005
En cuanto a las becas, sólo se encuentran disponibles para una minoría y, aunque
consiguiéramos una, la mayoría de las veces no cubren al completo los gastos que
lleva aparejado un programa de estas características.
Si el que realiza un master asume ese gasto porque supone que va a ver mejorados
sus ingresos en un futuro cercano, y que así también va a incrementar su
aportación al erario público a través de los impuestos, parece una reclamación
legítima que tal gasto en formación de postgrado sea deducible en el IRPF durante
los años posteriores a la conclusión del curso. Hay que recordar que son muchos,
ya sea por estos o por otros medios, los países europeos que financian los estudios
de postgrado de sus compatriotas.
Sólo hay una manera de que un particular deduzca los gastos generados por un
curso de postgrado: el caso de que este esté dado de alta en el régimen de
autónomos, ya que éstos pueden deducir la formación que reciben para la mejora
de sus competencias en el trabajo.
Tradicionalmente, los bancos han sido reacios a prestar dinero a los estudiantes.
Dado su escaso poder adquisitivo, parece explicable que se mostraran muy cautos y
que sobre todo fueran más partidarios, únicamente, de la colaboración con las
universidades para el cobro de tasas de matrícula, quizá a lo sumo de participar en
algún que otro programa de becas o simplemente para guardar el dinero de estos
estudiantes en cuentas corrientes.
Por ejemplo…
El periodo de carencia suele ser algo demandado por los futuros alumnos de
cualquier tipo de máster, ya que permite pagar sólo los intereses (o incluso nada)
cuando se está cursando el programa, y diferir el pago al momento en que ya se
está trabajando. Por ejemplo, en el caso anterior, se podría realizar el programa (10
meses) sin pagar nada, comenzar a trabajar y tras un año, con una situación
laboral estable, comenzar a pagar las cuotas del préstamo con el propio sueldo.
Sin embargo, existen escuelas que en lugar de negociar con los bancos créditos
para sus alumnos prefieren sólo asesorar y poner a ambos en contacto. En general,
las condiciones no diferirán demasiado de las de otros productos disponibles en el
mercado y por eso todos tienen que ser valorados y comparados por el estudiante.
Muchas veces, será el banco con el que siempre hemos trabajado el que, a fin de
cuentas, nos ofrezca las mayores facilidades y ventajas económicas.
Así por ejemplo, el Préstamo Postgraduado ofrecido por Caja Navarra tiene uno de
los tipos de interés más bajos de todos los préstamos dirigidos a este tipo de
estudios, pero claro, de él sólo pueden beneficiarse sus clientes. Interesante
asimismo es el Préstamo Master Blue Joven ofrecido por el BBVA en condiciones
ligeramente más ventajosas (Euribor + 1%) aunque en este caso dirigido
exclusivamente a estudiantes de las escuelas que este banco considera de mayor
prestigio.