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Agustin de Hipona se confiesa con el padre Baudelio en el siglo XXI.

PADRE BAUDELIO.- ¿Dónde naciste, hijo?

AGUSTÍN.- En Tagaste, Numidia, en Africa, padre.

PADRE BAUDELIO.- ¿En qué año?

AGUSTÍN.- En 354, después de nuestro señor Jesucristo, el 13 de


noviembre.

PADRE BAUDELIO.- ¿Cómo se llamaba tu papá?

AGUSTIN.- Patricio.

PADRE BAUDELIO.- ¿A qué se dedicó?

AGUSTIN.- Fue propietario rural.

PADRE BAUDELIO.- ¿Buen cristiano?

AGUSTÍN.- No padre, él fue pagano. Cristiana mi madre, ella sí rezaba


todo el día, y en las noches, cuando mi papá no llegaba a dormir a
casa.

PB-. ¿Y, ella, tu madre, cómo se llamó?

A.- ¿Ya se le olvidó su nombre? Ella fue famosa como santa, para
nuestra santa iglesia.

PB.- Claro que me acuerdo, nada más que quiero lo digas, recuerda
que te estas confesando.

A.- Está bien padre, con tal de recibir su santa bendición, lo diré? Ella
se llamó Mónica.

PADRE BAUDELIO.- ¿Dónde hiciste tu primaria?

AGUSTIN.- Asistí a escuelas en Tagaste, y en Cartago hice mis


estudios superiores.

PADRE BAUDELIO.- ¿A quienes has considerado influyeron en tí?

AGUSTIN. Cicerón, sin ponerlo en duda, por su obra el “Hortensio”,


que por cierto hoy está perdido. Y mi madrecita santa quien influyó
mucho en mi ánimo.

PADRE BAUDELIO.- ¿Has sido maestro?


AGUSTÍN.- Enseñé en Tagaste allá por el año de 374. Después fui a
Cartago, permanecí del 375 a 383. Por último enseñé en Roma, en el
año 384. Renuncié al cargo de profesor oficial y me retiré a Casisiaco,
en Brianza, ahí viví con un grupo de amigos, mi madre, y mi hijo
Adeodato.

PADRE BAUDELIO.- ¿Fuiste bautizado?

AGUSTIN.- Por supuesto padre. Me suministro las aguas del Jordán el


padre Ambrosio en el año 387.

PADRE BAUDELIO.- ¿A los treinta yb tres años? ¿Dónde estaban tus


papás?

AGUSTIN.- Le recuerdo padre que en el tiempo que nací a uno lo


bautizaban a la edad de Cristo. Yo fui el que inventó que al recién
nacido se le bautizara al menor tiempo posible, para quitarle el
pecado original que adquirimos por culpa de nuestro padre Adán.

PADRE BAUDELIO.- Tienes razón Agustín, ya había olvidado tal detalle.

PADRE BAUDELIO.- Ahora, cuéntame, ¿Qué fue de tu madre?

AGUSTIN.- Ella murió en Ostia.

PADRE BAUDELIO.- ¿Y tú que hiciste después de su muerte?

AGUSTÍN.- Permanecí en Roma, después regresé a Tagaste, ahí fundé


una comunidad religiosa.

PADRE BAUDELIO.- ¿En qué año y en qué lugar te ordenaron


sacerdote?

AGUSTIN.- En el año 391 , en Hipona. Por el obispo Valerio.

PADRE BAUDELIO.- Tú también fuiste obispo de esa diócesis a la


muerte de Valerio ¿En qué año fuiste nombrado obispo?

AGUSTIN.- En el año 395.

PADRE BAUDELIO.- Me dijeron que estuviste aliado a los maniqueos


¿Es verdad esto?

AGUSTIN.- Era yo muy joven, contaba con 19 años. Y usted bien sabe
que a esa edad cae uno fácil en ese tipo de sectas, o sociedades
secretas.

PADRE BAUDELIO.- Platícame algo sobre el maniqueísmo porque a


estas alturas ya se me olvido que hacían esos “malvados”.
AGUSTIN.- El maniqueísmo fue una religión herética, fundada por el
persa Manes, en el siglo III.

PADRE BAUDELIO.- ¿En qué se fundaba el maniqueísmo?

AGUSTIN.- En el racionalismo, el materialismo, y el dualismo del bien


y del mal.

PADRE BAUDELIO.- ¿En qué año recapacitaste y dejaste esa


“Malevola” secta?

AGUSTÍN.- Ya para el año 384 había dejado el maniqueísmo.

P. BAUDELIO.- ¿Qué fue lo que hiciste cuando estuviste en Milán?

AGUSTÍN.- Considero que fue muy productiva mi estancia en Milán.

P. BAUDELIO.- ¿Por qué la consideraste muy productiva?

AGUSTÍN.- Primero porque aprendí del obispo Ambrosio a enfrentarme


con la Biblia, segundo, porque la lectura de los neoplatónicos me
reveló la realidad de lo inmaterial y la no realidad del mal. Tercero, la
lectura de San Pablo me permitió el sentido de la fe, en la gracia y del
Cristo redentor.

P. BAUDELIO.- Por qué polemizaste con los donatistas, seguidores de


Donato, principalmente con Pelagio?

AGUSTÍN.- Por que Pelagio alegaba que la salvación del hombre


bastaba la buena voluntad y obras, no había necesidad de la gracia
divina.

PB.-¿Entonces no consideras que la fe sustituye a la inteligencia?

AGUSTÍN.- Por supuesto que no la sustituye y tampoco la elimina.

P. BAUDELIO.- ¿Entonces que es la fe?

AGUSTÍN.- La fe es un modo de pensar asintiendo, porque si no


hubiera pensamiento no habría fe. Así tampoco la inteligencia elimina
la fe, sino que la refuerza y la aclara.

P. BAUDELIO.- ¿A qué conduce la razón?

A.- Al entendimiento consciente.

B.- ¿Cómo está eso?


A.- Mire padre, la fe busca, y la inteligencia encuentra.

B.- Tienes razón, hijo mío.

A.- Yo no soy su hijo, mi papá se llamaba Patricio.

B.- Me extraña que me reclames, tú a mi me dices “padre”, yo te digo


a ti “hijo”.

A.- Está bien, padre.

B.- Regresando a lo que me dijiste hace rato.

A.- Qué le dije, padre.

B.- Que la fe busca y la inteligencia encuentra. Me recuerda a lo que


el profeta dijo: “si no creéis, no comprenderéis”.

A.- Cuando anduve de pleito con los Académicos les dije: “deseo
aprender sin demora las razones de lo verdadero, no sólo con la fe
sino también con la inteligencia.

B.- Qué más hijo, qué más.

A.- Aprender de otros cuál es la verdad, o descubrirla por uno mismo.


Aceptar entre los razonamientos humanos el mejor y el más difícil de
refutar. Y sobre el razonamiento afrontar el riesgo de atravesar el mar
de la vida.

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