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PROYECTO / LA HISTORIA PROPIA

PRESENTACIÓN

Un grupo de personas heterogeneas, provenientes de distintas disciplinas y diversos

ámbitos laborales, hemos puesto en marcha un proyecto con el propósito de promover la

inclusión social de adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad; organizando

en ese sentido, un conjunto de actividades grupales, suficientemente estables, que

involucran diversos niveles de producción y desde un marco temporal y espacial

acotado. Nos referimos entonces, a un lugar de encuentro con el otro y consigo mismo

que denominamos “Comunidad”. Implica la participación activa como modo de

involucrarse y adquirir pertenencia, que luego deviene en la transformación de la

realidad concreta.

Desde esta perspectiva, pensamos la inclusión social como un proceso que permite

adquirir la propia voz y participar en el entorno de referencia. En este proceso la

comunidad oficia de puente para poder experimentar nuevas formas de vincularse con el

semejante distinto y con el entorno desde un marco que propicie los espacios de sostén

y confrontación necesarios en la tarea de incluirse.

Así, los beneficiarios se ubican como protagonistas, el equipo de trabajo como los

responsables de acompañarlos y el entorno social el destinatario de los productos que

resulten de las actividades; conformándose una red de sustentación que hará posible

incidir en la construcción de un lugar, habilitando la formación de ciudadanos sujetos de

derecho y sujetos deseantes.


FUNDAMENTOS

En los últimos años hemos sufrido el recrudecimiento de un modelo económico

que profundizó en forma de sucesivas crisis una situación de desgaste que se arrastraba

desde décadas. Esta situación no sólo ha transformado la vida económica del país, sino

también la organización social y los procesos de construcción subjetiva, entendidos

estos como un orden simbólico articulador.

El mercado exime y enamora a la juventud. Los jóvenes pasan de la infancia cada vez

más breve a una danza vertiginosa de las mercancías, convocando aquellos que pueden

pagarla y aquellos que no; además más pobres que no se conforman con la perspectiva

de una vida de trabajo y sacrificio como era el modelo de sus antecesores.

Nosotros pensamos que para rescatar la condición de ciudadanía es necesario

habilitar espacios donde elaborar el impacto de este cambio de la organización social, es

decir poder elaborar la pérdida de aquello que nos articulaba individualmente y en

nuestros vínculos, como respuesta a la fragmentación que impone el mercado, donde el

acento está puesto sobre el objeto y no sobre los sujetos.

El deterioro vivido por un gran porcentaje de la población ha llevado a las

instituciones que trabajan en zonas carenciadas y/o con las personas que se hallan por

debajo de la línea de pobreza, a cumplir una función destinada al sustento de las

necesidades básicas y los derechos fundamentales.

Estas situaciones interfieren a la hora de construir en las personas la formación

del concepto de ciudadanía –con todo lo que ello implica: derechos y responsabilidades-

ya que la marginación y sus consecuencias “derivan en la formación de comunidades

cerradas (“neotribus”) que sólo pueden tolerar sus propios discursos y que son
duramente fundamentalistas. Así, quienes no pertenecen a ellas son excluidos de la

solidaridad y de la comunidad de sentido” (Beatriz Sarlo).

A su vez, estas comunidades se convierten, en el marco social general, en un

incómodo rincón donde se apilan identidades subordinadas: el cantegril, el internado, la

cárcel, las pensiones, la misma calle.

En estos lugares y este estado de cosas, la vida cotidiana se acota a la

inmediatez, y la simbolización intelectual se ve reducida a su mínima expresión.

Esta pérdida de simbolización reproduce la marginación, ya que la persona con

estas dificultades se verá afectada en varios sentidos:

Los obstáculos para poder pensarse a sí mismo como un individuo con opiniones

personales reflexionadas, se agregan a la angustia por las carencias materiales, o

generan la naturalización de esas carencias.

La dificultad para mediatizar los conflictos cotidianos a través del diálogo, con

intercambio de argumentos racionales, implica la acción directa, generalmente violenta.

Esto refuerza un ámbito de intolerancia mutua, donde se pierde el respeto por el otro y

sus derechos, otro al que no se puede leer como una persona distinta.

La pobreza intelectual y la falta de acceso a la cultura también impiden leer el

mundo. Esto vacía de contenido el discurso sobre la diversidad, ya que la persona no

desarrolla sus recursos para representarse situaciones y modos de vida diferentes, que

trasciendan la mera satisfacción de las necesidades inmediatas.


Para poder formar protagonistas de su propia vida cotidiana, social y cultural, es

absolutamente necesario transformar la subjetividad:

Dejar de pensarse como sujetos rechazados o meros receptores de beneficios

asistencialistas, para convertirse en ciudadanos involucrados en un proceso que incluya

tomar conciencia de la situación en la que se encuentran, y reconocer las posibilidades

con las que cuentan para transformarla.

Producir espacios que generen protagonismo, autonomía y crecimiento personal,

social y cultural.

Seguir apostando a los mecanismos que generen la apertura, la coordinación, la

salida al mundo, y por ende la producción de recursos.

EDUCACIÓN, ARTE Y SUBJETIVIDAD.

Relacionar e integrar lo educativo y el arte representa la posibilidad de aprovechar la

potencia del arte en lo que refiere a la producción de sentido y en tanto motor

fundamental que impulsa auténticas transformaciones.

Desde este lugar, los productos artísticos que puedan desarrollarse en actividades con

jóvenes, destacan importancia en relación, a un nivel de producción referido a lo

subjetivo que requiere elaboración de distintas situaciones y otro nivel material, desde el

cual proponemos jerarquizar la importancia de actividades que requieran productos que

serán luego vehículo de intercambio; en principio con el entorno más inmediato y luego

con el ámbito social ampliado.


El arte es entonces, para nosotros, proceso y productos personales y colectivos de los

integrantes de la Comunidad.

Los procesos subjetivos refieren a la internalización de las experiencias que devienen en

una organización particular, matriz de significaciones, desde donde se mira el mundo.

Es desde este “escenario” interno poblado de personajes, vínculos, que el sujeto se ubica

en el mundo, reflexiona y hace.

Cobra relevancia el grupo, entonces, como escenario en tanto estimula y sostiene los

procesos subjetivos, incluyendo la dimensión temporal vinculada a la historia y

constituyendo un ámbito de encuentro esencial en la búsqueda de la diferenciación y

construcción de un lugar que facilite la transición.

El acto creativo es un escenario fértil para el trabajo de elaboración, permitiendo salir de

contextos de bloqueos y producir nuevos saberes que propicien formas diferentes de

estar en el mundo.

Se trata entonces, de ir a un lugar diferente al que el “destino” prevé. Desde el arte, se

elabora un espacio propio, una posición de sujeto.

APUNTES PARA LA IMPLEMENTACIÓN.

Para desarrollar esta propuesta pensamos en dos módulos de trabajo:

 Módulo 1 Historias en Fotografías.

Primer año: Taller Literario y lecto-escritura.

Segundo año: Taller de Fotografía

Taller de Diseño

Taller de Escenografía

Taller de Vestuario y Maquillaje


 Módulo 2 Trabajo en Proyectos.

Primer año: Taller Proyecto y Matemáticas

Segundo año: Taller de Recursos

Taller de Edición

Taller de Eventos

Se estima el trabajo en grupos de no más de 20 jóvenes con una frecuencia de trabajo en

dos veces por semana.

 Módulo para el 3º. Año:


Interacción con otros Proyectos mediante la multiplicación y
transmisión de la experiencia en otros ámbitos comunitarios.

 Módulo para el 4º año:


Producción y oferta a la comunidad de las disciplinas trabajadas
mediante servicios en distintas áreas, y promoción de actividades
culturales y sociales.

A modo de cierre: “La condición esencial de las creaciones del arte consiste en formar

un sistema vivo donde todas las partes se rigen una a la otra y el todo se emancipa

momentáneamente de la muerte, tal como la vida emancipa al sujeto a la vez del cuerpo

de su madre y del cadáver que lo acecha”

Pascal Quignard.

Lic. Ana Gandini

Maestra Carolina Núñez

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