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La historia que voy a contar trata sobre aquellos que llamamos dioses.
Escuchad atentamente porque esta es la verdadera historia...
Hace mucho, un tiempo atrás que no imaginais, solo había un globo en el que
toda la creación estaba mezclada. No había nadie con quien compartirlo, el
globo era grande y pequeño, oscuro y luminoso, todo y nada.
Einhasad y Gran Kain unieron sus fuerzas para salir del globo.
En este punto el globo se hizo añicos. Algunos trozos crecieron para llegar a
ser Cielo, algunos disminuyeron para ser Tierra. Entre el Cielo y la Tierra
había Agua y algunas partes de Tierra formaron Islas.
El espíritu del globo se llamó Ether, por supuesto también hecho añicos con
la rotura del globo. Esto trajo la variedad de animales y plantas entre los
seres. Las "Criaturas del Génesis" fueron formadas a partir de este
espíritu, los gigantes eran la mejor raza. Eran conocidos como los sabios, ya
que su inteligencia era tan espectacular como sus fuertes cuerpos. Los
gigantes prometieron mantener la confianza en Einhasad y Gran Kain ya que
fueron las acciones de los dos dioses las que crearon su vida y su mundo.
Einhasad y Gran Kain estaban satisfechos con los gigantes y los nombraron
ser los amos de todas las criaturas. Esto fue antes de la muerte y de que el
verdadero paraíso existiera.
Einhasad y Gran Kain dieron vida a muchos ahijados entre ellos. Los
primeros cinco gozaron de la autoridad de la tierra. A la ahijada mayor,
Shilen, se le encargó el Agua. Al ahijado mayor, Paagrio, el control del fuego
y a la segunda ahijada, Maphr, el control de las Islas. El segundo ahijado,
Sayha, se convirtió en sabio del Viento. Para la más joven, Eva, no quedaban
elementos, por eso ella creó los Poemas y la Música. Mientras los otros
dioses estaban ocupados con sus responsabilidades, Eva, escribía Poemas y
serenaba a sus hermanos con la Música. Y así empezó la Era de los Dioses no
existiendo ningún lugar en la tierra desconocido para ellos.
Shilen infundió el espíritu del Agua en la primera forma. Así fue como se
creó la raza de los Elfos.
Paagrio infundió el espíritu del Fuego en la segunda forma. Así fue como se
creó la raza de los Orcos.
Pero Gran Kain no se dió por vencido, tras mucho engatusar y persuadir,
pudo conseguir finalmente el consentimiento de Shilen.
"Lo haré pues, pero ya he entregado el espíritu del Agua a madre. Por lo
tanto lo único que puedo darte son las sobras"
Shilen entregó el estancado y corrupto espíritu del Agua a Gran Kain. Gran
Kain lo aceptó gustosamente.
A pesar de todo, Gran Kain sentía que no era suficiente el darle solo un
espíritu a su criatura. Por lo que fue a ver a Paagrio, su hijo mayor, como
Shilen, Paagrio tambien advirtió a Gran Kain. Pero no pudo negarse a su
padre. Por lo tanto entregó el moribundo espíritu del Fuego a Gran Kain.
Este lo aceptó con mucho gusto.
Maphr tambien advirtió y suplicó a su padre con lágrimas en sus ojos pero
terminó entregando el árido y contaminado espíritu de la Tierra a su padre.
Satisfecho, Gran Kain tomó todo aquello que consiguió y gritó "Mirad la vida
de las criaturas que estoy haciendo! Mirad lo que ha nacido con el espíritu
del Agua, el espíritu del Fuego, el espíritu de la Tierra y el espíritu del
Viento. Serán más fuertes y sabios que los Gigantes! ellos dominarán el
mundo!.
Gran Kain gritó con gran orgullo a todo el mundo e infundió el espíritu
dentro de la criatura de su propia imagen. A pesar de todo, el resultado fue
terrible. Sus criaturas eran débiles, estúpidas, maliciosas y cobardes. Los
otros dioses despreciaron las criaturas de Gran Kain. Para superar la
vergüenza de su fallo, Gran Kain abandonó a sus criaturas y se escondió por
un tiempo. Estas criaturas se llamaron Humanos.
La raza de los Elfos era sabia y hábil para realizar la magia. Pero eran menos
sabios que los Gigantes. Por lo tanto, los Gigantes permitieron que los Elfos
les sirvieran en actividades políticas y en temas mágicos.
La raza de los Orcos era fuerte. Poseían una resistencia inagotable y una
gran fuerza de voluntad. A pesar de todo, eran menos fuerte que los
Gigantes. Por lo tanto, los Gigantes permitieron que los Orcos les sirvieran
en la Guerra.
La alada raza de las Arteias era amante de la libertad y poseían una eterna
curiosidad. Los Gigantes querían capturar y subyugar a las criaturas de
vuelo libre, pero en cuanto una Arteia fue encerrada en una jaula, ésta
perdió rápidamente su fuerza y murió. Los Gigantes fueron abandonados,
pero permitieron a las Arteias volar libres. Así que las Arteias visitaban la
ciudad de los Gigantes para traerles noticias de otras partes del mundo.
Los Humanos no podían hacer nada bien y así se hicieron esclavos de los
Gigantes, haciendo todo tipo de trabajos. La Vida de los Humanos no era
mucho mejor que la de los animales.
El gran Kain era un dios libre y desinhibido, pero cometió un gran error
seduciendo a Shilen, su hija mayor. Llevaron su affair, evitando las miradas
de Einhasad, hasta que Shilen quedó embarazada. Cuando Einhasad lo
descubrió, se enfureció. Despojando a su hija de su condición de diosa del
agua, Einhasad ordenó a Shilen que abandonara el continente. El Gran Kain le
dio la espalda y Shilen fue abandonada a su suerte.
Había un total de seis dragones, creados con maldiciones contra los seis
dioses. Shilen se lleno de cólera hacia Einhasad que la expulsó, y hacia el
Gran Kain que la sedujo y después abandonó. Apoyándose en la fuerza de sus
niños, ella creó un ejercito para castigar a los dioses.
A los dragones más fuertes se les ordenó estar al frente del ejercito de
demonios para luchar contra los dioses. Al oír esto, Aulakiria, el dragón de
la luz, mirando con ojos tristes a Shilen dijo:
"Madre, no sabe lo que está haciendo. ¿Usted realmente desea la
destrucción eterna de los dioses? Realmente quiere que su padre, su madre
y sus hermanos caigan a tierra en charcos de su propia sangre?".Sus
súplicas no cambiaron los pensamientos de Shilen.
Al final los demonios invadieron el palacio donde vivían los dioses y comenzó
una feroz batalla. Los seis dragones destruyeron por completo el palacio de
los dioses. Incluso los dioses se sintieron intimidados por la increíble
energía de los dragones. La batalla parecía destinada a durar para siempre.
Y si la guerra no paraba, el mundo dejaría de existir y todas las cosas vivas
serían aniquiladas.
Sin una diosa que gobernara sobre ellos, los espíritus del agua se
encontraron sin propósito y comenzaron a vagar sin rumbo. Un montón de
agua se dirigió hacia un mismo lugar y formo un pantano. El agua no fluyó
entonces en otro lugar y allí se formó un desierto. A menudo, partes del
continente se hundían inesperadamente en el océano o una isla nueva
aparecía repentinamente en medio de ninguna parte. En algunos lugares,
llovió día y noche hasta que todo excepto las cimas de las montañas más
altas se encontró sumergido.
Allí donde seguía habiendo cualquier pedazo de tierra sobre el agua, todas
las criaturas vivas se reunían para preservar su vida y la tierra cayó en el
pandemonium. Tanto en el continente como en el océano, todas las criaturas
sufrían. En nombre de todas las criaturas vivas, los gigantes solicitaron
ayuda a los dioses.
Los gigantes podían montar en carros hechos con sus propias manos y entrar
y salir libremente del palacio de los dioses. Ellos podian usar la magia para
elevar una isla por los aires y vivir en los cielos como dioses. Ellos podian
prolongar sus vidas hasta parecer que vivían eternamente. Los gigantes
comenzaron a pensar que su poder era equiparable al de los dioses. A pesar
de su sabiduría, se hicieron demasiado arrogantes.
Solamente cuando llamas rojas comenzaron a caer desde los cielos los
gigantes se dieron cuenta del tremendo error que habian cometido.
Combinando todas sus fuerzas intentaron frustrar el furioso lanzamiento de
Einhasad y el Martillo de la Desesperanza. Pero incluso con el poder de los
gigantes, no pudieron mas que desviar ligeramente el trayecto del martillo,
que seguia segando las ciudades mientras descendia a el mundo.
“Gran Kain, Gran Kain! Nos hemos dado cuenta de que nuestro camino era
erroneo. Solo tu puedes detener la furia y la locura de Einhasad. No nos
dejes perecer, nosotros que hemos sido nacidos del mismo lugar que tu
mismo, nosotros que somos las criaturas mas sabias y poderosas en la
tierra!”.
Einhasad aun sentia ira, pero no podia actuar contra los deseos de Gran Kain
– la fuerza que poseia era igual a la suya. Ella decidio eso, como habia dicho
Gran Kain, seria mejor dejar a los gigantes en esa tierra estrecha y esteril
para por siempre arrepentirse de sus pecados en lugar de matarlos a todos.
Acabo su caza y volvio a su casa.
El extranjero solto unas risas, levanto la humeante pipa hasta sus labios, y
continuo si historia.
“ No desecheis mi historia automaticamente solo porque sea diferente da
aquella que conoceis de los dioses. No hay pruebas de que vuestros
sacerdotes esten mas cercanos a la verdad que un poeta errante. La historia
de los dioses es la voluntad de los dioses, no de los humanos. Y asi, ¿cómo
pueden unos simples sacerdotes conocen la verdad? Oid de nuevo mientras
continuo. Esta es la historia de la tierra despues de la desaparición de los
dioses. Esta es vuestra propia historia.
Los primeros en tomar control de la situación fueron los elfos, puesto que
ellos fueron la raza responsable de la politica durante la era de los gigantes.
Los elfos tuvieron éxito en la unificación de las razas y continuaron con sus
vidas. Pero a medida que pasaba el tiempo, se mostraba evidente que los
elfos no tenian las mismas capacidades para controlar la tierra que tenian
los gigantes. Los primeros en alzarse ante los elfos fueron los orcos.
“¿Son los elfos mas fuertes que nosotros? No! ¿Tienen los elfos el derecho
de dominarnos? No! ¡No podemos consentir que aquellos quienes son mas
debiles se atrevan a levantarse sobre nosotros!”
La fuerza militar de los orcos era poderosa y, habiendo vivido solo en paz,
los elfos no eran rival para el orgullo y temeridad de los orcos. La mayoria
de la tierra se convirtio en territorio orco en un instante y los elfos fueron
conducidos a una esquina del continente. Aqui los elfos solicitaron ayuda de
los enanos, quienes, con su abundante riqueza y superiores armas, podian
tener una posibilidad contra los orcos.
“Raza de la tierra,” lloraron los elfos, “Venid en nuestra ayuda. Las violentas
hordas orcas nos persiguen con su absoluto poder. Venid – dejadnos
combatir juntos.”
Pero los enanos rechazaron friamente ayudar a los elfos. Para sus ojos, el
mundo habia cambiado en favor de los orcos. No habia razon para los
pragmaticos enanos de unirse con el bando debil. Los elfos se enfurecieron,
pero no podian influenciar en su decisión.
Los elfos decidieron entonces conseguir ayuda de la raza del viento – los
arteias. Sus reconocidas habilidades y ataques aereos serian suficiente
ayuda para que los elfos triunfaran sobre los orcos. Una delegacion elfa
viajó hasta los confines de la tierra buscando la ayuda de los arteias.
“Raza del viento, venid en nuestra ayuda! Los bárbaros orcos nos oprimen
con su absoluta fuerza. Dejadnos unirnos y enseñemosles su estupidez!”
Pero, al igual que siempre, los arteias no estaban interesados en las politicas
o guerras de la tierra. Determinaron no tomar parte en ningun bando y
esconderse en lo mas profundo de las tierras interiores. Los elfos se
desesperaron.
“Alas, nadie nos ayudara! Es este el final de nuestra raza? Son los sucios
orcos quienes tomaran las tierras y reclamaran toda la gloria y la riqueza?”
Desanimados por los pragmaticos enanos y los neutrales arteias, los elfos
estaban abandonados sin aliados que llevaran a cabo la guerra con los orcos.
Abandonados para lamentar su destino, los elfos se sorprendieron con la
aparicion de un extraño entre sus filas. El extranjero se arrodillo ante el
rey elfo, que se acercó para descubrir que el extranjero era un
representante de los humanos. El extranjero llevaba una corona hecha con
ramas de arboles.
El humano hizo una reverencia con su cabeza y habló, “No, sabio rey.
Venimos a ver si nuestras débiles fuerzas pueden ser de alguna ayuda.”
Los elfos se alegraron, puesto que aunque los humanos eran insensatos y
debiles, su gran numero podia ser de ayuda en la batalla.
“Muy encomiable por vuestra parte, rey humano,” conformó el rey elfo.
“Insignificantes seres podeis ser, pero vuestra devota lealtad y voluntad de
sacrificar vuestras vidas por nosotros es admirable. Vamos, adelante a la
batalla para la victoria y vosotros ganareis estar directamente entre los
elfos.”
El rey humano hizo una gran reverencia ante el rey elfo, y levantando su
cabeza, mirando a su homólogo elfo. “Muy noble rey elfo,” dijo, “Nosotros
los humanos tenemos una petición que hacer antes de que combatamos for la
gloriosa victoria de la raza élfica. Nuestro poder es insuficiente. Nuestros
dientes no pueden siquiera arañar la piel de los orcos y nuestras uñas son
inútiles frente a sus músculos. Os rogamos, dadnos el poder de
enfrentarnos a ellos. Enseñadnos los secretos de vuestra magia.”
El lider de los orcos rió mientras partia, “Estupidos elfos. Esta victoria no
es vuestra, sino de los sucios humanos. ¿Cómo os proponeis controlar estos
monstruos que habeis creado?”
Demasiado tarde, los elfos se dieron cuenta que ellos habian tomado bajo
sus alas a la descendencia de los dragones. Una feroz batalla entre poderes
magicos sacudio la tierra una vez mas. Pero los elfos estaban demasiado
debilitados para contener a las fuerzas humanas. Los elfos fueron obligados
a retroceder lentamente hasta que estuvieron forzados a refugiarse en la
seguridad de sus bosques. Desde la seguridad de su posición, preparaban el
choque final contra los humanos. La magia elfica era mas poderosa en estos
bosques y buscaron usar esta ventaja para su victoria.
Los elfos cavaron profundas mazmorras por las que rapidamente se oian los
ecos del chocar de las espadas y los gritos de la batalla. Pero la victoria
final en un asedio que duró 3 meses fue para los humanos. Ni el orgullo de
los elfos, ni los poderes mágicos de los bosques elficos, ni siquiera su
superior magia podia hacer frente a la innumerable marea que formaban las
armadas de los humanos. Los elfos sufrieron un gran daño y con el tiempo
esparon a la profundidad de los bosques. En su retirada, conjuraron
poderosas barreras mágicas alrededor de sus bosques para prevenir el paso
de los humanos o cualquier otra raza.
El cuento era diferente de cualquiera que hubieramos oido, aun asi nos
parecia extrañamente familiar. La hermosa doncella elfa de nuestra
compañía permanecia en silencio, las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
“¿No es irónico que la mas baja de todas las criaturas, los humanos,
obtuvieran finalmente el control de las tierras? Pero eso es el resultado de
la voluntad humana. Ni siquiera los dioses podian imaginar que los humanos
alguna vez se convertirian en los soberanos de la tierra.
“Ahora, os contare el relato del mas brillante reino humano que jamas haya
existido. Esta es la historia de los humanos que caminaron el mismo sendero
que los gigantes.”
CAPITULO XII – LA HISTORIA SE REESCRIBE –
Durante las largas batallas contra los orcos y los elfos, los humanos
comenzaron a formar reinos primitivos entre ellos. El grupo central estaba
compuesto por el clan Athena y humanos hábiles con la magia. Protegían a su
gente con su poder, mantenian el orden mediante amenazas, y
ocasionalmente se veian envueltos en pequeñas y grandes batallas.
La magia negra lanzada para atrapar a Beleth tuvo efectos secundarios. Las
partes mas al sur de la region ahora conocida como Gludio fueron
convertidas en tierra muerta bajo los efectos de la magia negra, y muchos
humanos fueron asesinados cuando el hechizo fue lanzado. El reino hecho la
culpa de esto a Beleth y propago que Beleth era un demonio oculto entre los
hombres.
Durante este periodo, un mago humano aparecio entre los Elfos Marrones y,
aproximandose a su lider, dijo.
“Rey de los Elfos Marrones – tu deseas poder. Pero los debiles Elfos
Silvanos intentan influiros temor para evitar que consigais ese gran poder
que anelas. La unica preocupacion reside entre si atacarlos directamente o
traer una plaga inluso mayor que provoque a los humanos. Son estos
pensamientos insulsos los que han traido la debilidad a la raza elfica.
“Mi nombre es Dasparion y solo soy un simple mago. Pero poseo la fuerza que
deseas. Puedo ayudaros en alcanzar vuestras ambiciones y a cambio deberas
darme lo que yo deseo.”
Seducido por los poderes de la magia negra que poseia Desparion, los Elfos
Marrones aceptaron su proposicion y aprendieron las artes oscuras bajo su
tutelaje. Desparion por su parte adquirio los conocimientos de la
inmortalidad y abandono los bosques satisfecho.
En sus ultimos años, Baium perdio interes en la conquista y uso las fuerzas
del reino para comenzar la construccion de una elaborada torre que se
elevaba hasta las nubes.
“Mi nombre inspira temor en cada rincon del continente. Decenas de miles
de vidas pueden ser perdidas o salvadas con un simple movimiento de mi
mano. Mi poder es absoluto. Solo poder tener este poder por algunas
decadas, No puedo permitirlo! No – Debo obtener una vida eterna de los
dioses y dominar mi reino por siempre!”
La historia, que habia sido cambiada por una comida y la calidez del fuego,
continuaba hacia una desagradable dirección. No conociamos la identidad de
este extranjero, ni siquiera sabiamos porque nos estaba contando estas
historias. Aun asi prestabamos atencion, un publico cautivado, incapaz de
mirar a otro lado o moverse, como si una fuerza invisible nos mantuviera
clavados a nuestros asientos.
El hombre actuaba como si no hubiera nadie mas. Agarro unas cuantas ramas
y hojas secas y las arrojo al fuego agonizante. Las llamas, que
practicamente estaban extinguidas, ardieron nuevamente con renovado
vigor. El hombre ni siquiera habia mirado en nuestra dirección cuando
comenzo a hablar de nuevo.
“Mi relato esta ya cerca del final. La historia que estoy a punto de contar es
muy familiar – de la lucha de poder entre los humanos que sigue incluso en
nuestros dias. Esta es la historia del continente despues del
desmoronamiento de Elmoreden.”
Después de que la caída de estos, una vez grandes reinos, la tierra se vio
convulsa en una horrible agitación y los oscuros tiempos evocaron las
memorias de la consecuencia de la gran plaga. La aristocracia humana lucho
entre ella por la supremacía e incluso concedió tierras a los seres no
humanos a cambio de ayuda militar. Los orcos usaron esta oportunidad para
ganar un equilibrio, sirviéndose de su fuerza para ello. Reorganizando sus
ejércitos, los orcos emprendieron de nuevo su campaña para dominar el
continente. Sus ejércitos eran poderosos y pronto ocuparon las partes
norteñas de Elmore, pero la lucha entre los orcos nobles y los de baja cuna
debilitó su energía.
En medio de estos conflictos, los elfos no podían hacer mas que luchar por
sus vidas contra sus oscuros hermanos. Y los enanos no eran ningún
adversario para el ejército de orcos que actuaba violentamente y fueron
empujados fácilmente a un lado.
Y así Paris lideró a los caballeros del Halcón Blanco, los caballeros del viento
y a los ahora nuevos aliados montañeses a través de las tierras de Gracia
alcanzando muchas victorias militares. Las tierras de Beheim aumentaron en
cinco veces sus fronteras y en cuanto a Paris, él organizó una sublevación
contra la realeza y ascendió al trono.
“¡Señores de la Tierra! ¿No ven que esta ocurriendo mas allá de nuestras
fronteras? ¡Formidables enemigos avanzan hacia nosotros mientras
hablamos! El reino de Elmore ha buscado durante largo tiempo nuestra
abundancia y nuestras tierras y esta solo esperando el momento adecuado
para atacar. ¡Si la región de Gracia de mas allá de los mares decide también
moverse, seremos barridos! No hay otra opción que unir a nuestros
ejércitos bajo una misma bandera y prepararse para la guerra.
Raoul uso la persuasión para atar solidamente las tierras meridionales. Pero
la amenaza del reino de Elmore no era tan grande como se percibía, ya que
ellos se encontraban demasiado ocupados con la masiva sublevación de los
orcos como para centrar su atención en Aden.
No obstante, Raoul primero combinó sus fuerzas con su aliado Inadril, y
juntas estas tierras establecieron el reino de Aden. A diferencia de Paris,
Raoul emprendió una campaña sin sangre y avanzó fácilmente hacia el oeste
para adquirir Kiran y Dion.
Aden se mostró a si misma una vez que era una fuerza a reconocer con su
acertada defensa contra el ataque de Elmore. Sin embargo, se dio la vuelta
a una nueva pagina en la historia con la repentina muerte de Raoul.
Detectando el apropiado momento para atacar, Elmore invadió en varias
ocasiones las tierras del norte de Aden. El sucesor de Raoul, Travis
consiguió librarse de los invasores, pero el pronto murió a causa de una
misteriosa enfermedad. El siguiente en la línea del trono era un chaval de
dieciséis años llamado Amadeo.
Asteir, el expulsado rey de Elmore, unió sus fuerzas a las de Aden, el que
había sido durante largo tiempo enemigo de su padre.
Estas fueron las mejores noticias para Amadeo, y utilizó esa tregua en la
lucha para fortalecer el reino de Aden. A través de estos esfuerzos, Aden,
Elmore y Gracia entraron en un periodo de paz y se dio paso a una difícil
época de paz.