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GRUPO DE INVESTIGACION SOBRE CONFLICTO SOCIAL Y PREVENCIÓN DE LA

VIOLENCIA Y LA CRIMINALIDAD
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA
FACULTAD DE BELLAS ARTES Y HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES E IDIOMAS

AQUÍ NO PASA NADA


SANTA ROSA DE CABAL

OBSERVACIÓN PREVIA: Las imágenes aquí insertadas de autoría (GAG) han sido
seleccionadas con la intención de contrastar lo que aparece en la superficie,
externamente, como fenómeno de una ciudad en la cual muchos afirmar creer que es un
“remanso de paz” y la realidad dramática cotidiana que viven muchos de sus habitantes.
Lo que aquí se relata del B. La Trinidad no es exclusivo ni de ese conglomerado humano
ni de la ciudad de Santa Rosa, idénticas condiciones de vidas deplorables, ambientes
deprimentes, de indudable carácter sistémico-estructural se observan en varias comunas
de Pereira y en general en la llamada zona o región cafetera de centro occidente.
Guillermo Aníbal Gärtner Tobón, Coordinador Proyecto de Investigación. Grupo de
Investigación sobre Conflicto Social y Prevención de la Violencia y la Criminalidad.

Aquí no pasa nada. Hacia el Paramillo de Santa Rosa. Foto GAG


LA TRINIDAD
PRIMER ACERCAMIENTO A LA COMPRENSIÓN DE UNA COMUNIDAD
ESTIGMATIZADA

TRABAJO DE CAMPO REALIZADO POR RUBÈN DARÌO HENAO OSORIO CON EL


ACOMPAÑAMIENTO Y AUSPICIO DEL GRUPO DE INVESTIGACIÓN CONFLICTO
SOCIAL Y PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA Y LA CRIMINALIDAD.
INFORME EJECUTIVO SOBRE OBSERVACIONES RELIZADAS PARA EL
OBSERVATORIO DE LA CONVIVENCIA, SEGURIDAD CIUDADANA Y DERECHOS
HUMANOS DE LA UTP.

En la búsqueda para el conocimiento sobre la cotidianidad, expresiones de violencia,


criminalidad, aspectos de la realidad social y sicológica del sector barrio la Trinidad de
Santa Rosa de Cabal, fue necesario el acercamiento personificado a las familias, el
contacto de amigo al buen dialogo coherente con la información que planteo en el
presente documento.

Indagando sobre su cotidianidad de vida socioeconómica, como: ¿De que viven?


¿Cómo es el contacto con las demás gentes de sectores aledaños? ¿Cómo es el
contacto con las gentes del municipio y que es lo que se dice de este sector?.

Cantidad de interrogantes que fueron la base fundamental para la elaboración del


trabajo; aparte de las gentes del común, conté con el buen apoyo del líder de este
sector quien se dignó entregarme muchos datos que fueron de vital importancia para
darle a este informe la veracidad y certeza de lo que allí se vive, y contar de manera
mas eficaz con mi lenguaje la cotidianidad que se vive en el sector.

Monografía Barrio la Trinidad

Hablar del barrio La Trinidad sería hablar de un barrio que para los habitantes de Santa
Rosa de Cabal es uno de los más vulnerables en lo que ha orden social se refiere.

Una zona en la que sus espacios e infraestructura no son el problema; hay pobreza si,
como en todos los sectores, pero en este caso el verdadero problema consiste en:
a. Droga,
b. Prostitución,
c. Violencia Intrafamiliar,
d. Maltrato infantil,
e. Delincuencia infantil y juvenil,
f. Sicariato,

son algunos aspectos que infortunadamente le hacen ver como el sector de más alta
peligrosidad delincuencial del municipio. A ello se suman las bandas delincuenciales y
prófugos de la justicia de otros sectores, o municipios vecinos, quienes impartiendo
temor y miedo hacen acallar a los habitantes.

El consumo de estupefacientes se deja ver por doquier, algunas casas sirven como
refugio para el consumidor y expendio del alucinógeno; otras residencias han servido
incluso hasta de cementerio; pues fosas comunes con cadáveres en dicho sector se
han descubierto.

Sus habitantes son atestados vistos como los peores parásitos del pueblo.

La droga es traída de otros sectores, llámese municipios o barrios y luego de ser


preparada para el consumo es camuflada bajo piedras, huecos que cubren con tierra, o
dentro de la maleza; se dice que los jíbaros para su expendio utilizan diferentes
modalidades, tales como:

Vendedores ambulantes; aquellos que se rotan en diferentes espacios del sector y al ya


ser identificados por el consumidor, este amanera de dialogo disfraza la compra del
estupefaciente.

Otra modalidad es aquella que consiste en mudar la “olla”, casa de expendio, es decir,
la organización “personas que expenden” por ser casi en su mayoría del barrio o vivir en
el, trasladan la tienda sucesivamente a donde cada uno de ellos reside, para así evitar
sospechas.
Mirando hacia el centro

Dentro del trabajo investigativo se pudo constatar que el problema o gravedad del
asunto no es únicamente el expendio y el consumo de la droga; si no también el que los
niños “adolescentes” están siendo utilizados como campaneros; es decir niños que son
ubicados en lugares estratégicos para que avisen de alguna persona extraña que entre
al barrio, o den alerta cuando los señores del orden “policías” llegan al sector; por el alto
grado de consumo y expendio del alucinógeno de los adolescentes.

En materia de Prostitución podría decirse que aproximadamente el diez por ciento


aproximadamente de las mujeres que habitan este sector se venden al mejor postor en
sitios nocturnos, algunas de ellas en la localidad Santa Rosa donde residen, otras en
cambio buscando mejor renta, o no deseando que su comunidad cercana se entere del
oficio, se prostituyen en ciudades y municipios vecinos como: Chinchina, Palestina,
Dosquebradas, Pereira, Armenia Etc.

Las edades de estas trabajadoras sexuales están entre los 14 y los 30 años, la tercera
parte de ellas son adolescentes, y algunas lo hacen a petición de sus padres, para que,
por parte de ellas, haya una ayuda económica hacia ellos; otras en cambio disfrazando
el oficio ante sus padres, lo hacen, también para ayudarles y ayudasen en sus estudios;
a este oficio se suman también las mujeres que en algún momento de sus vidas han
padecido decepciones amorosas; y las divorciadas que por ende tienen que abogar a
cualquier instancia un sustento para sus hijos.

En relación con la violencia intrafamiliar, se podría decir que es el sector mas marcado,
con un alto grado de vulnerabilidad en este aspecto en relación con las demás
comunidades del municipio.

Jóvenes en el sector - La Trinidad

La carencia de valores y el modelo que les toca asumir a algunas y algunos que
corresponde a ser padre o madre, son por lo general personas que han sido
maltratadas y mal orientadas, rodeadas de acciones negativas, atropellos físicos y
actitudes que no demuestran educación ni delicadeza; como exigirles entonces que
aporten a la sociedad y a ellos mismos una buena conducta y educación, si para ellos
solo han existido los escándalos, las golpizas, si su única y valida autoridad es el
garrote.
Son muchísimas las familias en este sector que son y nacieron victimas del agravio de
la palabra, del abuso del poder y de la fuerza violenta, situaciones que se encuentran
tan arraigadas dentro de ellos mismos; pues lo único que comprenden de su existencia,
es que deben comer por comer, dormir por dormir, sin un significado mas ni motivo de
vida. Se desenvuelven solo en un determinado ambiente marcado por toda carencia de
principios y valores “a las malas o a las malas”; ¿acaso sabrán ellos que es
verdaderamente el significado del amor?.

El alcohol, los fármacos y los estupefacientes son los verdaderos protagonistas de ese
caos que cotidianamente viven y que rompe, daña y frustra toda ambición coherente
con los principios básicos de la naturaleza humana, de ahí que no solo los adolescentes
y jóvenes sufren ese maltrato, confusión y desorden mental absoluto, si no que también
recae sobre la niñez prematura y las criaturas que están por nacer.

No existe en el barrio un acompañamiento que pueda brindarles algunas bases


necesarias para que puedan aprender a conocer el concepto primordial y básico como
es el “respeto”; allí se confunde esta palabra, o como renacimiento es el Látigo,
Revolver, el Cuchillo etc. Pero nada que pueda relacionarse con el verdadero
significado de la consideración, conducta y educación ante los demás seres y para si
mismos.

Otro aspecto es el maltrato infantil, aspecto bien importante que marca gran diferencia
entre los demás sitios del municipio.
Santa Rosa de Cabal, vista desde el antiguo matadero.

Se pudo constatar que los niños son maltratados verbal y físicamente; y lo que es peor
aun esta desconsideración se refleja también en la niñez prematura gestante, es decir
aquellas criaturas que aun se encuentran en el vientre de la madre. Es increíble oír y
presenciar a las adolescentes gestantes como abusan y se maltratan; por consiguiente
maltratando a esos seres indefensos que sus vidas dependen única y exclusivamente
de ellas.

El consumo de alcohol, cigarrillo, trasnocho, mala alimentación y diferentes


alucinógenos, son para algunas el método para poder salir de ese estado, que bien
pudo haber sido, por violación, accidente o estado no deseado, o también dado su
estado de edad tan prematura, no tienen el suficiente conocimiento y madurez para
asumir dichas responsabilidades.
Sector La Marranera – vía hacia Samaria baja.

Los abortos en este sector son muy continuos, y las que no logran el objetivo, terminan
por aceptar a la criatura, que desde su infancia comienza para este ser una pesadilla
que pareciera no tener fin, iniciando un camino lleno de espinas, obstáculos y tropiezos
que de un 100% el 1% logran surgir de una forma sana, dentro de la investigación se
pudo también constatar, que la mayoría de estas mujeres, o niñas, dada su edad, que
encuentran en estado de embarazo, la mayoría asumen el mismo papel, igual o peor,
que el que les tocó asumir a ellas como hijas; es decir, con la misma formación de
“hogar”, si se puede llamar, como fueron levantadas así misma tratan de levantar a sus
hijos.

Muchas de ellas son hijas de madres cabezas de hogar, niñas que les tocó ser mamá
por que sencillamente fueron victimas de un padrastro o de un abusador sexual, o
simplemente fruto del trabajo de una noche (trabajadoras sexuales). La
desestabilización mental recae a un mas en estas jóvenes, cuando no saben a que
semental adjudicar a la criatura; es decir, cual podría ser el padre.

El maltrato infantil es tan grande que creo que a acorto plazo será muy difícil tener un
método que sirva de puente a utilizar para el rescate de estas jóvenes y posteriormente
la fluidez de vida en esos seres de niñez prematura y los que están por nacer, la
carencia de valores es evidente.

La falta de oportunidades a hecho que en el barrio existan grupos de menores y jóvenes


que lideran el vicariato como un medio de aporte para la familia, esto es para ellos un
trabajo como cualquiera, es un recurso, que aunque fuera de todo principio, les
proporciona dinero para el sustento y suplir las demás necesidades. Unos por conseguir
una manera de subsistir insubsistiendo a otros, otros por conseguir dominio y respeto
no solo en este sector, si no también en los demás sectores o municipio en general.

Vista desde La Eugenia. Santa Rosa de Cabal.

El pandillaje es aterrador, son mujeres y hombres jóvenes; hijas e hijos de invasores y


de personas que traen consigo una cadena de malos hábitos, mala educación y una
disfuncionalidad en la estructuración de su personalidad y vida como tal. Es un sector
muy comparado con las comunas de Medellín.

Ocupaciones laborales de sus gentes:


Los hombres en su gran mayoría se dedican a la albañilería; es decir algunos como
oficiales de la construcción, otros como ayudantes; también la agricultura es una de sus
grandes fuentes de empleo, unos como recolectores de café, otros se dedican a la
siembra y mantenimiento de la tierra, y una minoría de ellos se dedican a la venta en
chasas de confites cigarrillos Etc, otros como lustrabotas, también aquellos que se
lucran con la venta de la forcha, mazamorra, frutas y panadería; o tienda de abarrotes.

Sector La Huesera – vía a La Samaria Galería de Santa Rosa de C.

Las mujeres en su mayoría trabajan como empleadas domesticas de tiempo completo,


algunas como internas, otras por medio tiempo, para tener espacio de atender a la
familia; también del sexo femenino que hacen las labores del hombre, es decir que su
ocupación consiste en cultivar la tierra, recolectar café, etc.

Los adolescentes en su mayoría estudian y según nos muestra el trabajo investigativo,


tiene grandes dotes de entendimiento. La mayoría de jóvenes que han culminado sus
estudios secundarios, forzosamente se han visto obligados a tener que olvidasen de sus
ambiciones académicas, o deseo de especializasen en algún oficio dada la escasez de
oportunidades y pobreza.
Creo recomendable crear en este sector una ONG para reeducar a los padres y madres
y empezar un programa de fortalecimiento de las familias desde el vientre, abarcando
también a niñas, niños y jóvenes con el fin de educarlos en su sexualidad a través de
sus cuerpos, dándoles a conocer sus fortalezas, habilidades, todo lo positivo y bello de
su existencia. Solo así podrán aprender a reevaluar sus acciones y educación hacia sus
hijos. Empezar también a investigar de fondo que tal ha sido la alimentación de los
bebes en la etapa prematura, pues creo que este es el medio mas eficaz para
proporcionarle una alimentación bien adecuada.

Cuando el pequeño nace ya es protagonista de una historia hecha de interrogantes,


afectos, satisfacciones, aceptación o rechazo. Adaptaciones, rigideces o extrañezas, su
mundo esta constituido por su familia, lamentablemente este concepto se ha ido
perdiendo en nuestro medio.

La comunidad vulnerable se excluye por la cantidad de problemáticas existentes que


crecen en una medida exorbitante como las falencias vividas en las jóvenes del
municipio como: (Violencia intrafamiliar, Violencia infantil y juvenil); siendo el sicariato
infantil y juvenil un fenómeno que se ha ido extendiendo, y lo mas preocupante de todo
sin hacerse nada para remediarlo.

Otra salida podría ser también, brindarles un acompañamiento adecuado y unas


herramientas donde ellos puedan adoptar lo mejor de su existencia. El desarrollo de sus
sentidos inicia desde su forma fetal, se hace mas receptivo a los mensajes de su madre,
y a través de ella a los mensajes referentes a su mundo de vivencias durante el
embarazo.

¿Qué tal son los embarazos de hoy? Analizar bien esta pregunta, el calor y la
seguridad, una relación afectuosa entre los padres y el cuidado que la mujer le
proporcione a su cuerpo(chequeo prenatal) descanso suficiente, ejercicio, dieta
equilibrada y buen alimentación, cumpliendo con estos parámetros sus efectos son
beneficiosos para la salud del feto y para la madre, sobretodo proyecta un tipo de
relación que favorece experiencias positivas. Pero cuando no se cumple con todo lo
anterior, como en este sector, ¿qué se puede esperar? La carencia de recursos, salud,
vivienda, alimentación; y lo mas importante de todo el “afecto” por todo ello aquí se
proporciona una calidad de vida humana bastante baja (autoestima baja, pobreza
mental; seres humanos destructivos).

ENTREVISTA E HISTORIA

Cerca a las canchas deportivas de La Hermosa

NO ERAMOS MALOS, SOLO QUERIAMOS AYUDARLE A LA SOCIEDAD Y A ESOS


MUERTOS VIVIENTES QUE ANDABAN POR AHÌ.

Son las palabras de entrada de uno de los sicarios más temidos y buscados del eje
cafetero, y que residía en el sector la trinidad del municipio de santa rosa de cabal.

El autor del trabajo periodístico Rubén Darío Henao Osorio hace énfasis en agregar que
todo loo que en el presente documento se plantea son vivencias hechas del
entrevistado y que únicamente el trabajo consistió en buscar de la mejor manera una
buena relación hacia las preguntas fundadas, en lo que a causas, efectos y
circunstancias del individuo se refiere.
Una observación más es la de que nunca conoció al individuo apodado como “Alias
Apego”, solo fueron únicamente los momentos en el individuo se dignó facilitar los datos
que constan en la presente entrevista.

¿Hablemos de esa vida anterior cuando no eras temido ni buscado?

- Era un muchacho común y corriente, o en cierta forma la única diferencia era que a la
edad de 14 años empecé a laborar en el campo, quiero decir, no como muchos que
mientras yo entregaba mi adolescencia al trabajo duro, los demás se dedicaban a
estudiar y a disfrutar de las comodidades que sus padres les brindaban… a un recuerdo
que jugaba mucho al llanero solitario-risas- si mal no recuerdo era un programa que
para ese entonces se veía y yo lo asimilaba con los demás niños, recuerdo, si no estoy
mal, que lo transmitían los viernes a las cinco de la tarde -

¿Eras toro, o el del caballo blanco con mascara?

-risas- El del caballo blanco con mascara, siempre era el que dirigía a los demás chicos,
siempre buscaba ser el cabeza o líder y tratar de ganarme ese puesto-

¿Asistías al rezo los domingos como lo acostumbraban?

-Sí, asistía a una pequeña capilla que había en la vereda; lo hacia a petición de mi
madre, aunque a veces también porque quería estar allí-

¿Crees en Dios?

- Pues no sé, cuando recuerdo ese arduo pasado que no teníamos que comer, mi
familia y yo casi para morirnos de hambre, y busque y busque trabajo y nadie daba la
oportunidad… tengo que confesarte que desde ese momento empecé a dudar si
realmente existía y en la creencia en que el poder del hombre está en la fe y en los
buenos actos… lo digo porque para ese entonces salía con la mejor intención del
mundo a buscar trabajo con fe y seguridad en que me iba a resultar, y que ese Dios, el
que desde pequeños nos infundieron iba a estar conmigo, y por lo que te voy a contar
de mi vida anterior te vas a dar cuenta que me dejó solo, aunque al final haya llegado
para quedarse; a veces no es que uno quiera tomar hacer cosas indebidas, es solo que
las circunstancias nos obligan -

¿Para ti quien es Dios, o como lo interpretas desde tu punto de vista personal dada las
oportunidades que se te negaron en un pasado, y que te indujeron a hacer cosas que
no querías hacer, de las cuales hablaremos más adelante?

- !No!, no te voy a responder a eso solo dejémoslo así-

¿Pudiste hacer algún grado de estudio en tu adolescencia o juventud?

-A los diez años entré a la escuela, y a los trece años, o casi finalizando el tercer año
me retiré

¿Entonces se podría decir que tu formación académica estuvo hasta el tercer año de
primaria?

-Casi, ya lo decía, fue el primero, el segundo y ocho meses del tercer año, de ahí
empecé a trabajar, aunque diría que de la edad de 9 años ya simulaba el trabajo duro,
seguí en el campo porque mi padre me lo exigía y además la pobreza en que vivíamos

¿Cuándo llegaste a la edad adulta no pensaste en estudiar? es decir tener alguna


formación académica?
(Paisaje santarrosano. Campoalegre)

-¡No!, no pensaba, creo que lo que no se inculca de niño, se olvida de viejo; además
porque ya estaba en rutado en algunas cosas que hacían olvidar otras –

¿Por qué ese apelativo “Alias Apego” idea tuya o de alguien en particular?

-En casa, y algunos amigos de adolescencia me llamaban así; los unos que porque yo
era muy apegado a las cosas y otros que porque desprendía o desprendo, no sé-risas-
mucho afecto en la mirada –

-Veo que asumes bien las respuestas a mis preguntas, es decir para una persona que
solo a cursado hasta el segundo o tercer año de primaria, te desenvuelves bastante
bien ,diría yo, ¿a que crees que se deba el buen desempeño?

-Siempre he creído que el secreto consiste en como se plantee la pregunta, como lo


estas haciendo para poder obtener una buena respuesta; creo que a ello se debe, a
demás, porque me despiertas confianza, porque me gusta relacionarme y conocer; y
también porque he leído muchos libros –
¿Habías tenido alguna entrevistado antes?

-¡No!, pero por lo que me habían dicho, que querías tener mi historia, y por el derrotero
que me enviaste de preguntas, hizo que me preparara mejor –

Sector La Estación – Santa Rosa de Cabal

¿Cómo fue esa primera vez con las drogas?

¿Te refieres al consumo o al expendio?

-Hablemos del consumo inicialmente-

-Tenía 14 años cuando conocí a Yerson; aunque ese no era el apelativo ni nombre
propio de él, lo cito para poder contar sin involucrar a terceros. Él como yo
trabajábamos en el campo como recolectores de café, allí nos hicimos buenos amigos,
hubo un día en que, la mañana estaba muy fría y los palos de café estaban empapados
de agua; quiero decir sus hojas por haber llovido la noche anterior, él acercándose a
mí, porque el surco que a él correspondía estaba al lado del mío agregaba que mal día
estaba haciendo, yo de inmediato le respondí que sí, que estaba haciendo un mal día, y
que con los palos mojados no creía que fuera a rendir mucho la recolección. Èl replicó
sonriente que era cierto, luego sacó del coco, que servia para echar el café, una chuspa
plástica, añadiendo, sin dejar de sonreír, que todo problema tenía solución, y empezó a
depositar en un pedazo de papel delgado una hierba menudita, mientras pegaba a
manera de tubo el papel delgado con su lengua y sus labios, le pregunté que qué era
eso; respondió mirándome a los ojos sin dejar de sonreír es un “Bareto”; yo alguna ves
había escuchado esa palabra, pero no sabia cual era el significado ni de que se
componía. Al terminar de armar la hierba el “bareto” seguidamente encendió un fósforo
y empezó a inhalar, luego estiró su mano a mí y dijo que probara – Pruébalo- dijo- es
solo hierba, solo es que aspires tres veces y ya esta, el mal día pasará hacer mejor.
Recuerdo que no sabía si recibirlo o no; pensé en que si era para el bien mío, fue así
como, luego de recibirle eché el primero, el segundo y tercer pitazo, mientras inhalaba
sentí ahogados mis pulmones y empecé a toser y a toser. Recuerdo que me lo retiró, y
dijo que era natural ahogarme con el humo, pero que en unos instantes volvería a
intentarlo, que ya mi cuerpo asimilaría mejor; fue así como probé la marihuana por
primera vez. Continuamente él llevaba hierba y ya el probarla para mi se volvió adicción
o falta, necesidad o costumbre para mi cuerpo, posteriormente vinieron las demás
drogas, lógicamente también inducidas por él -

¿En que momento usted decide dejar la labor del campo para dedicarse a las
actividades delictivas?

-En el momento en que busque y busque trabajo y en ninguna parte tenia esa
oportunidad, ni en el campo que era lo que yo sabía hacer y mucho menos en otras
actividades, yo diría que en el momento mismo en que la sociedad decidió que para mi
no habían oportunidades. En casa estábamos pasando por un momento muy difícil
económicamente, como ya lo digo, no podía encontrar trabajo, con Yerson hacia 13
meses que no me había vuelto haber aproximadamente, de esos 8 que trabajamos
juntos en el campo en diferentes fincas, aunque no muchas 2 o 3, ya que la labor que
hacíamos era buena, según los que administraban.
En cierta ocasión salí del campo a la ciudad, más precisamente a la galería del pueblo
para buscar trabajo en el campo, pues entendía que allí en la galería era donde se
ubicaban todos los mayordomos, caseros de fincas y dueños a contratar personal. Era
un sábado 7 de la mañana, pedí trabajo sin que nadie me diera, algunos decían que
estaba muy pelado para la deshierba azadón o machete.

Confieso que para que me dieran trabajo les decía que tenia 18 años, que estaba a días
de cumplirlos, cuando verdaderamente yo estaba en mis 16, el problema era que a los
16 yo era muy revegido, flaco y chiquito también, al ver mi porte todos se desanimaban.
Cuando las cosas van a ocurrir ocurren. (El personaje lo repito mucho en la
entrevista). Decidí con mi maleta colgada al hombre que lo mejor era volverme para el
rancho, o sea la pequeña tierra o casa que le daban a cuidar a mi padre; quiero decir él
no pagaba renta por vivir, pero tampoco recibía sueldo.

Fui y averigüé a que hora salía el Jeep para esa vereda, tampoco voy a decir cual, y
me respondieron que a la media hora, ya que los turnos salían cada 45 minutos. Decidí
dirigirme a un café que enfrente de la empresa había; el deseo era tomarme un café,
siempre he sido tintero “ lo que va a ocurrir ocurre”.

Estaba sentado con vista a la puerta de entrada absorbiendo el café, cuando sentí que
alguien que salió del fondo tocó mi hombro, de inmediato voltee el rostro a ese lado y
era Yerson; por cierto estaba más viejo, o así lo vi

-¡Que hubo gúevón!, tiempo sin verte; y acaso te echaron de la casa- Dijo reparando mi
maleta, luego de haberme estrechado la mano.

Le respondí que estaba buscando que hacer, que estaba buscando trabajo y que en
casa estábamos muy mal, que por la vereda ya no había nada que hacer.

–Haber dicho antes- contestó él riendo - ¿y ya conseguiste?- .

Le respondí también sonriente que aun no había conseguido, que lo que ellos decían
era que yo estaba muy raquítico para coger un azadón, y que lo que ellos no sabían era
que el acero también llegaba en barraras pequeñas.
Riendo él tomó asiento y pidió un café negro como el mío. Después de unos instantes
de hablar –No busque más de lo que no te quieren dar- Dijo – luego estiró su mano
en ella unos billetes y agregó – Eso te puede ayudar un poco, es un obsequio; luego
voy, podría ser mañana a tu casa, para que hablemos sobre un trabajo -.

Era lo que me ganaba en mes lunguiando, como no le iba a echar mano guevón. Marica
si tenía para mi, y para mi familia que estaba aguantando hambre.

Se despidió, no sin antes pagar la cuenta; ese gesto era para mí como si me la hubieran
devuelto el alma al cuerpo.

Ya se me había pasado la hora del turno que había averiguado antes, pero no me
importaba, pues el santo había aparecido, la felicidad era mucha.

Pensaba en si ir o no ir al supermercado a comprar remesa para mi familia, pero decidí


que era mejor llevarle el dinero a mi mamá para que comprara, no a mi papá, porque
sabía que uno como hombre siempre es más botarate y no tasa.

Recuerdo que llegué a mi casa ese día, y le di a mi madre parte de esos papeles de
valor, y por los que se hacen tantísimas cosas, a veces buenas, pero regularmente
malas en nuestro afán de conseguir para un sustento.

Le di para que comprara, si imaginara la gente ese brillo que desprendían sus ojos.
Todos animados, ella “mi madre” fue y compró, al rato la barriga estaba llena, y plata
pa´ comprar esa semana y más cebón.

Comimos huevos en perico revueltos con trozos de salchichón.

Al día siguiente eran aproximadamente las nueve de la mañana, yo aun dormía; que me
iba a preocupar cebón si ya había con que comer. Yerson llegó, mi madre lo atendió de
la mejor manera, pues ya le había dicho que el dinero o parte del dinero que le había
dado había sido obra de él.
Mi madre hizo que despertara, salude a Yerson y me invitó a que habláramos afuera de
la casa.

Salimos, y recuerdo que nos sentamos en una piedra vieja que había aproximadamente
a unos 20 metros de casa.

-¿Si compró que comer, parcerito? –Yerson.

Le dije que sí, que había remesa para varios días gracias a él, que tanto mi familia
como yo le estábamos muy agradecidos.

Me ofreció un cigarrillo armado con bazuco, yo le hice y el empezó a hablar; mientras el


liaba el humo hablaba, mientras yo liaba el humo le escuchaba.

La idea era que sirviera de puente a los clientes o consumidores de esa vereda y
de las veredas vecinas, él me llevaba el bazuco, la Marihuana y también gramos de
cocaína, ya procesada en papeletas y yo expendía la droga.
(Frente a la Plaza de Ferias – Entrada a Santa Rosa de C. Foto GAG)

Me refería que los clientes ya estaban, que todo era hacer entrega, el me facilitaba la
lista de esta gente, los sitios de ubicación, yo entregaba recibía el billete y listo; era no
más eso, aunque me agregaba que a algunos clientes se les hacia entrega con 8 días
de plazo, que esa era la labor, y que también conseguir más clientes.

Me motive mucho cuando me empezó a hablar de cifras, lo que yo me ganaba al sol y al


agua por una semana, con él me lo podía ganar en un día o día y medio si hacia las
cosas bien; esto sin contar los nuevos clientes, que ya esa, según él, era una nueva
ganancia para mi y más remunerada dado que yo era el que los había conseguido.

Quien se niega a algo así maestro; ni el putas, por solo entregar; claro que yo
sabia que eso iba en contra de la ley y que daba cárcel, pero que va… si las cosas
se hacían bien hechas, tenían que salir bien, además quien aguantaba a mis
hermanos más pequeños que yo pidiendo comida, pidiendo que jartar, por la plata
hasta el perro se pone a bailar; además le digo otra cosa maestro, a veces nos
tocaba acostarnos sin comer porque no había, y en ocasiones nos tocaba tragar
agua con sal y plátanos “sustancia de mancha” porque esa agua “caldo” se le
veía al hervir la mancha de plátano y azul, azul; ¿Dígame maestro que no haría
usted por calmar el hambre?; quien no haría algo por calmar el hambre, por
calmar el desespero de esos chinos más pequeños que yo, mi madre era más
bien resignada; usted sabe, como toda madre, al igual que mi padre; pero a todos
se nos veía por encima, en la color la falta de comida. Ponte a ver maestro, el
viejo sin trabajo, los chicos como ya te lo decía con hambre, mi madre ni que
decir, y yo busque y busque algo que hacer y nada. Eso era como una lotería para
mi, ahí mismo le dije que si a Yerson – Vale pa´ esa parcero, cuente conmigo no lo
voy a defraudar –

¿Cómo fue la relación con las primeros clientes; es decir los consumidores?

- En principio bien, algunos pagaban cuando se les llevaba, otros en cambio, a los
que se les daba 8 días no daban cumplimiento y había que apretarlos; es decir
amenazarlos si era el caso-
-
¿Como eran las amenazas que les hacías para que pagaran, textualmente si puedes?
Se los decía de la siguiente manera -“Vea parcero, usted sabe que yo soy un
mandadero, si yo no les cumplo a ellos, entonces mi vida correrá peligro, y no
solo la mía sino también la de mi mamá, la de mi familia, le pido el favor que
cancele cuanto antes no sea que me toque actuar a mí en contra suya antes que
ellos reaccionen en contra mía, no quiero que le pase nada a usted o a su familia
y mucho menos a mí o a mí familia. No quiero ni el mal para usted ni lo quiero
para mí, cancele parcerito”-

¿Y era cierto, que alguna vez te habían amenazado los que te mandaban?

-Era de suponer; cuando me ofreció el trabajo dijo que no le fuera a fallar y que la
gonorrea que faltoniara o que quedara mal las tenía que pagar-
Samaria baja. Santa Rosa de Cabal.” Bañadero” popular durante años, hoy sector
Invadido, poblado por gentes en condiciones de miseria absoluta

¿Cuanto era el promedio de droga que usted vendía en esa vereda?

-Pues dependiendo, habían unos que pedían para el consumo de 15 días, otros para los
8 días, unos 10, 15 papeletas, no había consistencia-

¿De cuanto era el precio en papeleta de bazuco, marihuana y cocaína y como es su


proceso para sacarla al expendio?

-El precio, eso varia- Risas- dependiendo el marrano y si conoce o no de pureza en la


droga.

El bazuco es el residuo de la cocaína; de acuerdo al grosor y la pureza de ahí se define


el precio-

¿Las primeras ganancias si llenaron las expectativas de lo que le habían prometido?


-¡Claro que sí!, recuerdo que esa primera semana le di dinero a mí madre para que
comprara mercado y me quedó para invitar a los más amigos de la vereda a tomar licor
y de ahí en adelante el dinero no faltaba, llegaba muy fácilmente, aunque tengo que
reconocer que los problemas también llegaron-

-Ya llegaremos a los momentos de los conflictos ¿tu madre y tu padre, no te llegaron a
preguntar de donde sacabas el dinero?

-Mi madre me preguntaba regularmente, y era de entender; pues nunca me veía


mugroso como acostumbraba verme cuando laboraba en el campo; además porque me
la pasaba muchas veces en casa y salía por las noches, solo le respondía negocios,
negocios mamá, y por favor no me preguntes que clase de negocios, sólo piensa
en vivir bien; mi padre nunca preguntó pero si se imaginaba –

¿Como empezó a tornarse difícil la situación en las veredas; es decir los conflictos a los
cuales te referías antes?

-Una que empezaron a fallar los clientes y la otra, la policía empezó a hacer
averiguaciones, cuando los clientes empezaron a fallar yo empecé a amenazar; unos
atendieron el llamado, quiero decir cancelaron el atraso y otros al no hacer caso hubo
que mandarlos a cascar. Yerson al enterarse que no querían cancelar rabiosamente
dijo: Esos hijueputas hay que mandarlos a levantar pa´ que paguen y decirles que sus
días están contados en la vereda; o se van cascados, o cascados pagan y se quedan-
siguió contando. Yerson era de un temperamento muy fuerte, yo no sabía a ciencia
cierta como era su proceder, no sabía que contactos tenía y si eran solo palabras de
momento o no, lo cierto fue que al día siguiente de haberle comentado sobre dos de los
clientes que no querían cancelar, él llegó a mi casa con dos amigos de él, era de noche,
yo no estaba en la casa, recuerdo que esa noche o a esa hora mejor, estaba haciéndole
visita a una muchacha que vivía por ahí mismo cerca en la vereda, cuando llegué el
Yerson estaba esperándome con él, dos amigos suyos, me saludo y me presentó a los
acompañantes, luego de eso me pidió que saliéramos de la casa un momento que tenía
algo que decirme, a él no le gustaba hablarme de nada que se relacionara con el
negocio delante de mi padre, ni de mi madre y tampoco delante de mis hermanos
menores que yo.
Ya estando afuera de la casa dijo: ya mandé a cascar a esas gonorreas, mañana les
miras los rostros, sus bonitas caras van a estar feas por mucho días, y continuó
señalando a los que le acompañaban: Ellos son mis parceros y son los encargados de
hacer la vuelta.

Yo le dije a Yerson que si ellos los cascaban, talvez ellos se irían a enterar que era por
la deuda y que yo que! , a lo cual respondió que ese era el objetivo que se enteraran
con quienes estaban tratando, que por tanto no me preocupara que la idea al dañarles
el bonito rostro, también era la de sentenciarles la muerte si hacían algo en contra de
mi, o de alguno de los otros. Luego continuó palmoteándome el hombro: No se
preocupe, siga trabajando tranquilo, que si alguna cosa por parte de ellos o de cualquier
otro, el cementerio será su justiciero- y agregó-esto pues si alcanzan a llegar allá,
pues los gallinazos hacen una labor muy buena cuando de limpieza se trata.
Todos rieron, menos yo; ahí si que me di cuenta que yo no conocía nada de Yerson.

Seguí trabajando, la tensión era horrible, casi a diario pensaba en lo del cementerio y
los gallinazos, esto último que era más que matar a alguien y dejarlo por ahí en
donde solo los gallinazos por el olor lo encontraran. La pesadez sicológica era
horrible, la tensión también, a veces pensaba en que ese muerto al cual se referían
pudiese ser yo en cualquier momento.

A los días de haber ocurrido la vuelta, o haber cascado a esos manes, que por cierto en
dos ocasiones que me los encontré eran como si hubiesen visto la muerte muy de cerca
o al mismo demonio. Huían de manera apresurada, tanto que ni siquiera podía ver sus
rostros como habían quedado.

Por esos días empezó la policía a hacer averiguaciones; no averiguando quien cascó a
quien, sino que en donde o quien de la vereda estaba expendiendo vicio. Me las canto
uno de los que me compraba –Ojo chino me - dijo el Pelayo- por ahí la poli esta
haciendo averiguaciones que sobre un man que esta vendiendo vicio en la vereda, que
donde es que vive y que quien es, a mi me preguntaron los polochos y a unos amigos
míos también.
¿Y que les dijo usted? apego

-¡no! que yo no sabía nada, ellos me raquetearon, no me encontraron nada, me pidieron


papeles, creo que alguien que sabe que yo consumo y que usted vende no los hecho-

-¡Y como le preguntaron?- indagué

“La Apostólica”. Un símbolo de Santa Rosa en el Parque de los Fundadores

-Que que sabía de una olla por acá o de personas que vendían vicio, yo les respondí
que no sabía nada y lo que me respondieron fue: -¡Cómo no vas a saber hijueputa si
vos no eres más que un vicioso; volví y les dije que no sabía nada y se fueron, no sin
antes amenazarme si me veían mal parqueado por ahí-

Eso me pensionaba a un más, pensaba en que lo más seguro a suponer era que habían
sido los manes a los que Yerson había mandado a cascar, pensaba en que pudieron
haber sido ellos, pero también pensaba en que podrían haber sido los otros que
estaban atrasados, lo cierto era que me sentía muy asustado. Busque a Yerson para
que habláramos del asunto, le hice saber todo lo que estaba ocurriendo con los tombos
y las inquietudes que tenía referente a los piscos que él había mandado a cascar y
demás que me debían vicio. Cuando le dije todo el asunto me causo más sorpresa su
respuesta –Entonces todos esos maricas, los que te deben y a los que mandé a cascar
no pasan de esta semana por estos lados se van o se mueren, buscaré a los
muchachos para que casquen uno por uno de esos hijueputas y les hagan cantar. Por
esos días la cosa estaba muy tensa, se escuchaban muchos rumores sobre las
preguntas que hacían los tombos. Recuerdo que cuando las viejas de la vereda me
veían cotorreaban entre ellas de mi, lo adivinaba por las miradas maliciosas que hacían.
Creí que al hablar con Yerson las cosas iban a mejorar, pero todo fue peor, porque
después de ese dialogo ocurrieron muchas cosas. Algunos de los manes que estaban
atrasados en la paga resultaron lesionados físicamente a esto se sumaba que los
tombos llegaron en varias ocasiones a saquear mi casa, relujaron todo, pero la caleta
estaba bien encaletada, no encontraron nada de lo que buscaban. Los piscos que
Yerson había mandado cascar los primeros no los volví a ver en la vereda. Le pregunté
que qué había pasado con ellos y su respuesta fue: Tenían que irse, si no les esperaba
tierra en el pecho. Deduje que talvez por las amenazas se habían ido. Pensaba en
muchas cosas, que talvez a los que él había mandado a cascar, y los que se habían
tenido que ir talvez volverían por mi, ya que la razón de haber sido agredidos era yo, y
la razón por la cual se habían tenido que ir también era yo. Me tensionaba más la
actitud de mi madre, aunque era poco lo que hablaba o me preguntaba, su miraba
fría y llena de preocupación lo decía todo. Volví a hablar con Yerson y le propuse
que era mejor que el negocio de droga lo manejáramos desde otro lugar, es decir otro
sitio, muchas razones le expuse para que a si lo hiciéramos.

Me habló de un barrio donde habían muchos parceros de él, me decía que ese era un
buen sitio para la venta, y que allí él había adquirido mucho respeto, que allí iba a estar
más tranquilo y bien custodiado por los parceros que él tenía. A los dos días le dije a mi
madre que nos íbamos a vivir a un sitio más tranquilo para que ella pudiera estar mejor

De la vereda al barrio La Trinidad, Para mi madre del cielo al infierno.

Yerson dijo que me dejaba ese sitio y que el parcero que él tenía allí a cargo lo enviaría
a manejar la parte veredal, me agregó que no iba hacer fácil convencerlo ya que ese
sector la trinidad era un buen sitio para la venta, pero que él le iba hacer dar ganas con
una buena oferta que tenía para proponerle.

Cuando llegué a vivir al barrio La Trinidad, a vivir y ha vender, eso era una mina, eso
llegaban de varios sitios a comprar, como lo que vendíamos era bueno, tanto la coca
como la marihuana y la cocaína, y también pegados del pueblo maestro eso era una
dicha; ¡no!, ni que decir, la cosa marchaba muy bien, tanto que no daba abasto, por
orden de Yerson, como él negocio se estaba volviendo muy productivo, colocamos dos
ollas más en el barrio, y ya era miti y miti lo que propusieran, como yo era el encargado,
ya era patrón, se imagina maestro. Es decir a parte de la casa donde yo vivía que servia
de expendio, conseguí dos parceros más, para que hicieran también venta. En la
carrilera también montamos otra olla, el negocio iba a flor de piel, todo iba bien, hasta
que esos maricas que estaban a mi cargo empezaron a fallar; es decir los que se
encargaban de expender en sus casas, al comienzo bien pero luego esos malparidos se
empezaron a gastar la plata y así si era más berraco, porque ya no se trataba de 10 o
15 gramos, si no 200 o 300 gramos de coca y bazuco, y la marihuana era por libras
hermano, por libras. Ahí fue donde me tocó matar al primer hombre en mi vida he inicié
la carrera de asesino. Después del primero… ya te enterarás.

¿Cuando dices, me tocó asesinar, suena como asentirse obligado a hacer algo que no
querías hacer ¿Cómo fue?

-Pues si no era él, o ellos los que me fallaron era yo. Le decía antes que era el
encargado de las tres ollas, o sea el encargado de entregar la mercancía y de
responderle a Yerson por la plata del producido. Aunque hubieron varios casos en que
me tocó acabar con la vida de esos guevones, solo te mencionaré el primero que es
casi el reflejo de los diferentes asesinatos que hice en cuestión de cuando se trata
incumplir con lo pactado; posteriormente te señalaré otros casos o asesinatos que
hice por razón un poco distintas; aunque el factor droga siempre estuvo presente-

Yerson me decía que el trabajo que estábamos realizando era para una organización
conformada por aproximadamente 12 personas, entre ellas él que era el que me hacía
entrega de los paquetes para que yo los expendiera a las casa de venta. Yo no conocía
a ninguno de los integrantes a excepción de ese día martes en que maté al primer
hombre en mi vida. 7 meses y todo bien, yo expendía o surtía las ollas y también
jibareaba en el barrio, el recorrido de entrega lo hacía los jueves, en algunos casos
daba plazo hasta el martes, casi 8 días después para que hicieran efectivo el dinero, la
idea era dar 5 días para que recogieran el tesoro como le llamábamos a la plata.

El negro, aunque su apelativo real era otro, fue el primer muerto que me eché encima.
Yo le entregaba la droga, es decir lo surtía de bazuco, cocaína y marihuana, los
primeros meses todo bien, él cumplía a la fecha, se le daban 5 días de plazo y
cancelaba el pedido, hubo una ocasión en que me dijo que la venta había sido muy
regular, ya que aunque había entregado toda la droga pues varios de los que
consumían le habían quedado debiendo. Me pidió que lo surtiera de nuevo que para el
martes siguiente me cancelaba – Tranquilo patroncito –decía- todo bien, confié en mi
que yo le prometo que le cancelo todo en la próxima venida, no me vaya a dejar sin la
mercancía usted sabe que de eso es que yo vivo-. Me dejé convencer y por ser
bueno y noble me tocó que matarlo.

Lo surtí de nuevo, luego hablé con Yerson, le comenté lo que había ocurrido, aunque no
estuvo muy de acuerdo con mi decisión, se tranquilizó cuando le agregué que yo me
hacia responsable.

-Con esos hay que tener cuidado, por experiencia se lo digo, aunque usted se haga
responsable de esa merca eso no está bien, porque a sí no es como se trabaja- Y
continuó-

Sería bueno que se averigüé hasta que punto él le esta diciendo la verdad, que no sea
que se haya gastado la plata del producido y ahora vuelva y lo caja de cebón…usted
sabe Apego que en este negocio hay mucha gente, yo soy el responsable de la merca
que le traigo y usted es el responsable de la merca que recibe; que no sea que pague
usted por bondadoso el pecado de otro-

Eso que me dijo Yerson me puso en alerta, desde ese momento me puse a averiguar,
ya conocía a algunos que eran clientes del negro, ellos también me conocían, los
busqué y les hice algunas averiguaciones entre ellas, de cómo les parecía la mercancía,
como pagaban al negro y cual era el precio que él les cobraba por papeleta y demás-
Tremenda hijueputa sorpresa me llevé maestro, cuando habló el uno apoyado por el
otro:

-La merca es buena y el precio también, pero el Negro cuando se en farra a oler no
lo para ni el mismísimo putas, casi lo deja a uno con las ganas por él meter… en
estos días metió de todo, toda la noche, estaba en compañía de unas hembras…
¡que! ¡uf!...que chimbas. Cuando nosotros llegamos que a comprar ese marica
estaba como loco y las culonas esas también.

Eran como las 5 y 30 de la mañana, llegamos que a comprar, pero que va, antes nos
pidió el favor que le consiguiéramos que era que estaba embalado, sacó un manojo de
plata y gastó y gastó, esas viejas hicieron fiestas con él; y para que negarlo, hasta
nosotros-

Me puse sin saber que hacer, si lo buscaba pa´ decirle al malparido que yo ya sabía que
había hecho con la plata que me tenía que dar lo ariscaba y talvez me dejaría embalado
pues lo más seguro es que se largaría; pero también pensaba en que si no lo buscaba
talvez podría ser peor, se gastaría o se soplaba el hijueputa la otro merca que le había
llevado; eso era si no se la había soplado ya, porque ya habían transcurrido 4 días de
haberle entregado. Pensé que era conveniente hablar con Yerson y ponerlo al tanto.
(Sector La Estación - Santa Rosa de Cabal.)

Lo busqué y hablé con él, al comentarle agregó – Si ve cebón, por ser bueno ahora
pague porque yo no voy a darle la cara por esa plata, las guevas, yo doy la cara, se lo
digo de una vez, pero para señalarlo a usted, porque yo ya se lo había advertido, haga
esa plata efectiva si no quiere problemas-

-Que hago entonces marica- dije- que de ir pasado mañana por toda la plata, él dijo que
me respondía-

-Yo de usted no estaba aquí poniendo quejas, mejor iría con un arma y pondría a ese
hijueputa contra el piso hasta que pague y si no entonces le suelto la bala en la cabeza
pa´ que no sea gonorrea y respete a los hombres- Luego continuó sacando un changón
de la cintura- Tome, aprenda a cobrar, las deudas de droga se pagan con plata, o
con la vida- y se fue, no sin antes dejarme dicho que esperaba que yo cobrará de una
o de otra forma, por ultimo volvió y dijo de manera fuerte ya a unos pasos – El martes
nos veremos y espero que cobre-.
Nunca había manejado un arma, o mejor dicho jamás había tenido un arma en mis
manos. Me la guardé en la cintura y me vine a casa a pensar. Nunca había matado a
nadie, nunca había tenido un arma.

Entre a casa, mi madre me ofreció comida, yo no quise, mejor le dije que me prepara un
café. Servido el café me dirigí a mi pieza y allí sentado en el catre donde dormía
sobándome la cabeza pensaba en lo de antes, en que si lo visitaba talvez lo ariscaba,
se largaría y me tocaría pagar a mi; también si lo mataba tendría yo que pagar la plata,
aunque pensándolo bien esto ultimo de matarlo, aunque tenía el arma, solo lo pensé
después que me armé un bareto, lo encendí con el fin de que me quitara el pensar y me
pusiera a volar, y mentira entre más sentía el efecto más pensaba en que a ese
hijueputa había que matarlo si no pagaba.

La droga da todo el valor del mundo para matar o agredir a otro, o decir las
verdades que sean a quien sea, o verdades con violencia; claro que si se
consume demasiado llega uno al punto que se agueva y ahí si que pierde uno el
año; no, yo estaba sobrio cuando fui al rancho de ese negro marica, que diría por
causa de él es que me tocó matar a otros porque ahí empecé, Maestro donde ese
hijodeputa negro no me hubiera fallado, créalo maestro… que yo hasta no habría sido
quien fui para matar a esos otros; claro que es si no hubiera sido ese marica, otra
gonorrea talvez más adelante me hubiera fallado como lo hicieron, o sea que hasta bien
así, tenía que ser él, el que me marcara la diferencia.

Hice alto del catre con el changón de güevas, y como loco con la traba encima salí a
buscarlo. Fui a ese rancho donde vivía la gonorrea; digo rancho porque eso no era ni
casa, salió la anciana abuela de él al verme dijo- El negro no está- secamente dijo aun
sin yo preguntar.

-¡No está! –dije, ella afirmó de nuevo que no estaba y movía la cabeza, le pregunté que
en donde lo podía localizar, y dijo que no sabía que le dejara la razón. Me despedí de
ella sin dejar razón; o es decir simule que me iba, pero mentira me resguarde contra un
muro, me escondí. Y es que el que la anciana hubiera salido a decir que el hijueputa no
estaba sin yo preguntar me llenó de duda y lo que pensaba era que el malparido ya me
había visto sin yo verlo, eso fue lo que pensé. Me escondí y me decía a mi mismo-
Gonorrea que se cree más vivo que yo, las guevas, cuando vos subías malparido yo ya
bajaba. Tenía una traba ni la hijueputa, aunque repito no estaba ni tonto, ni
agueva´o, ni mucho menos loco. pasaron dos horas y esa gonorrea nada que se
asomaba, ya estaba cansado el cuello de guindar de lado hacía allá a ver si salía y
nada, casi tres horas y nada, hasta la traba ya me estaba pasando y eso me
preocupaba, porque ya me iba asentir sereno; en esas pasó un pela´o como de 12
años, claro que ya metía, yo lo conocía, lo llamé -¡ey!, ¡ey!- con disimulo, el pela´o
volvió la mirada, yo le hice señas, al reconocerme se dejó venir –Le regalo estos dos
cosos si me hace un favor- Le dije con las dos papeletas en mano, dijo que sí, que lo
que fuera, le indiqué que se arrimará a la casa del negro y que lo preguntará, y le di con
que comprara una papeleta pa´ disimular, agregándole que solo preguntara por él, y
que estuviera o no estuviera de todos formas la comprara, que lo que yo quería saber
únicamente era si él si se encontraba. Fue y al momento regreso diciéndome que no,
que sólo había salido una anciana y que le había dicho que no estaba; sentí más rabia,
casi tres horas perdidas eso me ponía más berraco, aunque la traba ya estaba
mermando su efecto.

(Santa Rosa, sector La Estación.¿ “Monumento nacional”?)

Recibí la papeleta, salí del escondite y despedí al chino, mientras caminaba volví a
pensar en que esa gonorrea lo más seguro era que estaba en el rancho, solo que al
verme se escondió y supo adivinar al no salir a venderle al chino, lo pensaba, pero solo
eran dudas, nada que supiera constatar, pensé que era conveniente volver donde los
dos que me habían dicho sobre las fiestas de esa gonorrea con la plata del más marica
que era yo, los busqué, o mejor dicho, fuera el uno o el otro me servia; busqué a los dos
y solo encontré uno, le pregunté que si había visto al negro y me dijo que no – Yo no lo
he visto, hoy no, solo anoche que fui a comprarle unos cosos.

-Y estaba metiendo-pregunté

-¡no!, pa´ qué; yo lo vi, sano- Y agregó- ¿por qué alguna razón-. Dije que no, que solo
era que quería hablar con él de un asunto, que era privado. di vueltas por el barrio y
nada no lo veía, luego me devolví por el rancho donde él vivía, y tampoco no se veía
por ahí, me dirigí a casa a esperar la noche. Comí bastante; la verdad es que la bareta
da mucha hambre. Luego de comer prendí el televisor, una mecha, de esos viejos; era
más viejo que un barranco. Estaba bien en el televisor, cuando escuché que mi madre
me llamó, pregunté que para que era, y respondió que dos señores me necesitaban en
la puerta, salí a ver quienes eran, y eran dos piscos que iban a comprarme merca, ya
los conocía, les vendí y les pregunté por el negro, y dijeron que no lo habían visto. Volví
y me entré, esta vez me puse a tirar lápiz, a hacer cuentas, saqué la plata que tenía
debajo del colchón, luego saqué la que tenía en los bolsillos y las papeletas que tenía
de guevas, junto con la papeleta que el chino le había comprado a ese marica que no
estaba. Tremenda sorpresa; o mejor tremenda otra hijueputa sorpresa me llave, estaba
contando el tesoro y reparé la papeleta, esa que yo había mandado comprar con el
chino, y esa papeleta estaba adulterada, quiero decir ese no era el empaque que
nosotros le dábamos, el empaque no era el mismo, la chuspa era más pequeña y muy
mal presentada al sellarla. Saqué, o mejor, destapé para probar, porque el color
tampoco me daba, y al probar descubrí que estaba mermada de pureza. Esta gonorrea
ahora si que se va a morir ligero, pensé; o le está jibareando a otro, o está dañando los
clientes, metiéndole más basura a la basura, pensé esto y hasta sonreí metiéndole más
basura a lo que le entregábamos pa´ él hacer más plata. Ya Yerson me había dicho que
no más quejas, casi en otras palabras me decía que matara a esa gonorrea; pensaba
en que era otra razón más para morir, pero, claro que si recuperaba las dos platas de la
merca, el hijueputa se podía salvar ya que todo era no volverle a surtir; la plata, la plata,
lo pensaba a cada instante, seguí contando plata, y rato después ya era de noche y salí
a buscar a ese marica; pensaba en que el problema no era si le estaba vendiendo a otro
de esa basura, el problema sería que él de una papeleta que nosotros le dábamos él
sacaba dos y las vendía al mismo precio; que gonorrea tan vivo, pensé; ahí si no sale el
cuando él subía yo ya bajaba, porque que hijueputa tan águila. Olvide decir maestro que
el viejo papá mío ya hacía la venta; es decir él vendía el vicio cuando yo no estaba, lo
dejaba encargado y le pagaba y así evitaba que sus viejos y desgastados huesos se
deterioraran más por ahí con la labor pesada. También olvidaba decirle que al salir de
casa, casi siempre acostumbraba echarme 20 cosos; es decir los cargaba y los metía
de guevas, o en la pretina del pantalón, así dejaba mamando a los tombos, así ocurrió
muchas veces. Entonces le iba contando que salí a buscar a ese marica, dos razones
tenía en mi mente para cogerlo del pescuezo y pedirle una explicación, o si se ponía
muy bravito el hijueputa matarlo. Una la fiesta que hizo con la plata y la otra el fraude en
las papeletas, que más que vender a otro, más bien creía que de una que le dábamos el
sacaba dos, esa noche arrimé a la casa o rancho donde vivía, y esta ves no me
abrieron la puerta, de adentro me contestaron preguntando -¿Quién es?-la vos
desgastada de la anciana se hizo sonar

-¡Soy yo!... Apego, haber si me abre que es que necesito hablar con el negro-

-¡Ah!, el negro- ella

-¡Si el negro!- reafirmé

-¡Ah!... él no está –ella

-¿Donde lo encuentro?- Indagué


-¡No!, no sé, él es que iba hablar con un señor sobre el asunto de una plata, salió desde
temprano, ¿Qué le digo cuando llegue-

-Que vino Apego, el patrón, que necesito que vaya a mi casa para que hablemos-

-Bueno señor, yo le digo-


La vieja agregaba desde adentro, que rabia que yo sentía. Que iba a ir a mi casa la
gonorrea, si el pecado ya lo tenía encima. Mientras caminaba me encendí uno de los
tres puchos que llevaba en cima armados, aspiraba el humo con rabia, casi que me lo
tragaba todo, luego encendí otro pucho, caminaba, aunque no habían bombillas por
donde caminaba para dar luz, no hacía falta porque la luna estaba muy despejada.
Tocaba la cacha del changón y pensaba en que de pronto a ese malparido la diera por
pasar por aquí, por donde yo voy, yo creo que ni le pregunto nada, no más le meto un
tiro a esa gonorrea, la traba ya estaba haciendo efecto, me dirigí para una cancha que
había, de lejos vi a unos piscos, allí estaban metiendo, al estar junto a ellos me
reconocieron – Que hubo patrón – casi que ambos al mismo tiempo dijeron la verdad
que me gustaba que me dijeran “patrón”, y es que uno siempre tan enseñado a tener
patrones, creía que ya era justo de ser yo uno de ellos, también porque la palabra
patrón da respeto, y eso me hacía sentir más bien grande.

Me puse a meter con esos dos, luego se acercaron más viciosos, todos al verme -¡que
hubo patrón! -todos decían lo mismo, eso me gustaba, tanto que les di de los cosos que
llevaba de guevas; y es que uno tiene que ser buen patrón para que lo quieran, me
sentía por allá arriba cuando me trataban así. llegaron muchos a la fiesta, pero la
gonorrea del negro no se asomaba por ningún lado, luego indagué por él y lo que me
decían era que no lo habían visto ese día –Y es que le debe, o tiene algún problema
con usted patrón- Dijo uno de ellos- porque si es así, entonces cántenosla a ver como
es la vuelta-

-No es nada –dije- nada importante, yo ya hablaré con él- Yo lo decía más trabado que
un putas, pero no loco, ni agueva´o.

Esa noche hice fiesta… pero porque podía maestro, porque podía hacer fiesta. Pensaba
en esa era la vida, cuando uno esta bien, todo el mundo le lambe, uno siempre es un
señor, se le ofrecen pa´ lo que sea, y vaya uno y este mal, o de síntomas de estar mal y
verá como toda gonorrea hasta con desprecio lo mira y no lo trata con respeto.

Ya era martes, noche de recoger el tesoro, al primero que visité fue a ese malparido
negro, él salió, eran las nueve y media de la noche aproximadamente, cuando le cobro
a la gonorrea y me sale es que con la mitad del tesoro, es que con la mitad de lo que
me debía viejo, y que le diera otro plazo hasta el otro martes pa´ pagarme la mitad
restante de lo viejo y la merca que le había entregado la semana anterior, o sea la
merca resiente.

-¡Este hijueputa es que cree que yo soy un niño o que! – le dije. Y lo cogí a ese
malparido del cuello, y con el changón en la cabeza de él y le decía – Me vas a pagar
hijueputa, me vas a pagar o te mato pa´ que no seas gonorrea, crees que no me di
cuenta que hiciste con la plata. Yo estaba traba´o. Y me contesta que -¡No!, no me
mate, no me mate, yo pa´ mañana le tengo la plata- Y volvía y decía que no me mate,
que no me mate, cuando en esas sale la vieja anciana y que a los gritos -¡Que no me
mate a mi muchacho, que no me mate a mi muchacho- Y el hijueputa que llorando, y
que pidiéndome perdón, y la hijueputa plata que, y yo le seguí chupando la cien con la
punta del changón, y la vieja grite y el hijueputa llore; se lo iba a soltar el tiro en la
cabeza, pero no se como me contuve, yo creo que fue el ver los gestos y escuchar los
gritos de la anciana lo que me contuvo, eso fue lo que me hizo tener piedad con esa
gonorrea, porque estaba decidido a matarlo, y traba´o que estaba maestro, antes no se
como me contuve; entonces le dije – ¡Vea hijueputa, si pa´ mañana a las nueve de la
noche no me tiene esa plata, no amanece vivo, mañana vuelvo por la plata o por su
vida-, y le metí un estrujón y por allá lo mandé contra la pared al lado de la anciana, y él
decía que si, que si, y me fui a recoger el tesoro que debían por otros lados.

Que le iba a recibir esa maraña, si comparado con lo que me tenía que dar, eso era una
limosna; además si le hubiera recibido hubiese puesto en tela de juicio lo que hasta el
momento ya había ganado, que era respeto y liderazgo. Esa noche me fue bien por
otros lados, casi todos pagaron. Al día siguiente llegó Yerson a recoger el tesoro, antes
de sentarnos a hacer cuentas le avisé que el negro no había cancelado, le comenté con
detalle lo que había ocurrido, y que solo había sacado unos cuantos pesos para abonar,
y que yo no le había recibido; también le hice saber que a las nueve de la noche de ese
día había quedado de ir por el dinero.
Sector Entre Villa Diana y Los Bloques

-Liquidemos esto- dijo- a lasa 8 y 30 vengo para que estemos allá donde ese hijueputa;
quiero ver como es que le cobras, traeré visita que no conoces, ya te advertía que yo no
voy a pagar lo que otro se ha comido.

No le mencioné nada sobre la fiesta que había hacho el malparido con la plata, pues
creía que si se lo mencionaba, era capaz de dejarme sin sueldo y ponerme a trabajar
barias semanas hasta que le cancelará, tampoco de que el hijueputa estaba
adulterando, porque si se lo decía lo más seguro era que tomaba la decisión de dar todo
por terminado0 o sea el negocio conmigo. Liquidamos y al salir volvió y me dijo, que a
las 8 y 30 volvería con la nueva visita y agregó –Voy a empezar a mostrarte, puede ser
beneficioso si sabes hacer las cosas como hay que hacerlas, si no ellos mismos
cavarán tu tumba –

No salí de la casa por pensar, `pensaba en que Yerson no era de los que le conmovía la
amistad cuando de negocios se trataba; también en lo de conocer gente que estaba en
el negocio, que podría ser bueno, vaya uno a saber hasta que punto. Eran las 8 y 15
minutos, yo aun estaba en casa, escuché que tocaron la puerta, escuché desde mi
pieza salí a ver quien era y era Yerson, col él dos amigos que él acostumbraba
contratar, o que andaban con él para casos de agredir a alguien., también una persona
más, imaginaba que era alguien que tenía que ver en el negocio por la ropa que bestia,
bien presentado, bestia con lucidez, comparado con los otros y Yerson , ese era el
patrón.

Me los presentó, o mejor me lo presentó, porque a los otros ya los conocía, me lo


presentó sin decirme quien era, luego dijo –Vamos donde el negro- dijo secamente, le
pedí que esperara un momento, me fui a la pieza y me eche de guevas el changón, salí
y me pude dar cuenta que no andaban a pie, una cuatro puertas muy chimba, color
plateada me esperaba, ellos ya estaban dentro, una de las puerta traseras estaba
abierta esperando que yo ingresara.

-Súbete- dijo- vamos por el dinero que te deben -; el que parecía el patrón de Yerson y
de todos conducía, durante el recorrido el elegante ese no decía nada, muy silencioso,
yo les indicaba el camino para llegar a donde vivía el negro. Rato después le indicaba
con el dedo – Allá en ese rancho es donde vive, donde está el bombillo prendido afuera-
estábamos a unos 50 metros aproximadamente, el que manejaba detuvo la camioneta,
miró a Yerson, o mejor se miraron, seguidamente dijo Yerson- Vaya usted – dijo a uno
de los que siempre le acompañaban –pregunte por el negro, si está viene y nos avisa
para ir por el- luego volvió su mirada a mi y dijo, cuando el que siempre le acompañaba
ya iba rumbo a preguntarlo – Si está, vamos por él y no lo llevamos a dar un paseo- yo
no le conteste nada, solo le afirmaba que así lo haríamos haciendo movención a mi
cabeza. Rato después llegó el hombre que el había mandado y dijo- el negro no está,
salió una anciana y me dijo, pregunté que donde lo podía encontrar y que ella no sabe -;
dijo de afuera, luego se subió a la camioneta, Yerson miró el reloj, luego devolvió su
mirada a mí y dijo- Faltan 5 minutos para las nueve, haga fuerza pa´ que llegue esa
gonorrea, porque sino nos tocó arreglar con usted-

-Hermano, si me va a matar, pues entonces hágalo, pero no me amenace más… está


olvidando que yo siempre he sido su parcero y que nunca le he fallado; ya estoy arto de
que me amenace… vea – dije sacando el changón que tenía de guevas y estirándoselo
en la mano- ¡tome!, le entrego el arma para que así le quede o les quede mas fácil, ¡que
hijueputas tengo yo la culpa si me confié en esa gonorrea!; eso mismo le puede pasar a
usted o ha cualquier otro-
Sin recibir el arma contestó – Pues si a mí me pasara ya habría matado a las gonorreas
que lo hagan-

-Y es que ese hijueputa se deja ver hermano; se deja ver, si estuviera frente a él sería
otro cantar, pero no se deja ver-

-No estoy diciendo que lo voy a matar a usted ni mucho menos, guarde esa arma; estoy
diciendo que si esa gonorrea no paga; entonces el tesorito tendrá que pagarlo usted así
de fácil

– estábamos en la discusión; por cierto no se como fue que me atreví a decir tanto y a
exponer mi pellejo, pero ya no sabía ni que hacer; ese hijueputa negro por la señal que
mostraba era que no iba a responder por la plata, decía que estábamos en la discusión,
cuando vi que pasaba; o mejor el carro estaba parqueado, cuando vi al chino, al pela´o
que el día antes había mandado allá al rancho, es decir el que compró la papeleta el día
anterior, lo llamé, él se arrimó, le pregunté por el negro, y me dijo que hacía un rato lo
había visto con unos manes metiendo a la parte de abajo al lado del río, le pedí , con la
aprobación de Yerson que se subiera al carro para que me indicara y que le tiraba la
liga, y así fue, se subió y rato después el carro donde íbamos ya estaba a unos metros
de donde estaba el malparido negro.

- ¡Allá está! –dijo el pela´o- hay dos más aparte de él, el de gorra es el negro-

-Vayan ustedes dos con el hombre y lo traen- dijo el silencioso, que tenía porte de
patrón, indicando a los dos que acostumbraban andar con Yerson, recuerdo que al
pela´o lo ligaron y le dijeron que no comentara de nada con nadie.

Nos bajamos del carro, ellos esperaron a unos metros en la camioneta, los muchachos
andaban muy armados, pude ver cuando se reblujaron al bajarse, yo tenía el changón
ya entre guevas, al Yerson no habérmelo recibido; nos acercamos, ellos estaban de
espaldas, y ya luego me di cuenta que ni cuenta se dieron se dieron del ruido del
vehículo, nos acercamos, ellos sacaron las armas, yo saqué el changón y pusimos de
quietos a todos esos maricas -¡Quietos!, gonorreas- Dijo uno de los que me
acompañaban con un 38 corto apuntando al igual que el otro.

-¡No!, ¡no!, no nos vayan a matar, ¡no! nos vayan a matar- dijo uno de ellos, pero no era
el negro

-¿Cuál de todos es?- me preguntó el otro que me acompañaba

-¡Ese!- dije fríamente- el de gorra, el más negro; ese es-

-Ustedes dos tienen diez segundos para que se vuelvan humo, y si dicen algo a alguien
venimos y los matamos-

-¡No!, ¡no!, decimos nada; no decimos- mientras lo decían no se escuchaban si no los


pasos ligeros.

Había mucho silencio en el barrio y mucha soledad; claro que es que el negro y esos
otros estaban muy distantes del barrio, es decir muy alejados de las casas, estaban al
borde del río; yo a esos dos que estaban con el negro los conocía; lo raro es que ellos
también me conocían a mí; y sin embargo no dieron muestras, solo pedían que no los
matáramos; ya luego pensé que hasta inteligentes eran; y que si me hubiesen saludado
o dado indicios que me conocían, talvez pensarían que era peor para ellos ; también
pensaba en que sería por la traba que tenían que no me reconocieron.

-Vamos que el patrón necesita hablar con usted- dijo uno de los que me acompañaban ,
y de quieto lo llevaban cogido de los brazos y con el arma apuntándole

-¡No!, Apego, no dejen que me hagan nada, mire que yo le voy a pagar su platica,
dígales que me dejen ir- Y siempre en el trayecto decía lo mismo, yo me quedaba
callado ante sus palabras.

Lo subieron al carro, o mejor nos subimos, luego dijo Yerson –A sí que este es el
negro; quiero verlo bien, prende la luz- luego dijo- vamos a darle un paseo- El negro
estaba traba´o, yo estaba sano, a esa hora no había metido; Yerson mientras
andábamos en la camioneta sacó unos puchos de la cajuela, al primero que le ofreció
fue al negro, luego a mí, y luego, y todos estábamos metiendo, a excepción del hombre
bien vestido que conducía, el no metía, pero como que disfrutaba viéndonos, el negro
ya estaba más tranquilo, Yerson de manera suave le empezó a preguntar cosas, como
que por ejemplo, que con quien vivía, que como vivía, todo eso, vi animado al negro, a
mí me parecía tan extraño todo, pero yo no decía nada, solo me limitaba a lo que me
preguntaban, se terminaba un coso el negro, y luego Yerson volvía a brindarle.

Cogimos carretera destapada, la vía que a uno lo conduce a la vereda santa bárbara,
escuchando música y metiendo bazuca, pero de la buena, no creía ni en Poncio el
negro, pobre hijueputa negro, no sabía lo que le esperaba, él me miraba, iba muy
animado, yo no decía nada, pues pa´ que después de tantas maldiciones que le había
hecho, que le deseé, ya no le decía nada, iba traba´o, pero muy traba´o y iba feliz; tanta
atención por parte de Yerson eso me olía mal muy mal, pero yo era callado, Yerson
sonriente; uno echaba un chiste, otro, yo si era callado, el tiznado ese sonreía y ya a lo
ultimo después de mucho rato hasta echaba chistes, eso ahí estábamos en la fiesta,
pero yo tenía el presentimiento que algo tramaban, pero yo era callado, no más olía; me
extrañaba más el que Yerson no hacia mención del tesoro que debía esa gonorrea, de
eso no se mencionaba nada, que preocupante no maestro, coger a ese negro de quieto
que por la plata que debía y no mencionar nada, antes le atendían de la mejor manera,
es que ni que quinceañera pues; ni que bombón; una gonorrea bien feo, eso me olía
mal, muy mal.

Estábamos trabaos hasta las guevas, pero el más llevado del hijueputa era ese mismo
hijueputa, el negro, de un momento a otro la camioneta se detuvo -¡bájense todos;
bajen al negro!- dijo Yerson, nos bajamos todos menos el bien vestido que conducía,
todo estaba muy oscuro, usted imaginará maestro, en el campo, ya como las dos de la
madrugada; pues como podría estar la carretera, en silencio todo, la única luz era la de
la camioneta; Yerson hizo que instalaran al negro frente al reflector, es decir la luz que
daban las bombillas . El negro estaba pero mal, tenía una traba ni la hijueputa, solo
decía -¿Que me van a hacer?, ‘que me van a hacer?- Yerson se acercó a mí y dijo – ya
sabes los negocios de droga se pagan con la plata o con la vida, y como yo sé que
esa gonorrea no tiene plata, entonces cóbrele pa´ que el patrón desde adentro vea y no
nos cobre, y así ya va a saber que usted es de confianza y pa´ las que sea- Me hice el
cebón; el que no entendía y le pregunté -¿Qué me dice que haga?-

-¡Pues que le meta un changonazo en la hijueputa cabeza a está gonorrea- , miré a


Yerson sacando el changón, el negro ya gritaba, luego volví la mirada al negro, estaba
desesperado, gritaba y gritaba -¡Que no me maten!, ¡que no me maten!, ¡Apego!
¡Apego!- gritaba y yo ya con el fierro montado, estaba de rodillas, lo tenían bien
agarrado los manes esos, Yerson solo veía al igual que el que conducía. Yerson
esperaba que yo cumpliera, yo estaba traba´o eso me daba más ventaja pa´ ásele, y a
el más ventaja pa´ no sentir creo yo esa muerte fea, además también pensaba en la
hijueputa plata que él se había gastado, le metí un ultimo madrazo y le descargue el tiro
en la cabeza, cayó así como clavado la cabeza; pero no toda, porque el changonazo ya
había volado casi la mitad; la masa cefálica, ya usted se imaginará a donde fue a parar;
cuando yo alisté el arma pa´ dispararle, los dos que lo tenían se hicieron a un lado, sin
dejar de sostenerlo, pienso que talvez era pa´ que no los chisgueteara mucho.

-vámonos - dijo Yerson cuando ya estábamos dentro del vehículo, que por cierto
arrancó a las que llevaba el diablo, luego cuando arrancó dijo- así se hace, ya no debes
nada- y concluyó sonriente- ni el negro ni usted deben nada- y volteó a mirar al que
manejaba y dijo - ¿Es así o no patrón?-

-¡Claro que sí!- dijo el de vestido bonito y continuó- Ya no deben nada, creo que en
adelante trabajaremos mejor-

Periodista -¿Cuándo el te imploraba que no lo mataras no sentías piedad?-

-Estaba traba´o; cuando uno esta así, en ese estado, es difícil sentir piedad por
alguien, más cuando el pellejo de uno esta también en juego, creo que a eso se
debía el no sentir piedad… por un lado el solo pensar en que ese podría ser yo;
pues la presión o sensación que sentía, era que si yo no lo hacía, talvez hasta
ellos le pedirían a él “el negro” que lo hiciera contra mi; también el pensar en el
dinero; o mejor en que yo debía de pagarlo, y como ya se lo decía maestro, estaba
traba´o, y el traba´o es muy echado pa´ delante, si es traba moderada, si no se
agueva uno y se vuelve un bobo; diría que si no lo maté antes, cuando la anciana
salió a defenderlo en el rancho era porque, primero: aun tenía la esperanza que
pagara, y segundo no sentía la presión de estar al lado del que manda, tercero
creo que tuvo mucho que ver los gritos de la anciana porque llamo la atención de
la gente, y al yo no estar tan traba´o, pues me sentí débil para hacerlo.

¿Cuál fue la sensación que sintió mientras le quitabas la vida, entendiendo que era tan
ser humano como lo eres tu, como lo soy yo; es decir como lo somos todos?

-Ninguna, solo había que matarlo, que había que hacerlo, era lo sentía-

¿No sintió duda?

- Con esa presión tan hijueputa, es difícil sentir duda-

Periodista -Pero algo en su interior que le hubiera hecho pensar muy para sus
adentros… he!!, no lo haga, dejando aun lado de que fueran ordenes o no-

-Para nada; creo que la respuesta la tuviera si no hubiera estado en el efecto de la


droga… mire maestro, cuando uno está en ese estado y llega alguien superior a
uno en dinero, en el mismo manejo de la droga; y a ello se suman las amenazas,
uno actúa como de manera mecánica, solo importa lo que ellos digan para que la
vida de uno paradójicamente tenga validez, tenga valor-

¿Qué sentías a los días, o al día siguiente de haber llevado a cabo un asesinato ¿Te
sentías arrepentido? o por el contrario satisfecho por la misión cumplida?

-La verdad no me atormenté porque trataba de no pensar en ello; si estando el negro


vivo lo maté por pensar en mi, pues ahora que él ya estaba muerto tenía que pensar
más que antes en mi, porque yo si estaba vivo, porque yo aun pertenecía a este mundo-

Periodista ¿Qué se siente matar a un hombre?

-Pues en el caso mío, quitar la vida para yo vivir-


Periodista Robos, secuestros y muchos asesinatos; ¿hablemos un poco de eso?

Hubo un tiempo en que la situación no andaba fácil en el barrio, los policías llegaban a
mañana tarde y noche, el rumor que se escuchaba era que el barrio era el peor de
todos los sectores del municipio por todo lo que allí ocurría, o sea que eso hacía que la
ley estuviera muy de cerca, con los ojos puestos en las gentes, eso hizo que los
consumidores se desplazaran a comprar a otro lado dado la persecución que
sentían; entonces esto hizo que al la situación económica volverse difícil para mi
y para otros que dependían como yo del expendio, optamos por buscar otra
modalidad para conseguir dinero. Nos íbamos a las fincas un grupo, poníamos de
quietos a los mayordomos y si era el caso al dueño y nos robábamos el café, aun este
sin ser empacado, pedíamos costales y les exigíamos, que casi ellos mismos
empacaran; en ocasiones ayudábamos a empacar, todo lo arreglábamos, teníamos
unos parceros que tenían Jeep y estos nos transportaban, regularmente el café lo
vendíamos en Chinchiná o en otros municipios menos en Santa Rosa, y algunas veces
cuando los cuidadores de fincas o patronos se ponían difíciles, nos tocaba actuar
lesionándoles de por vida, o lesionando sus vidas “muerte”.

En secuestros, confieso que solo participe una vez, primero porque no fue muy rentable
para mi, ya que la vuelta era muy riesgosa y delicada y en el primer intento casi nos
pillan, aunque no nos pillaron, y por ese secuestro que pedimos 100 millones, a lo
ultimo hubo que arreglar por 15; ese hijueputa que secuestramos no valoraba su vida,
decía que prefería que lo matáramos antes de pedir a la familia que hiciera entrega del
dinero; la gonorrea lo paseabamos mucho de un lado a otro y jartó como dos meses
comida de cuenta de nosotros; eso casi fue más el gasto y el encarte con ese hijueputa;
y a eso se sumaba que a los familiares de él como que tampoco les importaba mucho si
se moría o seguía en el hueco, porque solo después de dos meses o algo más vinieron
a aflojar esa hijueputa maraña que no alcanzó ni pa´ un culo, lo íbamos a matar
después de recibir esa mamada, pero lo salvó que el parche estaba un poco caliente y
entonces decidimos dejarlo ir, dejar así. Eran mejor esos quince millones que nada,
éramos nueve.

De muertes, aparte la de el negro, fueron muchas, esto porque siempre era contratado,
cuando no era por Yerson o los demás que manejaban el negocio para hacer justicia,
era por gente de afuera para ajusticiar a alguien. Maté muchos viciosos, casi sin a
veces recibir una moneda a cambio, pues lo hacía por hacer limpieza; a veces lo
hacía porque es que esos hijueputas sopladores desechables robaban a la misma
madre de ellos, pues se metían a la misma casa a robar; también porque algunos
malparidos eran violadores; es decir siempre pensaba que esos malparidos
tenían que morirse porque no hacían sino el mal sin razón; creía que solo eran
parásitos que había que combatir. Cuando me enteraba de una violación, atraco,
muerte, golpiza; o algo así injustificado en el pueblo, aunque ante todo el barrio,
pedía que me averiguaran la vuelta, y en la mayoría de esos casos, eran esos
hijueputas enfermos de la droga o sádicos y demás que había que desaparecer.
Con el tiempo paradójicamente me convertí en uno de esos que un día combatí,
en un desechable; creo más desechable que al que un día combatí, ya te
enterarás.

¿Siempre utilizabas drogas para matar?

- ¿No entiendo?- Apego

-Lo que quiero decirte es que si siempre estabas bajo el efecto de la droga para poderle
quitar la vida alguien?-

-¡No!, siempre no; o es decir en comienzos si, pero ya luego ese efecto no era tan
indispensable para poder matar-

PERIODISTA ¿No veías a los muertos en el plato como se dice por ahí?

-¡No!, más bien a los que veía era a los vivos- risas- Son supersticiones, uno hace al
corazón noble, o lo hace como piedra, todo es costumbre, todo a veces se vuelve
mecánico en estos casos; no conozco al primero que asesina, se arrepiente y lo
vuelve a hacer, refiriéndome a tan repetidas ocasiones como yo lo hice; uno se
acostumbra, como el amor, yo lo defino como costumbre, es estar acostumbrado
a al presencia de alguien-

¿Has estado enamorado alguna vez o algunas veces?


-¡Si!, de la vida siempre vivo enamorado, aunque alguna vez no lo estuve y desee
que acabara pronto, ya te enterarás-risas- y del amor de mujer, si, confieso que algunas
veces aunque no es que me haya ido también con estos seres-

¿Cómo defines a la mujer?

-Muy elemental para nuestra vida; pero también quien le quita vida a nuestro deseo de
vivir- risas-

PERIODISTA -Después de ser un hombre de respeto, ser un patrón para muchos y de


tener una organización temida y respetada en el eje cafetero; y obtener poder ¿Cómo
se vuelve Apego, o como se convierte Apego en un indigente o desechable?; ¿a partir
de que momento o en que momento?

-Eso fue después que salí de la cárcel, pagué una condena de 13 años; aunque eran
32 según dijeron al comienzo; unos pesos a esos corruptos hicieron un cambio de
pruebas. Tanto a Yerson como a mí nos habían condenado, el pagó 12 años; aunque
era más, pero aquí también hubo carnada para los corruptos. No voy a dar una
información muy detallada al respecto solo te digo que fue por asesinato que me
condenaron. Cuando Yerson salió o cumplió la condena el me visitaba y hablamos ya
me faltaba poco para salir; ,como le digo el pagó 12, yo pagué 13, Tenía buenos planes
para mí, o mejor para los dos, me decía que estaba en algo grande, que no esperaba
sino que yo saliera para que trabajáramos como siempre lo habíamos hecho, según él,
yo era el amigo, más amigo y el hombre de confianza de él. Hablamos mucho, me
llevaba comida, plata; es decir me mantenía al pelo como se dice por ahí, a mí familia
también le ayudaba; cuatro meses después de haber salido de la guandoca, y quince
días después de haberme visitado, llegó alguien a la prisión y me dijo que al hombre lo
habían matado en Armenia, al parecer porque estaba haciendo un negocio de droga.

Ahí si que era más hijueputa la vida, porque ahí si que no tenía ni ayuda ni apoyo; ¿de
quien?, si esos otros maricas que trabajaban con Yerson que me conocían y que yo los
conocía a algunos; esos malparidos ni siquiera nunca me fueron a visitar, sabiendo que
yo había caído por un negocio de ellos; mis padres con que me iban a ayudar, con qué,
con qué maestro, pensaba en que qué hijueputa vida la mía, que hijueputa desgracia
haberme matado a Yerson; que más desgraciado yo que aun vivía, que él que ya
estaba muerto. En la prisión me volví más bazuquero, más marihuanero de lo que
era, más vicioso que antes, después que murió Yerson yo quede cómo
desamparado; desubicado sicológicamente; aunque creo que esa
desestabilización no la adquiría por la muerte de él precisamente, con respecto al
buen sentimiento o amor de hermano que pudiera sentir, sino más bien porque ya
no estaba la gallinita de huevos de oro, pienso que donde yo hubiese tenido
dinero por esos días en que lo mataron, no había sentido mucho la muerte de ese
hijueputa, pues hartos fueron los que él se hecho encima, hartos los muertos en
vida que esa gonorrea me señalo para que yo les quitara la vida, él sin escrúpulos
yo sin corazón; era una persona que primero los sacrificaba, si él era así, cuando
era él el que los mataba, por eso entonces tenían que matar a ese hijueputa, el
que a hierro mata a hierro muere; eso también yo lo pensaba, en que si algún día
me mataran; pues que hijueputas, también fueron muchos a los que yo no dejé
vivir, así hubiesen sido los más gonorreas del mundo.

Entonces salí de la guandoca, y ya dijeron que tenía que seguir presentándome que
porque estaba investigado por no sé cuantas cosas y cuantas muertes, aunque creo
que todo era poco por lo que me podían acusar ya que siempre fui precavido y no dejé
evidencias.

Entonces le decía que salí de la guandoca, llegué al barrio, y desde que salí no se
escuchaba sino el rumor que me iban apelar; es decir que me iban a matar, todas esas
gonorreas me soplaban diciendo que ojo Apego que por ahí lo buscan que pa´
matarlo-; pero nadie , ninguna gonorrea de esas me decía quien; si era la poli, o
otra gonorrea igual que yo que dolido pudiera estar porque le había matado a su
papá o a su hermano; que hijueputas iba yo a saber. Ya las ollas, algunas eran
manejadas por esas gonorreas a los que yo antes les regalaba vicio y que solían
llamarme “Patroncito” Gonorreas ya me hacían aun lado como yo ya no era nadie, dime
que tienes y te diré que vales; mal paridos.
Santa Rosa, Rio San Eugenio. Foto tomada desde la Plaza de Ferias. Foto GAG

Yo ya me vendía por cualquier cosa, hacía lo que fuera, todo pa´ comprar esa
gonorrea de vicio que yo algún día tuve a montón y que vendía. Yo ya no era el
mismo, todo el respeto lo había perdido; las gonorreas ya no me respetaban, ni
me fiaban ni nada, yo ya tenía envenenado todo mi cuerpo toda mi sangre y toda
mi mente por esa hijueputa droga. Hacía torcidos y los cabeceaba, cuando no era
que me quedaba con la mayor parte, era que no les cotizaba sabiendo que ellos eran
los que me cantaban la vuelta y hacían parte en lo que había que hacer, no yo me
volví un malparido muy faltón, me volví la peor calaña, tanto que empecé a robar
grabadoras, ollas pitadoras; atracaba hasta por saber que alguien llevaba una
menudita; y todo pa´l malparido vicio, yo era esclavo de él. Los de las ollas, o los
expendedores; según me soplaron, todos se pusieron de acuerdo que pa´ pagar
pa´que me mataran; todas esas gonorreas que un día les serví ya hoy me daban la
espalda, ya andaban detrás de mi; no para pedirme como antes porque yo ya no
tenía quedar, ni mucho menos pa´ darme o ayudar; esas gonorreas me buscaban
era pa´ matame maestro, pa´ matame.

Y es que yo también hice muchas cosas malas como matar a una gonorrea en una
casa y ahí mismo en el patio enterrarlo, yo era sin piedad con nadie, a veces me
pregunto como estoy hoy contando mi historia. Era perseguido por la ley, ya me
buscaban que pa´ guardame otra vez que en la guandoca que porque habían pruebas
que me señalaban como autor del asesinato de no se cuantos, imaginase maestro,
todos, yo creo que sin excepción ni de los polonchos que a veces son peores, me
buscaban era pa´ matame, y yo en ese estado tan perdido pues tenía que huir ; las
guevas que me iba a dejar agarrar, hacía que si me agarraban o me mataban pues les
costara, así como a mi también me costó quitarle la vida a muchos otros; yo no se los
hacía fácil, las putas guevas, y nunca, y creo que ya no, ya sabrás porque te lo digo.

Periodista ¿Qué sentías al ver que todo había cambiado y que ya no eras nadie para
nadie; incluso para ti mismo?

Es lo más duro que hay maestro, a veces me sentía tan decepcionado de la vida,
rechazado por todo el mundo, con la gonorrea de vicio encima y sin con que comprar, y
buscado por todos; a veces, o muchas veces quería que la muerte llegara pronto, pero
ella se rehusaba, pero no una muerte trágica como las que yo solía hacer; sino una
muerte natural, que dormido en el sueño me quedará privado; aunque tengo que
reconocer; ahora que recuerdo, que solo una vez pensé en tirarme de lo más alto; y
recuerdo que también pensé, cuando lo pensé, bueno ¿ Y si va y no me muero?, ¿Y si
va y quedó invalido?; muchos interrogantes que creo fueron los evitaron la caída,
porque eso si, mate a muchos, pero a nadie que yo me haya dado cuenta deje invalido,
porque así si creo que es mejor morir, eso me lleva a pensar, que aun así, con lo
hice, también tenía sentimientos hacía ellos al cerciorarme que si murieran y no
quedarán por ahí causando estorbo. La adicción y el hambre; Adicción, cuando no se
tiene manera de calmar ese deseo es desesperante, y el hambre, hambre y sin con qué
calmar el hambre, diría que es en ambos sentidos es lo más deprimente y
desesperante; es algo así como un infierno, el hambre y la adicción si no hay
forma calmarlas no lo dejan a uno pensar, se roba todos los sentidos, todo el
pensar, es estar muerto en vida; y es donde se manifiesta un sentir totalmente
desagradable para si mismo y para los demás.

¿Qué lo motivó a cambiar y a valorar su vida y la de los demás?

-Le decía que era buscado, y creo que no para ir a la cárcel, sino para ser asesinado,
en medio de tanto desespero, cierto día pedí a alguien del barrio que me regalara un
pasaje para huir, él sabía que me estaban buscando; dudó mucho para darme el dinero
del pasaje, ya que muchas veces o días anteriores a ese día le había pedido; pero que
va, no me iba, la hijueputa droga no me dejaba, todo peso se convertía en polvo,
después de mucho insistirle y casi suplicarle, me dio unos billetes, con la advertencia
que si no me iba, nunca más le podía volver ni a pisar la casa, y mucho menos a pedirle
una moneda. Esa mañana abordé un bus a la ciudad de Pereira, de allí abordé otro y
me fui a tierras lejanas donde no fuera buscado, o donde no me pudieran localizar;
llegué a un sitio cerca de la ciudad de Medellín, era una vereda, un amigo de tiempo
atrás me había hablado de ese sitio, ya que él trabajaba por esos lados. Llegué a ese
sitio, fui a la finca donde él me había dicho que trabajaba, pero no, según me dijeron
hacía varios meses el hombre con su familia se habían ido; como era de noche pedí
posada en esa finca, dije de donde había llegado y que no tenía con que volverme, y
después de tanto insistir el mayordomo dijo que durmiera entonces con los trabajadores
que hasta el día siguiente – Le doy posada por esta noche, pero cuando esté
clareciendo debe irse, yo no puedo tenerlo aquí- y pidió que me abrieran un espacio por
esa noche.

Al día siguiente muy por la mañana, me levanté, ya los trabajadores se alistaban para
salir a iniciar labores en el campo, todos muy silenciosos, casi nadie me hizo buena
cara. Me levanté y empaqué la pequeña cobija en la maleta, ni me bañe, ni me lavé la
cara, ni mucho menos me cepille las muelas, desde hacía mucho que hasta eso de
cepillarme le dentadura me parecía harto. Salí y el mayordomo daba instrucciones a los
trabajadores, le dije –Patrón, que esté muy bien y muchas gracias- dijo que no había de
qué y que me fuera bien. ya salía de la finca; o es decir, iba llegando a la portada, un
cerco a manera de puerta, cuando vi que varias personas armadas me acorralaron -
¿Usted quien es y que hace aquí?- dijo el que creo yo mandaba.

Todos con metralletas; por Dios que nunca había sentido tanto miedo, le dije el nombre
y la razón por la cual estaba allí, que era la de encontrar al amigo de tiempo atrás; me
pidieron que los siguiera, todos con esos aparatos al lado, caminamos y más adelante
había otro grupo, el que me preguntó se acercó a uno de ellos y le habló al oído, o
mejor de manera suave que yo no escuchara, de un momento a otro escuché que al
que le habían hablado al oído dijo señalándome- ¡Venga!, acérquese y siéntese- Creí
que me iban a matar, pero cuando me dijo que me sentara eso me tranquilizó. Empezó
a preguntar, o a interrogarme de una manera más plena, yo empecé a contarle, le dije
todo; todo es todo; quien era yo, que había hecho, porque estaba huyendo, que me
buscaban para matarme; también que quería una oportunidad, es decir todo, que más
daba, perdía al fin al cabo, como estaban las cosas para mi, más en no decirlo, que en
decirlo; volverme no podía hacerlo; ya había que implorar aunque implorando me
muriera; destruido que estaba maestro, que más daba, que más daba un ultimo
empujoncito si era por mi vida; que más daba el dejar mi orgullo y implorar, si al fin y al
cabo yo ya no tenía orgullo, yo ya tenía era ganas de vivir, aunque allí terminaran mis
ganas y ellos me asesinaran, que más daba maestro, que más daba.

Les dije que era buscado por la ley, que era buscado por mucha gente, que me había
convertido casi en un indigente o desechable que suena mejor a como yo estaba, que
había matado a mucha gente; es decir todo, que había estado en prisión, que era
buscado por todos los que un día comandé, que por mi degradación personal ya era un
estorbo en el barrio y para la sociedad; les dí a saber cuanto yo era, que mi
levantamiento estaba anunciado en las tierras de donde había llegado, con lagrimas en
los ojos, cosa por la cual nunca en mi existencia había llegado a pasar, ahora lo estaba
pasando, lloraba como un niño mientras les contaba, nunca sentía miedo antes hasta
ese día, pero tenía que atreverme, era mi vida, era mi única oportunidad, mi única
oportunidad de vida, así fuese para ser peor de lo que ya era, vaya uno a saber, solo
pensaba en que tenía que vivir, solo eso; para que… no sé, no sabía, era ese momento
que pudiera traerme más momentos de vida. Les dije que yo hacía limpieza en mi
ciudad y que ahora querían hacer limpieza conmigo. Cuando terminé, se miraron los
unos a los otros; los jefes se distanciaron un momento; digo que eran los jefes, porque
daban ordenes, yo estaba rodeado de personas muy armadas; rato después los dos
que repartían ordenes regresaron, uno de ellos dijo- Le vamos a dar la oportunidad
que viva; y que trate de reintegrarse con su vida misma, pero hay unas
condiciones que tiene que cumplir y siguió diciendo- Primero cero drogas…
¿sabe eso que significa?- yo decía que sí con movención a mi cabeza- significa -
Continuó- cero alucinógenos, si no es así, será castigado con la muerte… ¡queda
claro!- yo una vez más reafirmaba con mi cabeza- dos- continuó- Pena de muerte
para el ladrón- siempre decía -¡queda claro!, queda claro y siempre le reafirmaba
con movención a mi cabeza –Tres , cero desobediencia, cuatro cero licor, quinto
cero asesinatos- y continuó – si cumples estás reglas eres bien venido, si no te
prometo que vas a durar mucho menos vivo por estas tierras, que por las tierras
de las cuales has llegado, por ultimo dijo – tendrás el espacio en esta comunidad
si cumples.

Sin yo proponérmelo fui a dar a una zona paramilitar; para muchos fui a dar a la boca
del lobo, para mi fui a dar a donde verdaderamente había el sentido de vida para mi
vida. A los días de estar allí trabajé en una empresa de triturados para construcción,
también como cultivador de bosques, como panadero, también en un taller de
ebanistería. con el transcurso de los días empecé a recuperarme en la parte física y
mental; no sé si serían las mismas reglas que me hicieron cambiar, o tal vez el ver
a tanta gente que ellos ajusticiaban; no sé, la verdad maestro no sé; pero lo que si sé es
que hoy doy gracias a Dios por ese desespero, por esa persecución que sentí, porque
creo que fue eso lo que hizo que viera la vida con otros ojos, doy gracias a Dios por
que ya llegó en mi corazón para quedarse, por haber huido aquella mañana sin
rumbo, y encontrar paradójicamente un rumbo a la vez. Ya valoro mi vida, y me
arrepiento de lo que un día hice. Aunque yo sé que la ley me busca, y que tanto para
ellos, como los que están en venganza conmigo, mi arrepentimiento no les
importa; pero yo tampoco soy tan cebón de puchármeles y entregarles una vida
que ya estoy construyendo, que no ha sido fácil, que me ha costado; y que ante
todo es lo más grande y significativo para mi. Ahora pienso en vivir bien para que
Dios y el destino me perdonen. Trato día a día de enmendar el daño que causé a la
sociedad; doy concejos a personas que actualmente están como yo estuve. Trato
de llevar mi vida con principios, de lo ausente estuvo.

¿Tienes esposa, hijos? halemos un poco de eso?

-Tengo si una amiga a quien creo quiero muchísimo; es decir ya me acostumbre a ella,
esposa nunca he tenido; pienso que podría ser de la que te hablo-

¿Y algún hijo por ahí, de alguna aventura pasada?

-¡No!; sueño con un hijo si; pero confieso que me da miedo-

¿Miedo a qué?
-Miedo a que talvez pueda ser como yo un día fui, por eso vivo arrepentido y trato de
enmendar mis errores y hacer el bien, para cuando eso llegue, si me permita la vida
Dios y el destino me lo sepan guiar, confieso que casi nunca me había fijado en la
ternura que desprende un niño; antes no sabía ni que sentir, hoy siento un gran
amor hacía ellos, que Dios decida cuando procreo para bien mío, pero ante todo
para bien de él-

¿Cómo se podrían interpretar, ya para finalizar la entrevista, las palabras que decías al
comienzo “No éramos malos; o es decir, no era malo, solo quería ayudarle a la
sociedad y a esos muertos vivientes que andaban por ahí, te pregunto en
comparación con lo que ya es tu historia?

Un rincón en el Parque de Los fundadores

-A veces las circunstancias, la adicción, la falta de responsabilidad con uno mismo, la


ignorancia, la falta de amor propio y por los ajenos; a ello sumado también, el poco
entendimiento a lo que son los valores; la ausencia de luz; es decir la ausencia misma
de el saber quien es Dios, y de que se conforma, que no es más que de los mismos
valores, repito, amor al prójimo y hacía si mismo; también la falta de estar bien
relacionado, alguien que enseñe a ver las cosas de otra manera, la orientación; todo
eso, cuando se está ausente de todo eso, es difícil que la vida tome el rumbo adecuado,
más cuando repito, no se esta sino rodeado de escoria, de gente que difícilmente
pueden sentir amor propio, mucho menos amor hacía los demás. Todo eso lo empuja
a uno a hacer cosas que no son debidas, se cree que se está actuando bien, pero
más bien creo que es porque se está perdido; se cree que se está actuando bien,
cuando verdaderamente la vida, o nuestro proceder se sale de todo concepto de
principios, ahora entiendo que uno no está en este mundo para juzgar a nadie de
la manera que yo lo hacía, si no para entender las personas y orientarles de la
mejor manera. Hace muchos años leí una frase que decía: “ El hombre que no
reconoce su pasado, jamás tendrá un futuro”. El hambre, la adicción, el vicio y las
necesidades materiales son las que no te dejan pensar bien y ver la vida con una
mirada agradable-

Despedida

Agradezco la confianza que has depositado en mí, los momentos que me entregaste
para la realización de este trabajo, y ruego a Dios porque te absuelva de todas las faltas
y conceda paz, armonía y mucha felicidad.

-Gracias a ti maestro, créame que lo disfruté, que quería también contar, y que qué
bueno que la oportunidad la hubiera tenido contigo, que ojalá te sirva para que también
ayudes a otros seres que desesperadamente podrían necesitar de usted… Gracias-

(Se ha transcrito el excelente trabajo tal como se presentó por el autor Rubén Dario Henao O. una vez
concluidas las observaciones y entrevista, no se ha sometido a correcciones de estilo o similares,
solamente he subrayado algunas proposiciones especialmente pertinentes en la identificación de variables
concurrentes en el desarrollo de los acontecimientos y hechos narrados.. Las imágenes son fotografias de
Santa Rosa y sus alrededores, entornos fisicos, paisajes en los cuales discurre el drama humano, el drama
de los sujetos de estas notas. Guillermo A. Gärtner Tobón)

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