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El termino "encapuchado" tiene una carga estigmatizadora evidente y como tal es pronunciado y aceptado por
la masa de opinión. Son unos cuantos "encapuchados"! y así se deslegitimiza cualquier protesta.
Los lanzadores del boomerang, de la estigmatización simplemente terminan fortaleciendo las condiciones que
dan lugar a esas expresiones de violencia. Mas inteligente resultaría reconocer la fuerza, la potencia humana que
se expresa en esa forma encapuchada pero ostensible y nada se logra con desconocerla.
Hace algunos meses encontré un texto cuyo contenido apropio y reproduzco aquí y ahora para invitar a recono-
cer esa fuerza que se viene manifestando en la Universidad, establecer formas inteligentes de comunicación, y
hacer eso si de verdad, del campo universitario un sitio de encuentro para construir condiciones humanas de
convivencia y seguridad.
"El enfrentamiento con la policía es, a juzgar de muchos, un acto violento que no tiene razón de ser. Para el encapu-
chado, sin embargo, tiene una connotación bastante distinta en lo que respecta al fondo del asunto. En un trabajo
realizado para la cátedra de Psicología Social de los Grupos Humanos*, de la carrera de Psicología de nuestra Uni-
versidad, cinco estudiantes tratan a fondo el tema de la identidad de los jóvenes encapuchados. Fuera del análisis
psicológico propio del trabajo, algo interesante es que rescata la visión de los encapuchados respecto a su accionar,
contada por ellos mismos.
Sin existir una visión común entre los distintos grupos que realizan la llamada «acción», la mayoría de los entrevis-
tados coincide en varios aspectos. Uno de ellos es el significado que se le da a encapucharse, que sólo se asocia con
una idea de seguridad: los «pacos» no pueden reconocerte en la acción, y tienen los aparatos para hacerlo. De hecho
quienes han asistido a manifestaciones, incluso pacíficas, pueden constatar que los carabineros cuentan con cámaras
que manejan desde los carros policiales.
Otro aspecto tiene que ver con lo hermético de los grupos que participan de estos actos. Todos reconocen que una
que una «salida» contempla ciertos grados de planificación y evaluación, en la que se consideran, entre otros, los
escenarios político y estudiantil. Además, la acción misma debe considerar un trabajo de conocimiento de las vías
de escape, quien prestará atención médica, quien se encargará de los cocteles (molotovs, miguelitos, piedras, bom-
bas de ácido, etc.). Por ello la necesidad de contar con compañeros confiables y evitar la infiltración de delatores
que puedan hacer fallar cualquier «salida» y en consecuencia expongan a sus protagonistas, los encapuchados, a las
sanciones legales que buscan evitar con la capucha. El hermetismo de los grupos se transforma en una necesidad.
Quizá lo que cruza con mayor fuerza a estos grupos (los organizados) es la convicción profunda de que lo que
hacen es para el bien de la sociedad. Para ellos la violencia se asume como un medio, no como el fin. Un medio de
lucha contra las desigualdades sociales. Consideran la violencia como indispensable para provocar los cambios
necesarios que conduzcan a una sociedad más justa desde sus perspectivas. En este mismo tema, la ideología que
cruza a algunos de los encapuchados está relacionada con los movimientos de izquierda. Algunos tienen una postu-
ra Marxista-Leninista, y reconocen que en ella se afirma que no se puede provocar cambios que buscan sin el uso
de la violencia.
Para otros la violencia es incluso más que eso, es la expresión de un descontento con el sistema, que a veces no se
puede encasillar en una postura ideológica. Algunos de los entrevistados evitan que se les estigmatice con la pala-
bra «encapuchado». Todos los entrevistados son o fueron estudiantes y no se consideran como encapuchados. Des-
pués de la «acción» ellos pasan nuevamente a ser parte del mundo en que viven, son estudiantes, pobladores o tra-
bajadores, prefieren ser reconocidos como lo que son y no por lo que hacen cuando protestan.
Es de esperar que, cuando se hable de los encapuchados, exista un cuestionamiento más allá de los hechos, pasar a
las motivaciones y analizar críticamente si es verdad que se han agotado todos los caminos, pues a veces muchos de
nosotros desconocemos la realidad de quienes optan por tal o cual decisión."
Lo transcrito me parece lo baje hace ya varios meses de uno de tantos documentos que sobre estos temas se encuen-
tran en el portal:
http://www.joveneslac.org/portal/modules.php?op=modload&name=PagEd&file=index&topic_id=4&page_id=124