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Ciclismo con ‘C’ de

Caja Cantabria

H
ubo un tiempo en el que los colores verdes y azules decoraron las carreteras de Cantabria.
Fue algo más de una década en la que se forjaron personas y se modelaron deportistas. Fue
aquel enero de 1991 cuando una idea surgida en medio de sonidos de ruedas y cadenas,
una tarde después de una carrera de tantas, tomó forma. No se trataba de empezar la casa
por el tejado sino de educar dando pedales. Y se consiguió. Más de 500 ciclistas pasaron por las filas
del Caja Cantabria, como se llamó un club que creció de la noche a la mañana. El embrión de lo que
luego se convirtió en una escuadra de referencia en el país y que ‘dio a luz’ a una docena de ciclistas
profesionales se colocó en el modesto Club Ciclista Mozagro. Allí, entre tubulares y cubiertas desgas-
tadas, Marcos Trueba dirigía a un puñado de valientes. Tan sólo con escuchar su apellido uno puede
evocarse a las más espectaculares hazañas de este deporte. Quién no ha visto alguna vez, en blanco y
negro, alguna foto o imagen de un pequeño corredor, apodado la ‘Pulga de Torrelavega’ pedalear por
los puertos del Tour de Francia. Recibía el apodo de La Pulga de Torrelavega.
Su especialidad eran las ascensiones de montaña. Acudió a la prueba a título individual, sin equipo
y sin ningún tipo de apoyo económico.Vicente Trueba fue uno de los cuatro únicos corredores que
Texto: Marcos Menocal. consiguieron finalizar todas las etapas con el control de tiempo abierto. Aquel año, la organización
Fotos: Fermín Trueba. decidió relajar la normativa y permitir así que un mayor número de ciclistas terminaran la prueba. De

28 Julio-Diciembre´11 La Revista de
REPORTAJE

no haber sido así, Trueba habría sido el vencedor del Tour. Con pasaron cada año por las filas del Caja Cantabria. En 1999, la
esas credenciales, el club crecía sobre buenos cimientos. entidad pasaría a llamarse Club Ciclista Marcos Trueba, pero
Ese intento de aglutinar bajo la misma denominación se siempre bajo el paraguas económico de la entidad financiera.
transformaría en 1995, con la entrada del patrocinio de Caja Hasta entonces, aquello que había nacido en un taller ya había
Cantabria en una fábrica de talentos y en una escuela acelerada conseguido importantes victorias a nivel regional y a nivel na-
de los principios que rigen el deporte. Olor a linimento, agua con cional. Todo había crecido un poco más y el símbolo de la mar y
azúcar para las agujetas y mucha ilusión. Con estos ingredientes las montañas que sirve de logotipo de la Caja, se convirtió en un
comenzó la andadura de un proyecto que duraría diez años. Una componente básico en los pelotones ciclistas.
década en la que, entendiendo el ciclismo como un elemento de El último año de la década de los noventa, el apellido Trueba
formación, se fue creciendo. En aquel pequeño club sin grandes tomó las riendas del club un poco más todavía. Fermín Trueba,
aspiraciones se dió cabida a todas las categorías. Desde los más exciclista profesional, Alejandro Trueba (su hermano, acompa-
pequeños, categoría promesas, hasta los juveniles. En el recuer- ñados de Raquel García (viuda de Marcos Trueba) y Ángel Cano
do de muchos de los integrantes de la historia de este club se re- ‘Gelan’ decidieron dar un salto de calidad. En los primeros años
cogen aquellas simpáticas imágenes de los diminutos aspirantes de 2000, la familia ‘cajista’ ya era tan grande que, sin duda, era
a ciclistas que en algunos casos necesitaban la ayuda de sus pa- el club más numeroso de los cántabros. Poseían integrantes en
dres para mantenerse en pie. O de aquellas clásicas chichoneras todas las categorías posibles, incluso, en la de amateurs, el últi-
que les bailaban en la cabeza. mo escalón antes de dar el salto al profesionalismo.
Caja Cantabria, referencia en el patrocinio deportivo en El fallecimiento de Marcos Tureba en el año 1996 fue un
aquellos años, decidió dar un giro de tuerca más. Sus apuestas duro trago para la familia directa y para el nuevo núcleo familiar
por el deporte a nivel profesional con el apoyo incondicional a que había nacido en torno a su figura. Sus hijos y el entorno de
los equipos más representativos de esta región (Racing, Teka o la escuadra cántabra decidieron seguir la estela que Marcos dejó
Lobos) se vieron acompañadas por una decidida intención de y crecer como al él le hubiese gustado. Los éxitos se multiplica-
potenciar el deporte de base. Una media de cincuenta ciclistas ron, y el club pasó a ser uno de los más respetados.

Una década educando desde el pedal


Un ayer muy próximo

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Durante la década que duró el patrocinio de Caja Cantabria ciclista ‘cajista’ fue el culpable de que el pasado 29 de octubre el
a la escuadra ciclista fue muy sencillo identificar a la gran fami- recuerdo de tantas y tantas anécdotas se reuniera en torno a una
lia que poco a poco fue creciendo. A los chavales, verdaderos mesa. Después de numerosos encuentros casuales entre miembros
protagonistas de esta entrañable historia, se sumaban de manera de la entidad, se organizó una cita ambiciosa. La intención y la
participativa los padres y los amigos de cada uno. Con máximo ilusión fue el motor de la idea y las nuevas tecnologías hicieron
cariño preparaban antes de cada competición los refrigerios a el resto. Lo que empezó como un llamamiento modesto terminó
cada uno de los corredores. A unos, fruta envuelta en papel de reuniendo a 102 personas con pasado ‘cajista’. Entre ellos 85 ci-
plata, a otros, agua o la milagrosa coca cola. Se organizaban clistas, el resto directores, monitores y personas de confianza del
excursiones con todos los padres y a la vuelta de las competicio- extinto club. El lugar de encuentro fue el Restaurante El Refugio,
nes, pasase lo que pasara en la carretera, se comía el bocadillo. en Tanos, y entre familiares y curiosos, el local se quedó pequeño.
Durante esos años todo parecía haber estado ensayado, pero, sin Una comida y sobre todo una sobremesa extensa dio para mucho.
embargo, era algo natural y espontáneo. El ciclismo era la excu- Muchos de los presentes no se veían desde que se bajaron de la
sa para formarse en la escuela de la vida. La entidad financiera bicicleta. Algunos mantienen intacta la pasión por el deporte y
apoyó incondicionalmente el proyecto. tan sólo alguna cana dejaba testimonio de que el tiempo sí había
Al principio, como todo, las aspiraciones fueron modestas. pasado. Hubo abrazos y lágrimas de todos los presentes. Un vídeo
Acometer el calendario regional fue el único de los objetivos, en el que se proyectaron imágenes de los años mozos hizo que un
pero los éxitos obligaron sin querer a que el proyecto de Caja pequeño halo de melancolía recorriese a los asistentes.
Cantabria de ciclismo se exportara al exterior. Competiciones Durante el acto, tres personas estuvieron en el recuerdo. Mar-
por el País Vasco, Asturias y las comunidades vecinas fueron el cos Trueba, Ángel Cano y Victoriano Ruiz González. Ellos fue-
primer paso. Más tarde, los colores azules y verdes se empeza- ron los culpables de muchas de las historias que allí se contaron.
ron a dejar ver por todo el país. El extranjero fue lo siguiente. Su familia recibió un ramo de flores como detalle a tantos ‘años
Francia vio como un puñado de chavales de Cantabria competía de servicio’. Gracias a ellos, diez chavales lograron cumplir su
en aquellos años en los que el reinado de Miguel Indurain se sueño de convertirse en profesionales. Un elenco de lujo que
convirtió en aplastante. El ciclismo hablaba con acento español no quiso perderse la fiesta. Pedro Luis Marichalar, Vidal Celis,
y en una pequeña comunidad como Cantabria, al norte de Espa- Alberto Fernández, Iván Gutiérrez, David Gutiérrez, Eduardo
ña, se dejaba notar el entusiasmo por este deporte. González, Ángel Sainz de la Maza, Tino Zaballa, Roberto Cobo
y Juanjo Cobo. Campeonatos de España en ruta y en contra-
Recuerdos encima de una mesa rreloj, Clásica a San Sebastián, etapas de Vuelta a España o de
Pese a que en el año 2001 el patrocinio de Caja Cantabria terminó, Tour de Francia y una victoria final en la general de la Vuelta a
la huella en las conciencias de los que año tras año fueron pasan- España, son algunos de los triunfos de esa decena de ciclistas a
do por el club quedó impresa para siempre. Javier Sainz, antiguo quienes les salieron los dientes en las filas del Caja Cantabria.

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REPORTAJE

Una media de cincuenta ciclistas pasaron cada año por las filas del Caja
Cantabria. En 1999, la entidad pasaría a llamarse Club Ciclista Marcos Trueba,
pero siempre bajo el paraguas económico de la entidad financiera

En la comida tampoco faltaron algunos de los directores Ellos pertenecen a la gran familia del ciclismo cántabro. Por
que estuvieron presentes en muchas de las hazañas de los que otro lado, Juanjo Cobo, recibió unos gemelos y un pasador de
allí compartieron mesa y mantel. El incombustible ‘Cundo’ fue corbata con el bisonte, su signo de identidad grabado. Se sor-
uno de los más aclamados. Por sus manos han pasado miles de tearon dos maillots, uno de Geox, donado por Cobo y otro de
aspirantes a ciclistas. Su estampa forma parte del decorado de Caisse d’Spargne, por Iván Gutiérrez.
cualquier cita en Cantabria. Remangado, aunque hiciera un frío “Ha sido muy fácil organizar esto”, aseguró el impulsor del
tremendo, ajustando una rueda, apretando un pedal o empapan- acto, Javier Sainz. “Cuando lo propuse por primera vez todo
do las piernas de los chavales con aquel linimento que parecía fueron facilidades. Los ciclistas estaban como locos de conten-
milagroso. Las piernas de Iván Gutiérrez, de Juanjo Cobo o del tos por verse las caras otra vez. Los medios de comunicación
tricampeón del mundo, Óscar Feire, entre otros, fueron parte de nos apoyaron y los responsables de Caja Cantabria nos anima-
la historia de una persona que si no hubiese existido habría que ron para que todo saliera bien”.
haberla inventado. Bardy Castillo, otro enamorado del deporte “¿Qué tal estás?, se repetía una y otra vez mientras otros
acompañó a Cundo en la mesa. A Bardy aún no se le han acaba- sonreían por el aspecto de aquel compañero al que hacía diez
do las pilas y continúa enrolado en una nueva aventura. No sólo años que no veían. El buen humor, aderezado con una dosis de
el triatlón, que por motivos familiares ocupa parte de su vida, nostalgia impregnó el acto.
sino cualquier práctica deportiva es excusa suficiente para sacar- Son épocas difíciles para el mecenazgo deportivo. Durante
le de casa. En Los Corrales de Buelna es uno de los primeros en aquellos años Cantabria gozó de una salud, incluso, por encima
colaborar en que se sigan celebrando pruebas. de lo que sus números podían presagiar. La cantidad de habitan-
Hubo distinciones para todos los presentes, pero recibieron tes y la extensión de su territorio jamás hubiera hecho posible,
una mención de honor dos personas que con su sola presencia en buena lógica, la cantidad de apuestas deportivas que surgie-
y sin hacer nada en especial se llevaron los aplausos de la sala. ron en aquel periodo. Firmas como Caja Cantabria hicieron po-
Carmina Mantecón y José Luis Herrera. Ellos representan el sible que la tendencia fuera favorable. Mucho ha cambiado el
espíritu del ciclismo en general y de lo que significó el Caja escenario, este año que entra (2012), precisamente, puede ser el
Cantabria en particular. No existe prueba ciclista en la que en primero en la historia que la región no logre sacar a la carretera
algún momento del recorrido no se les vea aportando lo que un sólo equipo que albergue a los corredores que militan en la
buenamente se pueda. Un día agua, otro fruta... Bocadillos. categoría amateur, el último paso ante del profesionalismo.

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