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Escepticismo
Resumen: Es común distinguir dos clases de argumentación escéptica con
base en la organización en dos bloques que hizo Sexto Empírico de los
tropos del escepticismo antiguo en sus Esbozos Pirrónicos: (1) Los
llamados 10 tropos que afectan el alcance objetivo del conocimiento
perceptual y –por así decir– de primer orden y (2) los cinco tropos de
Agripa que cuestionan ante todo la posibilidad de un conocimiento de
segundo orden o filosófico.
Hegel valoró esta clasificación y consideró al primer grupo como digno de
la investigación filosófica, mientras que descalificó al segundo grupo por
anti-filosófico. El propósito (sistemático, no solamente histórico) de la
presentación consiste en desvirtuar esta valoración de Hegel y en mostrar
que una de las funciones más interesantes del escepticismo consiste
justamente en poner en cuestión el verdadero alcance del conocimiento
filosófico.
En un extenso ensayo, sugestivamente titulado
“Relación del escepticismo con la filosofía” (Verhältnis
des Skeptizismus zur Philosophie)1, Hegel acometió en
1802 un duro ataque contra el escepticismo moderno,
que para él estaba encarnado principalmente en la
obra del filósofo post-kantiano Gottlob Ernst Schulze
(1761-1833), más conocido entre sus contemporáneos
como Aenesidemus2, pero que tiene un “aire de
familia” fácil de encontrar en la Primera de las
Meditaciones de Descartes y en el proyecto de Hume
de conducir el Representacionalismo moderno” a un
callejón sin salida.3 El “aire de familia” del
escepticismo moderno está constituido
(1) por la imposibilidad de dar una prueba contundente de la existencia del mundo
exterior, y por creer que esa imposibilidad
socava el fundamento del conocimiento del mundo circundante y (2) por la
creencia de que tenemos un acceso directo, cierto e incorregible a los “datos de
conciencia” o contenidos de representación. Ambos aspectos son caras de una
misma moneda.
Hegel consideró al escepticismo moderno como menos valioso que
el escepticismo antiguo. Esa subvaloración del escepticismo moderno se halla sin
duda motivada por el carácter problemático que los dos aspectos mencionados
tenían para él, de cara a una fundamentación del conocimiento, pero encuentra
su principal razón de ser, sobre todo, en (3) la destructiva consecuencia que
Schulze sacó de la reflexión escéptica moderna para la teoría del
conocimiento. Según Schulze, la principal consecuencia del escepticismo filosófico
no consiste en el cuestionamiento de la
posibilidad de nuestro conocimiento del mundo, sino en la puesta en
duda de la posibilidad de la filosofía como conocimiento. La filosofía
del conocimiento, o epistemología, pierde así la respetabilidad como
disciplina teórica.
Cuando Hegel se inclina por una validación del
escepticismo antiguo está pensando principalmente en
los famosos diez tropos recogidos por Sexto Empírico en
sus famosos Esbozos Pirrónicos. Los también famosos
cinco tropos de Agripa, que figuran asimismo en el
informe de Sexto, representan, para Hegel, en cambio,
una tendencia antifilosófica que encuentra su máxima
expresión en la crítica de Schulze a lo que él denominó la
“filosofía teórica” (cfr. Verhältnis, p.42; 63 ss.).
Bibliografía
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Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2002. © 1993-1998
Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
García, R. y Cross (1964). Pequeño Larousse Ilustrado. Editorial
Larousse.
Mora, J. F. (1980). Diccionario de Filosofía Abreviado. 11va
Edición. Editorial Suramericana.
TELEOLOGIA
El término teleología proviene de los dos términos griegos Télos (fin, meta,
propósito) y Lógos (razón, explicación). Así pues, teleología puede ser
traducido como «razón de algo en función de su fin», o «la explicación que se
sirve de propósitos o fines». Decir de un suceso, proceso, estructura o totalidad
que es un suceso o un proceso teleológico significa dos cosas
fundamentalmente: a) que no se trata de un suceso o proceso aleatorio, o que
la forma actual de una totalidad o estructura no es (o ha sido) el resultado de
sucesos o procesos aleatorios; b) que existe una meta, fin o propósito,
inmanente o trascendente al propio suceso, que constituye su /razón,
explicación o sentido. En términos de cierta tradición filosófica, esto
equivaldría a decir que dicha meta o sentido son la razón de ser del suceso
mismo, lo que le justifica en su ser. Como se ve, el carácter teleológico de un
suceso se opone a su carácter aleatorio. Sin embargo, de ahí no podemos
deducir que teleológico y necesario (en su acepción epistemológica de
legaliforme), sean coincidentes. Un suceso es necesario relativamente a un
cierto marco de referencia si, dadas ciertas condiciones, es lógicamente
imposible que dicho suceso no tenga lugar en la estructura ontológica de dicho
marco. No obstante, decir de un suceso que es teleológico relativamente a un
marco de referencia, significa que existe una tendencia, propensión, etc. en tal
marco a desarrollar ciertas formas o estructuras que ceteris paribus (i.e.,
manteniendo ciertas variables constantes) tendrán lugar, y respecto a las
cuales tal suceso es una fase, etapa o momento de su desarrollo.
Fuera del ámbito ontológico, la teleología se dice de la acción humana
y, así, de los denominados proyectos, planes, decisiones futuras,
objetivos globales vitales, etc. En este caso, el carácter teleológico
de un suceso o acontecimiento (la acción humana) cumple las notas
anteriormente mencionadas: la acción teleológica no es la acción
arbitraria, la que responde a intenciones momentáneas, a caprichos
o deseos del momento sin ninguna articulación superior; por el
contrario, responde a una intencionalidad (fin), conscientemente
explicitada, del agente y articulada generalmente dentro de un
sistema teleológico (fines últimos e intermedios) que constituyen su
proyecto vital. Ahora bien, para que una acción sea teleológica no
es suficiente con que responda a un fin consciente del agente; es
preciso también que dicho fin haya sido asumido consciente y
críticamente. De otro modo, la estructura teleológica de un proyecto
vital personal se opone, en tal caso, a las formas de vida mimética,
inercial, irreflexiva y alienada.
JUAN NOEMI
Facultad de Teología.
Pontificia Universidad Católica de Chile.
Escepticismo
Concepción filosófica que pone en duda la posibilidad del
conocimiento de la realidad objetiva. El escepticismo
consecuente se conjuga con el agnosticismo. Alcanza su
mayor difusión en los períodos del desarrollo de la sociedad
en que los viejos ideales sociales ya se tambalean y los
nuevos todavía no se han consolidado. El escepticismo como
doctrina filosófica surgió en el período de crisis de la antigua
sociedad griega (siglo IV a. n. e.) como reacción a los
anteriores sistemas filosóficos que mediante razonamientos
especulativos intentaban explicar el mundo sensible, a
menudo contradiciéndose entre sí. Llegó a su punto
culminante en las doctrinas de Pirrón, Arcesilao, Carnéades
, Enesidemo, Sexto el Empírico y otros. Prosiguiendo las
tradiciones de los sofistas, los primeros escépticos señalaron
el carácter relativo del conocimiento humano, la
indemostrabilidad formal del mismo y su dependencia de
diversas condiciones (circunstancias de la vida, estado de los
órganos de los sentidos, influencia de las tradiciones y de los
hábitos, &c.).
En la base de la concepción ética del escepticismo grecorromano,
figuraba la duda en la posibilidad de un saber demostrado y admitido
por todo el mundo. Los escépticos de la Antigüedad clásica,
preconizaban la abstención de todo juicio para alcanzar la
imperturbabilidad del alma (ataraxía) y con ello, la felicidad, que es el
fin de la filosofía. Sin embargo, los propios escépticos no se
abstenían, ni mucho menos, de enjuiciar las cosas y escribían obras
en las que criticaban los dogmas filosóficos especulativos y
presentaban argumentos (los denominados tropos) en favor del
escepticismo. En la filosofía de los siglos XVII-XVIII, existieron diversas
corrientes del escepticismo. En conjunto, el escepticismo contribuyó
en importante medida a refutar el dogmatismo de la ideología
medieval. En los trabajos de Montaigne, Charron, Bayle, &c., se
ponía en duda los argumentos de los teólogos, se preparaba el
terreno para poder asimilar el materialismo. Por otra parte, el
escepticismo de Pascal, Hume, Kant y otros limitaba las posibilidades
de la razón en general y desbrozaba el camino a la fe religiosa. En la
filosofía contemporánea, ha asimilado a su modo los argumentos
tradicionales del escepticismo el positivismo, que considera absurdos
todos los juicios, generalizaciones e hipótesis, cualesquiera que sean,
inaccesibles a la comprobación experimental.
Proyecto filosofía en español
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Glosario
Albores: El inicio y precursor
Cinismo: Filosofía teórica y una práctica, pero también una forma de
vida la forma de vivir es parte fundamental de la filosofía e
inseparable de su manera de pensar.
Congéneres: Especies que son miembros del mismo género.
Deducción: Sacar consecuencias de un principio, proposición o
supuesto
Devenir: Concepto técnico de la filosofía que designa el tránsito
del no ser al ser (o viceversa) y suele identificarse con el problema del
cambio, ya que en éste se pasa de una situación que es a otra que
no es, o viceversa
Doctrina: Enseñanza que se da a una persona sobre una materia
determinada.
Dogma; Proposición que se asienta por firme y cierta y como
principio innegable de una ciencia
Gnoseología: disciplina filosófica que busca
determinar el alcance, la naturaleza y el origen del
conocimiento
Heterónoma: Sujeto a un poder externo o ajeno que
impide el desarrollo de su voluntad y naturaleza
Introspección: Método psicológico por el que el sujeto
observa y describe sus fenómenos psíquicos
como vivencias propias.
Praxis: proceso por el cual una teoría o lección se
convierte en parte de la experiencia vivida
Psiquismo: La psique, del griego ψυχή, psyché,
«alma», es un concepto procedente de la
cosmovisión de la antigua Grecia, que designaba la
fuerza vital de un individuo, unida a su cuerpo en
vida y desligada de éste tras su muerte.
Psicologuismo: Tendencia a considerar a toda la filosofía como
descripción de fenómenos psíquicos. Consideración psicológica
de la lógica.
Pragmatismo Sistema filosófico que establece como criterio de
verdad la utilidad en orden a la acción (pragma). Cosas o
proposiciones son verdaderas en la medida en que sirven o
muestran su eficacia práctica.
Sistemático Lo referente a un SISTEMA (vid.) o resultante de él.
Tendencia a atenerse estrictamente a los imperativos de un
sistema
Subjetivo: Propiedad de las percepciones, argumentos y lenguaje
basados en el punto de vista del sujeto, y por tanto influidos
por los intereses y deseos particulares del sujeto
Superstición: Es una creencia de que los individuos pueden
alterar el destino o la suerte propia, o de la de otras personas
Valores : Cualidad que permite ponderar el valor ético o estético
de las cosas, por lo que es una cualidad especial que hace que
las cosas sean estimadas en sentido positivo o negativo.
Rosas Ortega Edgar
Grupo 01