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LA GLORIA DEL LOGOS

PREEXISTENTE
 
“…y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre”
(Jn 1:14)
Mateo, en su genealogía, se remonta hasta
Abraham.
Mateo, en su genealogía, se remonta hasta
Abraham.

Lucas va más allá, llega hasta Adán, hijo de


Dios.
Mateo, en su genealogía se remonta hasta
Abraham.

Lucas va más allá, llega hasta Adán, hijo de


Dios.

Juan va a un punto situado más allá del tiempo


y confirma este hecho cuando lo sitúa “en el
principio”, un principio que antecedía todos los
siglos
“En el principio existía el Logos (Verbo o
Palabra), el Logos estaba con Dios y el
Logos era Dios” Jn 1:1.
Significado del término LOGOS
1.En el mundo helénico Heráclito entendía el
Logos como: Instrumento del pensamiento, la
expresión tanto de su proceso como de su
conclusión, y también las consecuencias para
su pensador.
Significado del término LOGOS
1.En el mundo helénico Heráclito entendía el
Logos como: Instrumento del pensamiento, la
expresión tanto de su proceso como de su
conclusión, y también las consecuencias para
su pensador.

Los filósofos lo identificaban con la razón,


según ellos el alma del universo, y reflejaba la
convicción de que la divinidad no puede
establecer contacto con la materia, en
conclusión es un abstracción metafísica.
2. En el diccionario teológico de A. F.
Walls, el Logos es un amortiguador
entre Dios y el universo; la
manifestación del principio divino en el
mundo.
2.Para el judaísmo el término de Logos en
hebreo es Dabar, referido a Dios (Dabar
YHWH), denotaba la palabra divina, un
mensaje de Dios normalmente dado a los
profetas.
2.Para el judaísmo el término de Logos en
hebreo es Dabar, referido a Dios (Dabar
YHWH), denotaba la palabra divina, un
mensaje de Dios normalmente dado a los
profetas.

Más tarde, el judaísmo alejandrino


(representado por Filón) lo combinó con el de
la filosofía griega interpretándolo como el
Logos Theou (Palabra de Dios) como “razón
divina” y “epítome de la sabiduría” (la
identificación de Palabra y Sabiduría es muy
común en el judaísmo tardío).
Logos

“Aquel que, habiendo estado


con Dios, se hizo carne y
habitó entre nosotros el
unigénito del padre” (Jn 1:14).

Un ser personalizado
realmente maravilloso
Muchos comentaristas (Ro 8:33-39; Fil
2:6-11; Col 1:15-20; 1 Tim 3:16) opinan
que es un himno a la comunidad
creyente que el evangelista usó, en
consonancia con la sustancia de su
evangelio, para describir la gloria del Hijo
eterno de Dios.
Juan 1:1-5
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con
Dios, y el Verbo era Dios.
Éste estaba en el principio con Dios.
Todas las cosas por medio de él fueron
hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho
fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los
hombres.
La luz resplandece en las tinieblas, y las
tinieblas no prevalecieron contra ella…
1.En el principio era el Verbo.

Este principio, que nos recuerda Génesis


1:1, no es un momento en el tiempo que
antecede a todo cuanto después acontece.
1.En el principio era el Verbo.

Este principio, que nos recuerda Génesis


1:1, no es un momento en el tiempo que
antecede a todo cuanto después acontece.

Según los rabinos, 7 cosas fueron creadas


antes del mundo, pero el Logos no fue
creado; desde la eternidad simplemente
era. Antes de todas las cosas ya existía.
2. El Verbo estaba con Dios.
No era una entelequia, al margen de la
Divinidad, una idea confusa, una
emanación de Dios, sino una verdadera
hipóstasis, alguien que se caracteriza por
su esencia personal, capaz de
relacionarse, pero ¿con quién si no había
seres creados?
2. El Verbo estaba con Dios.
No era una entelequia, al margen de la
Divinidad, una idea confusa, una
emanación de Dios, sino una verdadera
hipóstasis, alguien que se caracteriza por
su esencia personal, capaz de
relacionarse, pero ¿con quién si no había
seres creados?

El texto de Juan es claro: “con Dios”, sólo


un Logos igual a Dios puede estar en
comunión con Él.
3.El Verbo era Dios.

El Señor Jesucristo siempre fue consciente de su


relación con el Padre Divino, sino veamos su
oración sacerdotal: “Padre, glorifícame tú al lado
tuyo con aquella gloria que tuve contigo antes de
que el mudo existiera” (Jn 17:5).
3.El Verbo era Dios.

El Señor Jesucristo siempre fue consciente de su


relación con el Padre Divino, sino veamos su
oración sacerdotal: “Padre, glorifícame tú al lado
tuyo con aquella gloria que tuve contigo antes de
que el mudo existiera” (Jn 17:5).

Son iguales en esencia y en atributos, por lo que


es lógico pensar que la gloria atribuida a Dios es
compartida por el Logos, Cristo en su estado
previo a la encarnación. “Es el resplandor de la
gloria de Dios, la imagen misma de su sustancia”
(He 1:3)
4.Todas las cosas por medio de él fueron
hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho
fue hecho.

Pablo en Col 1:16-17 corrobora esta


afirmación: “porque en él fueron creadas
todas las cosas que están en los cielos y en la
tierra, visibles e invisibles, sean tronos,
dominios, principados o autoridades. Todo
fue creado por medio de él y para él. Él
antecede a todas las cosas, y en él todas las
cosas subsisten.
El autor de la carta a los Hebreos, no
menos concluyente, menciona: “…en
estos últimos días nos ha hablado por el
Hijo, a quien constituyó heredero de todo,
y por medio de quien, asimismo, hizo el
universo. He 1:2.
5.En él estaba la vida, y la vida era la luz de
los hombres.
Este es un dato fundamental: en el Logos
estaba -y está- la vida. Mientras realizaba su
ministerio en la tierra Jesús declaró: “Yo soy
el camino, la verdad y la vida”, “Yo soy el
pan de vida”.
5.En él estaba la vida, y la vida era la luz de
los hombres.
Este es un dato fundamental: en el Logos
estaba -y está- la vida. Mientras realizaba su
ministerio en la tierra Jesús declaró: “Yo soy
el camino, la verdad y la vida”, “Yo soy el
pan de vida”.

La raza humana tuvo sus orígenes en la


acción creadora del Logos.
El concepto luz y vida nos muestra que el
ser humano no le basta simplemente la
existencia, la vida física, pues su
naturaleza mental le demanda luz,
conocimiento relativo a Dios.

“Y ésta es la vida eterna: que te conozcan


a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo a quien tú has enviado. (Jn
17:3).
Tanto la vida y la luz se hallan
plenamente en Cristo.

Yo soy la luz del mundo. El que me


sigue nunca andará en tinieblas, sino
que tendrá la luz de la vida (Jn 8:12).

Para que los hombres le conocieran se


encarnó Jn 1:14.
Tres textos que complementan la preexistencia
de Cristo

1 Corintios 8:6 (Jn 1:3)


“Para nosotros hay un solo Dios… y un solo
Señor, Jesucristo, mediante el cual existen
todas las cosas, y también nosotros vivimos
por medio de él.”
Tres textos que complementan la preexistencia
de Cristo

Colosenses 1:15-17
“Cristo es la imagen del Dios invisible, el
primogénito de toda la creación; porque en él
fueron creadas todas las cosas que están en
los cielos y en la tierra, visibles e invisibles,
sean tronos, dominios, principados o
autoridades. Todo fue creado por medio de él
y para él. El antecede a todas las cosas, y en
él todas las cosas subsisten”.
Tres textos que complementan la preexistencia
de Cristo

Filipenses 2:6
“Existiendo en forma de Dios, él no consideró
el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse”.

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