“ Los teóricos liberales insisten en la primacía de las
nociones teóricas y políticas de justicia y de derechos individuales para entender la legitimidad del orden público y para desarrollar políticas públicas encaminadas a hacer más justas nuestras injustas y desiguales sociedades.” CIUDADANÍAS COMUNITARIAS
“Por otra, los pensadores comunitaristas han acentuado y
acentúan que el ciudadano de las sociedades complejas no puede ser entendido al margen de las vinculaciones sociales que le constituyen, precisamente como sujeto. Consiguientemente, el mundo de los valores morales que conforman esas vinculaciones habrá de ser determinante para entender el sentido y la validez de toda la moralidad y de toda la política y, por lo tanto, que son esos valores morales, culturales o religiosos los que deben enmarcar o determinar las políticas públicas y el entramado normativo de esas sociedades” Ciudadanías comunitarias
“En consecuencia, “mientras los liberales priman la noción de
derechos del individuo (derechos políticos y derechos privados) sobre el mundo de las creencias privadamente sostenidas por los ciudadanos, los comunitarios señalan que son, por el contrario, las creencias morales, públicamente compartidas por un grupo, las que habrán de convertirse en el sentido del ordenamiento político y jurídico”. CIUDADANÍA REPUBLICANA
Miller ha sintetizado elementos esenciales de la concepción
republicana en los siguientes términos: “El republicanismo concibe al ciudadano como alguien que participa activamente en la configuración de la dirección futura de la sociedad a través del debate y la elaboración de decisiones públicas. Un ciudadano se identifica con la comunidad política a la cual pertenece y se compromete con la promoción del bien común por medio de la participación activa en la vida política”. A lo que Ovejero agrega que: “Como el ciudadano comunitario, el ciudadano republicano también tiene biografía, configura sus preferencias y su identidad en el trato con la sociedad. Ciudadanía republicana
Como el ciudadano liberal, concede importancia a los derechos y
a la libertad negativa. La diferencia empieza a la hora de ordenar tales conceptos. La libertad negativa republicana exige maximizar la capacidad de los individuos para decidir acerca de sus propias vidas…es máximamente libre de dependencias, de la intervención arbitraria de otros, requiere de la colaboración de los otros para asegurar esa libertad”. CIUDADANIAS EXISTENTES Y EMERGENTES
La agenda del conocimiento examina los modos en que los sujetos
acceden a la vida social y política, para identificar y fortalecer formas de inclusión social y política; con ello pretende responder a la urgente necesidad del país de concebir ciudadanías más democráticas y participativas, al conocer que los procesos de exclusión social han generado nuevas estrategias por parte de aquellos que se sienten excluidos. Estas luchas rompen con patrones tradicionales de entender la política y contribuyen de manera significativa a la constitución de ciudadanías más incluyentes. En Colombia estos procesos sociales se materializaron en la Constitución de 1991, que estableció los principios legales para afianzar un Estado social de derecho, al reconocer las características pluriétnicas y multiculturales de la nación. Ciudadanías existentes y emergentes
Sin embargo, en sociedades como la colombiana, desgarrada por
profundas desigualdades, por una concentración extrema del poder y por un conflicto interno prolongado, la ciudadanía con frecuencia no se ejerce sino que se conquista con la participación de los sujetos. CIUDADANIAS EN FORMACIÓN
Se interesa por quienes están en proceso de reconocerse y de ser
reconocidos como ciudadanos. Se pregunta por las dinámicas institucionales y sociales que contribuyen a fortalecer u obstaculizar este reconocimiento. Centra su análisis en los procesos de formación de ciudadanía y su articulación en la esfera pública y ubica la reflexión en los ámbitos de la educación (formal e informal), la salud, la comunicación, los medios masivos y las telecomunicaciones, la internet, los lenguajes y discursos en torno a la ciudadanía (así como el papel de la comunicación y los lenguajes en el ejercicio y la construcción de la ciudadanía), las nuevas tecnologías y las prácticas políticas. CIUDADANÍAS DIFERENCIADAS
Se interesa por las formas en que los grupos construyen sus
identidades alrededor de nociones de etnicidad, raza, género, identidad sexual, discapacidad y ciclo de vida (infancia, juventud, adultez, tercera edad. Entiende por ciudadanías diferenciadas el conjunto de sujetos socialmente marcados por su relación diferencial, conflictiva o antagónica con los modelos normativos de ciudadanía. Se pregunta por las formas en que estos grupos actúan frente a la discriminación e inequidad social y examina las relaciones entre exclusión y ciudadanía a través de la doble constitución de la diferencia, es decir, tomando en cuenta tanto la diversidad propia de los grupos sociales como su vivencia en contextos conflictivos de desigualdad. CIUDADANÍAS AL LÍMITE
Se ocupa de poblaciones que se ven expuestas a condiciones
extremas (conflicto armado, desplazamiento forzado, violencia etc.) y se pregunta por los recursos culturales y sociales a los que recurren los sujetos que se ven impedidos a reconstituir su sentido de ciudadanía. Aborda varios tipos de crisis y privilegia los lazos sociales que acotan el repertorio de relaciones sociales. El área plantea varias dimensiones vivenciales de la crisis (cognitiva, afectiva, simbólica, socioeconómica y moral), las cuales se cruzan con tres dimensiones temporales de la experiencia que son memoria, cotidianidad y horizonte de expectativas.