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Robots farmacia: boticarios del

futuro ya están aquí

Material didáctico elaborado por:


M. En C. Lilia Maricela Padrón Morales
Robots farmacia: boticarios del futuro
ya están aquí
El viejo y sabio boticario del pueblo, que hasta
preparaba y recetaba sus propios remedios, fue
reemplazado en cierta época del siglo XX por jóvenes
farmaceutas graduados en las universidades; ahora una
parte clave de tan importante trabajo es realizada por
robots. Teniendo en cuenta que según estadísticas del
Instituto de Medicina de los Estados Unidos, una cuarta
parte de todos los errores médicos son causados por
equivocaciones en la medicación de los pacientes,
¿qué tan confiables son estas máquinas ultramodernas
a la hora de escoger las medicinas para los pacientes?
El mexicano Eduardo Romero (izda)
opera la farmacia robot de la clínica .
dispensador-hospital-robot.
Panasonic
HOSPI: EL ROBOT QUE REPARTE
MEDICAMENTOS CON UNA SONRISA
HOSPI: EL ROBOT QUE REPARTE
MEDICAMENTOS CON UNA SONRISA
• El robot dispensador es capaz de clasificar los
medicamentos que son para cada paciente sin el
más mínimo error. Esto permite que los médicos
puedan dedicar más tiempo a los pacientes
explicándoles todo lo necesario en lugar de tener
que estar realizando tareas rutinarias.
• Además es capaz de añadir las recetas con la
prescripción adecuada en las bandejas de forma
que cuando HOSPI las lleva a su destino el
personal que debe de suministrarlas tiene toda la
información.
• La directora de farmacia del Kendall Regional Medical
Center de Miami, Ana Caldera, asegura que precisamente
uno de tales robots fue implementado en su hospital para
evitar errores al dispensar los medicamentos. “No es como
cuando uno va a una gaveta a sacar una medicina y puede
agarrar la equivocada. El robot no se equivoca, porque lo
que hace es leer los códigos de barras diferentes que tiene
cada medicina”.
• Dave Lacknauth, director de farmacia del Aventura Hospital
and Medical Center en la misma ciudad, coincide al decir:
“El robot farmacia es clave para cumplir con nuestras
metas. El registro o lectura por medio de barras de códigos
agrega un nuevo nivel de seguridad a nuestro proceso de
administración de medicinas”.
• Básicamente, el robot está dentro de un cuarto octogonal con
paredes de vidrio, dentro del cual un brazo computarizado organiza
y dispensa las medicinas, que están en bolsitas plásticas cada una
con su código de barras, ya sea porque lo traía de fábrica, o porque
se le ha puesto en la misma farmacia del hospital. Los técnicos de
farmacia alimentan el robot poniéndole los medicamentos en la
puerta. El brazo mecánico automáticamente los recoge y los mete al
interior del cuarto, para ponerlos en su sitio designado. Luego,
cuando el farmaceuta le ordena por computadora al robot
suministrar un determinado medicamento, la máquina toma un
sobre de papel, le imprime el nombre del paciente que también
tiene un código de barras que lo identifica; y la mano robótica
busca las dosis correctas de la medicina indicada para dejarla caer
en el sobre abierto, el cual pone en una ventanita. El farmaceuta
toma el sobre, revisa y entrega a un técnico, que lleva ese sobre al
piso, donde las enfermeras lo reciben para medicar al paciente.
• El robot puede almacenar 2.000 tipos distintos
de drogas y recordar dónde está cada una; se
mueve en circunferencia completa (360
grados) a 6 pies por segundo; y puede
seleccionar medicinas cada 4 segundos,
despachando 900 prescripciones o recetas por
hora. Trabaja día y noche sin distraerse, ni
cansarse.
• De cualquier forma, aún las máquinas por más sofisticadas que
sean pueden fallar. Por eso, Caldera expresa: “El margen de error
con estos robots es muchísimo menor que cuando el proceso es
hecho todo por humanos. Pero siempre se necesita el control
humano, se requiere que el farmaceuta use su sentido profesional
para entrar la medicina, o para detectar si hay algún problema. Lo
más importante es que se sigan los pasos como debe ser. Lo bueno
es que ahora es mucho más fácil regular el control de calidad, para
estar seguros de que no sucedan errores”. El robot ha venido a
aliviar el trabajo del farmaceuta. “Ahora el farmaceuta no tiene que
estar sólo chequeando medicinas, sino que puede ir a los pisos,
estar en contacto más directo con las enfermeras y los médicos; eso
ayuda al paciente, para prevenir otro tipo de errores, al mejorar la
comunicación entre los diferentes profesionales que intervienen en
la atención de las personas”.
• Un doble o triple sistema de verificación se
cumple al pie de la cama del paciente, cuando la
enfermera con una pistola escáner lee un
brazalete que tiene el paciente en un brazo, lee la
medicina, y verifica que todo coincide de acuerdo
al perfil computarizado del paciente, incluyendo
detalles como la dosificación y horario correctos.
Ese sistema que llevan ahora las enfermeras se
llama eMAR (Electronic Medication
Administration Record) o Registro Electrόnico de
Administraciόn de Medicamentos.
• Otro aspecto que se está desarrollando en algunos
hospitales es que los médicos puedan prescribir las
medicinas directamente en la computadora, seleccionando
de una lista de medicamentos, dosis y horarios; en vez de
tenerlo que hacer como tradicionalmente se ha hecho,
anotando en un papel con letra que no siempre resulta
legible para farmaceutas y enfermeras. Este sistema se
llama en inglés ePOM (Electronic Physician Order
Management) o Manejo Electrόnico de Recetas Médicas.
• El proceso completo en orden, que es lo más futurista y en
algunos hospitales funciona ya como programa piloto, es
ePOM para el médico prescribir el medicamento, Robot
Farmacia para el farmaceuta dispensarlo, y eMAR para la
enfermera administrarlo.

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