• 1... CONOCIÓ... "Conocer de antemano es lo mismo que escoger de antemano o amar". Dios antes de crear todas las cosas conoció o amó a los suyos y por eso determinó la salvación para ellos. • 2... PREDESTINÓ... "Esto es dirigir a una meta o hacer un plan específico". En este caso, ser como Cristo. Por eso un verdadero escogido por Dios para la salvación, no sólo espera en su estado final ser como Cristo, sino que en su vida natural comienza esa perfección de ser como Cristo. • 3... LLAMÓ... "Es un llamamiento eficaz para que regresen a Dios". Como la humanidad entera se había perdido abandonando a Dios, era necesario llamarles para que regresaran; pero sólo regresaran aquellos que fueron conocidos y predestinados por Dios, pues sólo y sólo ellos oirán su voz en el evangelio, para regresar de nuevo al lugar que habían abandonado. • Martín Lutero declaró que la justificación solo por la fe es el artículo sobre el cual la iglesia se apoya o cae. Esta doctrina cardi- nal de la Reforma Protes- tante fue vista como el campo de batalla para nada menos que el propio evangelio. • • La justificación puede ser definida como el acto por el cual los pecadores injustos son hechos justos a la vista de un Dios justo y santo. • La cuestión de la • La justificación es contable. justificación se centra en el Es decir, somos declarados, tema del mérito y la gracia. contabilizados o considera- La justificación por la fe dos justos cuando Dios nos significa que las obras que acredita la justicia de Cristo hacemos no son lo en nuestra cuenta. La suficientemente buenas condición necesaria para para merecer la esto es la fe. justificación. Como lo expresó Pablo, "ya que por las obras de la ley, ningún ser humano será justificado delante de él" (Rom. 3:20). • Los principios judiciales del gobierno de Dios, están, como podría ser esperado, basados sobre la absoluta perfección de Su propia santidad. • Esto fue completamente evidenciado en los mandamientos de la ley como fue dada en el Sinaí tanto en los que prohíben algo como en los que exigen algo. • "Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y engrandecidos, y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor: Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento. ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, tornáronse atrás" (Isa. 1:2-4). • Es claramente proclamado en las declaraciones divi- nas, "Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas" (Gál. 3:10). Quienquiera que viole un solo precepto de la Ley divina se expone a sí mismo a la desaprobación de Dios, y al castigo como la expresión de esa desaprobación. • No se hace excusa por la ignorancia, ni se hace distinción entre personas, ni es permitida una disminución de su severidad: "El alma que pecare morirá“ es el pronunciamiento inexorable. No se hace excepción si el trasgresor es joven o viejo, rico o pobre, judío o gentil: "la paga del pecado es muerte"; porque "la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres" (Rom. 1:18). • Dios es inexorablemente justo, y no mostrará parcialidad alguna ni hacia la ley ni hacia su • trasgresor. El Altísimo ha determinado que Su Santa Ley será fielmente sostenida y sus castigos estrictamente • ejecutados. • Las Sagradas Escrituras proclaman que "justicia y juicio," y no compasión y clemencia, son el "cimiento" de Su "trono" (Sal. 89:14). • Los atributos de Dios no se oponen unos a otros. Su misericordia no anula Su justicia, ni Su gracia jamás es exhibida a expensas de la justicia. • Todos somos incuestio- nablemente culpables. • “Todo el mundo" es "culpable delante de Dios" (Rom. 3:19). "No hay justo, ni aún uno: Todos se apartaron, a una fueron hechos inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aún uno" (Rom. 3:10,12). • Dios acusa a cada uno de nosotros de haber fallado en cumplir aquellas justas demandas, y declara que hemos violado Sus manda- tos en pensamientos en palabras y en obras. • La ley por lo tanto pronuncia sobre nosotros una sentencia de condenación, nos maldice, y demanda la ejecución del castigo, que es muerte. • ¿Cómo puede Dios justificar al trasgresor intencional de Su Ley sin justificar sus pecados? • ¿Cómo puede Dios librarle de la penalidad de Su Ley quebrantada sin comprometer Su santidad y sin cambiar Sus palabras de que Él "de ningún modo justificará al malvado"? • ¿Cómo puede ser dada la vida al delincuente culpable sin anular la sentencia "el alma que pecare, esa morirá"? ¿Cómo puede ser mostrada misericordia al pecador sin que la justicia sea burlada? • Justificación significa en pocas palabras, “contar como justo”. • La justificación como un proceso judicial. Ilustra de esta forma que el hombre es culpable, pero el juez lo declara libre por el pago hecho por el redentor a su favor. • Podemos definir a la justificación como un hecho como una acción: • a) Declarativa – Dios declara al pecador libre de culpa y de las consecuencias del pecado. (Rom. 4:6-8;5:18- 19;8:33-34; 2 Co 5:19-21) • La justificación implica una remisión del castigo eterno para el creyente. • b) Judicial – Cristo cumplió la ley a favor del pecador. (Mt 10:41; Rom. 3:26; 8:3; 2 Co 5:21; Gál 3:13, 1Tim. 1:9; 1 P 3:18) • La base sobre la cual depende la justificación es la obra redentora en la: muerte de Cristo. La justicia de Cristo es la única base por la cual Dios puede justificar al pecador.(Rom. 3:24; 5:19; 8:1; 10:4; 1 Co 1:8; 6:11; Fil 3:9; Tit 3:7). • Remisiva irreversible – Dios perdona los pecados por la perfecta • justicia de Cristo. (Ro 4:5; 6:7). La justicia de Cristo es imputada, impartida al creyente justificado por medio de la presencia de Cristo. • c) La salvación en Cristo imparte al creyente la calidad y el carácter de la • justicia de Cristo (Ro 3:22-26; Fil 3:9). Cristo llega a ser el justificador • por medio del cual una nueva vida es inaugurada en el creyente (1 Co 1:30). • d) Restaurativa exclusiva – El pecador alcanza el agrado de Dios y la comunión con Dios es restablecida por el sacrificio de Cristo. (Ro 5:11; 1 Co 1:30; Gá 3:6). • Cuando Dios justifica, trata al pecador como si él nunca hubiera pecado. No hay sólo absolución sino también aprobación, y no sólo perdón, sino también promoción. • e) Final de Dios – Dios nos hace sus hijos y herederos. (Ro 8:30-34; Ro 5:9-10) y nos libra de Su ira de Dios, poniéndonos a cuentas con Él para siempre. • Se establece una nueva condición legal ante Dios. Cristo toma el lugar de maldición del pecador y el creyente es ahora hecho un hijo de Dios (Gá 3:13,4:5; 2 Co 5:21; Ro 3:25). • La justificación es un evento pasado, con implicaciones presentes y resultados futuros (Ro 2:13; 8:33; Gá 5:4-5). • Dios justifica al hombre: • - Por el sacrificio de Jesucristo. Cuando una persona pone su fe en Jesucristo, Dios lo considera a cuentas con Dios. Le imputa la justicia de Jesucristo porque ama al hombre (Gn 15:6, Jn 3:16, Ro 3:23-24, Ro 5:8). • - El sacrificio de Jesucristo asegura la justicia del hombre. Vino a la tierra como como un hombre, para morir por sus escogidos (1 Co 5:19, Ro 4:1-3;4:1-25; 5;1, Ro 5:9, Ro 6:7, Ro 8:33, Gá 2:16, Gá 3:6, Gá 3:24, Fil 3:9). • - Solo por gracia – La única fuente de la justificación • La palabra gracia signi- fica misericordia, favor mostrado hacia alguien que no lo merece. • Pablo explica que los pecadores son justifica- dos gratuitamente por la gracia de Dios. • No hay otra fuente de justificación más que la de la gracia de Dios. Si por algún mérito humano pudiésemos ser aceptables delante de Dios, la justificación ya no sería por gracia. • Sólo por Cristo - La única manera de la justificación • Somos justificados por el pago hecho por Jesucristo a nuestro favor. Él pagó la deuda de nuestros pecados con su propia vida. • Él pagó con su propia sangre (Ro. 3:24, Ro. 5:9). El sacrificio de Jesucristo es completa-mente suficiente para ase-gurar la salvación de cada pecador (2 Co. 5:14; Ro. 4:25). • Sólo por Cristo - La única manera de la justificación • Somos justificados por el pago hecho por Jesucristo a nuestro favor. Él pagó la deuda de nuestros pecados con su propia vida. • Él pagó con su propia sangre (Ro. 3:24, Ro. 5:9). El sacrificio de Jesucristo es completamente suficiente para asegurar la salvación de cada pecador (2 Co. 5:14; Ro. 4:25). • La justificación no es algo que hay que asegurar, sino que ya ha sido asegurada. La obra de Jesucristo fue culminada en la cruz y la resurrección de Cristo es la prueba de su victoria (Ro. 4:25). El envió del Espíritu Santo a los creyentes, es una prueba del cumpli- miento del plan de Dios en reconciliar a la humanidad consigo mismo en la persona de su Hijo (Ef. 1:7). • Sólo por fe – El instrumento para recibir la justificación • No somos justificados a causa de o a cuenta de nuestra fe. Eso sería contrario a la justificación solamente por gracia y solamente por Cristo. No hay mérito en la fe. La fe es meramente la mano que acepta la bendición. • El Espíritu Santo ilumina al pecador, le muestra la cruz, le atrae hacia Cristo y le da fe. Pablo declara: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios" (Efe. 2:8). • La fe es contada por la justicia infinita de Cristo, no porque haya mérito en la fe, sino porque la fe une al creyente vacío con Aquél en quien habita toda la plenitud de la Deidad (Col. 2:9). • El Espíritu Santo ilumina al pecador, le muestra la cruz, le atrae hacia Cristo y le da fe. Pablo declara: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios" (Efe. 2:8). • La fe es contada por la justicia infinita de Cristo, no porque haya mérito en la fe, sino porque la fe une al creyente vacío con Aquél en quien habita toda la plenitud de la Deidad (Col. 2:9). • La justificación es un hecho declarado, irreversible y final de Dios. • Dios nos considera justos por el sacrificio de Jesucristo. Nos imputa su justicia y nos une a la membresía del pueblo de Dios. • La justificación del pecador es un regalo inmerecido. • Dios no solo nos borra los pecados, sino que se olvida de ellos haciéndonos completamente libres y reconciliados con Él. • La justificación es un eslabón de la cadena de oro (irrompible) de la salvación.