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SÉPTIMA IGLESIA BAUTISTA

MACEDONIA- Enero 2017


• 1... CONOCIÓ... "Conocer de antemano es lo mismo que
escoger de antemano o amar". Dios antes de crear todas las
cosas conoció o amó a los suyos y por eso determinó la
salvación para ellos.
• 2... PREDESTINÓ... "Esto es dirigir a una meta o hacer un
plan específico". En este caso, ser como Cristo. Por eso un
verdadero escogido por Dios para la salvación, no sólo
espera en su estado final ser como Cristo, sino que en su
vida natural comienza esa perfección de ser como Cristo.
• 3... LLAMÓ... "Es un llamamiento eficaz para que regresen a
Dios". Como la humanidad entera se había perdido
abandonando a Dios, era necesario llamarles para que
regresaran; pero sólo regresaran aquellos que fueron
conocidos y predestinados por Dios, pues sólo y sólo ellos
oirán su voz en el evangelio, para regresar de nuevo al
lugar que habían abandonado.
• Martín Lutero declaró que
la justificación solo por la
fe es el artículo sobre el
cual la iglesia se apoya o
cae. Esta doctrina cardi-
nal de la Reforma Protes-
tante fue vista como el
campo de batalla para
nada menos que el
propio evangelio.

• La justificación puede
ser definida como el
acto por el cual los
pecadores injustos son
hechos justos a la vista
de un Dios justo y
santo.
• La cuestión de la • La justificación es contable.
justificación se centra en el Es decir, somos declarados,
tema del mérito y la gracia. contabilizados o considera-
La justificación por la fe dos justos cuando Dios nos
significa que las obras que acredita la justicia de Cristo
hacemos no son lo en nuestra cuenta. La
suficientemente buenas condición necesaria para
para merecer la esto es la fe.
justificación. Como lo
expresó Pablo, "ya que por
las obras de la ley, ningún ser
humano será justificado
delante de él" (Rom. 3:20).
• Los principios judiciales
del gobierno de Dios,
están, como podría ser
esperado, basados sobre
la absoluta perfección de
Su propia santidad.
• Esto fue completamente
evidenciado en los
mandamientos de la ley
como fue dada en el Sinaí
tanto en los que prohíben
algo como en los que
exigen algo.
• "Oíd, cielos, y escucha tú,
tierra; porque habla
Jehová: Crié hijos, y
engrandecidos, y ellos se
rebelaron contra mí. El buey
conoce a su dueño, y el
asno el pesebre de su
señor: Israel no conoce, mi
pueblo no tiene
entendimiento. ¡Oh gente
pecadora, pueblo cargado
de maldad, generación de
malignos, hijos
depravados! Dejaron a
Jehová, provocaron a ira al
Santo de Israel, tornáronse
atrás" (Isa. 1:2-4).
• Es claramente proclamado
en las declaraciones divi-
nas, "Maldito todo aquel
que no permaneciere en
todas las cosas que están
escritas en el libro de la ley,
para hacerlas" (Gál. 3:10).
Quienquiera que viole un
solo precepto de la Ley
divina se expone a sí
mismo a la desaprobación
de Dios, y al castigo como
la expresión de esa
desaprobación.
• No se hace excusa por la
ignorancia, ni se hace
distinción entre personas, ni
es permitida una disminución
de su severidad: "El alma que
pecare morirá“ es el
pronunciamiento inexorable.
No se hace excepción si el
trasgresor es joven o viejo,
rico o pobre, judío o gentil: "la
paga del pecado es muerte";
porque "la ira de Dios se
revela desde el cielo contra
toda impiedad e injusticia de
los hombres" (Rom. 1:18).
• Dios es inexorablemente
justo, y no mostrará
parcialidad alguna ni
hacia la ley ni hacia su
• trasgresor. El Altísimo ha
determinado que Su
Santa Ley será fielmente
sostenida y sus castigos
estrictamente
• ejecutados.
• Las Sagradas Escrituras
proclaman que "justicia y
juicio," y no compasión y
clemencia, son el
"cimiento" de Su "trono"
(Sal. 89:14).
• Los atributos de Dios no
se oponen unos a otros.
Su misericordia no anula
Su justicia, ni Su gracia
jamás es exhibida a
expensas de la justicia.
• Todos somos incuestio-
nablemente culpables.
• “Todo el mundo" es
"culpable delante de
Dios" (Rom. 3:19). "No
hay justo, ni aún uno:
Todos se apartaron, a
una fueron hechos
inútiles; no hay quien
haga lo bueno, no hay ni
aún uno" (Rom. 3:10,12).
• Dios acusa a cada uno de
nosotros de haber fallado
en cumplir aquellas justas
demandas, y declara que
hemos violado Sus manda-
tos en pensamientos en
palabras y en obras.
• La ley por lo tanto
pronuncia sobre nosotros
una sentencia de
condenación, nos maldice,
y demanda la ejecución del
castigo, que es muerte.
• ¿Cómo puede Dios justificar al trasgresor intencional de
Su Ley sin justificar sus pecados?
• ¿Cómo puede Dios librarle de la penalidad de Su Ley
quebrantada sin comprometer Su santidad y sin cambiar
Sus palabras de que Él "de ningún modo justificará al
malvado"?
• ¿Cómo puede ser dada la vida al delincuente culpable
sin anular la sentencia "el alma que pecare, esa
morirá"? ¿Cómo puede ser mostrada misericordia al
pecador sin que la justicia sea burlada?
• Justificación significa
en pocas palabras,
“contar como justo”.
• La justificación como un
proceso judicial. Ilustra
de esta forma que el
hombre es culpable,
pero el juez lo declara
libre por el pago hecho
por el redentor a su
favor.
• Podemos definir a la
justificación como un
hecho como una acción:
• a) Declarativa – Dios
declara al pecador libre
de culpa y de las
consecuencias del
pecado. (Rom. 4:6-8;5:18-
19;8:33-34; 2 Co 5:19-21)
• La justificación implica
una remisión del castigo
eterno para el creyente.
• b) Judicial – Cristo cumplió
la ley a favor del pecador.
(Mt 10:41; Rom. 3:26; 8:3; 2
Co 5:21; Gál 3:13, 1Tim.
1:9; 1 P 3:18)
• La base sobre la cual
depende la justificación es
la obra redentora en la:
muerte de Cristo. La justicia
de Cristo es la única base
por la cual Dios puede
justificar al pecador.(Rom.
3:24; 5:19; 8:1; 10:4; 1 Co
1:8; 6:11; Fil 3:9; Tit 3:7).
• Remisiva irreversible –
Dios perdona los
pecados por la perfecta
• justicia de Cristo. (Ro
4:5; 6:7). La justicia de
Cristo es imputada,
impartida al creyente
justificado por medio
de la presencia de
Cristo.
• c) La salvación en Cristo
imparte al creyente la
calidad y el carácter de la
• justicia de Cristo (Ro
3:22-26; Fil 3:9). Cristo
llega a ser el justificador
• por medio del cual una
nueva vida es
inaugurada en el creyente
(1 Co 1:30).
• d) Restaurativa exclusiva –
El pecador alcanza el
agrado de Dios y la
comunión con Dios es
restablecida por el sacrificio
de Cristo. (Ro 5:11; 1 Co
1:30; Gá 3:6).
• Cuando Dios justifica, trata
al pecador como si él nunca
hubiera pecado. No hay
sólo absolución sino
también aprobación, y no
sólo perdón, sino también
promoción.
• e) Final de Dios – Dios
nos hace sus hijos y
herederos. (Ro 8:30-34;
Ro 5:9-10) y nos libra de
Su ira de Dios,
poniéndonos a cuentas
con Él para siempre.
• Se establece una nueva
condición legal ante Dios.
Cristo toma el lugar de
maldición del pecador y
el creyente es ahora
hecho un hijo de Dios (Gá
3:13,4:5; 2 Co 5:21; Ro
3:25).
• La justificación es un evento pasado, con implicaciones
presentes y resultados futuros (Ro 2:13; 8:33; Gá 5:4-5).
• Dios justifica al hombre:
• - Por el sacrificio de Jesucristo. Cuando una persona pone su
fe en Jesucristo, Dios lo considera a cuentas con Dios. Le
imputa la justicia de Jesucristo porque ama al hombre (Gn
15:6, Jn 3:16, Ro 3:23-24, Ro 5:8).
• - El sacrificio de Jesucristo asegura la justicia del hombre.
Vino a la tierra como como un hombre, para morir por sus
escogidos (1 Co 5:19, Ro 4:1-3;4:1-25; 5;1, Ro 5:9, Ro 6:7,
Ro 8:33, Gá 2:16, Gá 3:6, Gá 3:24, Fil 3:9).
• - Solo por gracia – La
única fuente de la
justificación
• La palabra gracia signi-
fica misericordia, favor
mostrado hacia alguien
que no lo merece.
• Pablo explica que los
pecadores son justifica-
dos gratuitamente por
la gracia de Dios.
• No hay otra fuente de
justificación más que la
de la gracia de Dios. Si
por algún mérito
humano pudiésemos
ser aceptables delante
de Dios, la justificación
ya no sería por gracia.
• Sólo por Cristo - La única
manera de la justificación
• Somos justificados por el
pago hecho por Jesucristo a
nuestro favor. Él pagó la
deuda de nuestros pecados
con su propia vida.
• Él pagó con su propia
sangre (Ro. 3:24, Ro. 5:9).
El sacrificio de Jesucristo es
completa-mente suficiente
para ase-gurar la salvación
de cada pecador (2 Co.
5:14; Ro. 4:25).
• Sólo por Cristo - La única
manera de la justificación
• Somos justificados por el
pago hecho por Jesucristo a
nuestro favor. Él pagó la
deuda de nuestros pecados
con su propia vida.
• Él pagó con su propia
sangre (Ro. 3:24, Ro. 5:9).
El sacrificio de Jesucristo es
completamente suficiente
para asegurar la salvación
de cada pecador (2 Co.
5:14; Ro. 4:25).
• La justificación no es algo
que hay que asegurar, sino
que ya ha sido asegurada.
La obra de Jesucristo fue
culminada en la cruz y la
resurrección de Cristo es la
prueba de su victoria (Ro.
4:25). El envió del Espíritu
Santo a los creyentes, es
una prueba del cumpli-
miento del plan de Dios en
reconciliar a la humanidad
consigo mismo en la
persona de su Hijo (Ef. 1:7).
• Sólo por fe – El
instrumento para recibir
la justificación
• No somos justificados a
causa de o a cuenta de
nuestra fe. Eso sería
contrario a la justificación
solamente por gracia y
solamente por Cristo. No
hay mérito en la fe. La fe
es meramente la mano
que acepta la bendición.
• El Espíritu Santo ilumina al
pecador, le muestra la cruz,
le atrae hacia Cristo y le da
fe. Pablo declara: "Porque
por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de
Dios" (Efe. 2:8).
• La fe es contada por la
justicia infinita de Cristo, no
porque haya mérito en la
fe, sino porque la fe une al
creyente vacío con Aquél
en quien habita toda la
plenitud de la Deidad (Col.
2:9).
• El Espíritu Santo ilumina al
pecador, le muestra la cruz,
le atrae hacia Cristo y le da
fe. Pablo declara: "Porque
por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de
Dios" (Efe. 2:8).
• La fe es contada por la
justicia infinita de Cristo, no
porque haya mérito en la
fe, sino porque la fe une al
creyente vacío con Aquél
en quien habita toda la
plenitud de la Deidad (Col.
2:9).
• La justificación es un hecho declarado, irreversible y final de
Dios.
• Dios nos considera justos por el sacrificio de Jesucristo. Nos
imputa su justicia y nos une a la membresía del pueblo de
Dios.
• La justificación del pecador es un regalo inmerecido.
• Dios no solo nos borra los pecados, sino que se olvida de
ellos haciéndonos completamente libres y reconciliados con
Él.
• La justificación es un eslabón de la cadena de oro
(irrompible) de la salvación.

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