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• La liberación de ácidos grasos gatilla un fenómeno inflamatorio. La obesidad produce IL6 y TNF
alfa que activan JNK (jun kinase) y esta IKKB (ihibitor of kappa B kinase B) que también son
capaces de aceptar la actividad de los Docking y por lo tanto disminuyen la actividad de estas
proteínas destinadas a metabolismo y transporte de glucosa.
• Esto es lo que explicaría que pacientes en sepsis tengan niveles elevados de glicemia, ya que la
inflamación estaría provocando resistencia a la insulina, este seria un fenómeno agudo, a
diferencia de los pacientes obesos, donde este defecto es crónico.
• ntonces una persona resistente a la insulina, tiende a tener glicemias elevadas y para poder
bajarla hay que sintetizas mayores concentraciones de insulina, la hiperglicemia a la vez es dañina
para la célula beta porque genera radicales libres que inhiben la cascada de transducción o
transcripción genética de la célula beta perdiendo funcionalidad, apareciendo entonces el
concepto de disfunción de la célula beta.
• El receptor de insulina tiene acción tirosina kinasa que actúa fosforilando a dockings, que son
como puertos que permite que otras proteínas se fosforilen en ellos para cumplir diversas
funciones, entre ellas inhibir la lipólisis y aumentan la síntesis proteica. La función mas
importante al caso es la translocación de GLUT4 a la membrana celular para el transporte
intracelular de glucosa plasmática.
• Además en individuos normales la secreción de insulina en ayuno ocurre cada 13 minutos en pulsos regulares, con lo que se evita
down regulation en los receptores de insulina de órganos diana, manteniendo de esta manera la sensibilidad a insulina y
mejorando la homeostasis de la glucosa. En los pacientes diabéticos los patrones de secreción de insulina se vuelven caóticos,
defecto que se puede considerar como un marcador temprano de la enfermedad.
• Aun con la perdida de 80 a 90% de la masa de células beta aun existe reserva suficiente para la secreción de insulina sin que se
desarrolle diabetes, por lo que además debe existir una disminución en la capacidad de las células beta en su funcionalidad.
Disfunción de la célula beta.
• Este proceso se asocia con una predisposición genética, de tal manera
que no todos los individuos desarrollarán DM2, a pesar de presentar
RI
• El proceso del daño de la célula b tiene relación con la producción de
estrés oxidativo, derivado de la oxidación de la glucosa (glicogenólisis)
y de la oxidación de los AGL (beta oxidación).
• El estrés oxidativo disminuye factores de transcripción (expresados en
páncreas y duodeno, de donde deriva su nombre, PDX-1) que ayudan
a la reparacion y regeneración de la célula b.
Es muy probable que el daño inicial sea más un efecto de lipotoxicidad, propia de la liberación de los AGL
desde adipocitos resistentes a la insulina, pero que en la medida que avanza la enfermedad se perpetúa
por la glucotoxicidad.
PDX1 es un gen que tiene un rol determinante regulador durante la formación del páncreas. Su
alteración suele acarrear problemas en la diferenciación de las células del páncreas exocrino y en la
función de las células beta del páncreas endocrino.
Muerte de las células β-pancreáticas
en la diabetes tipo 2
• La mayoría de los triglicéridos del cuerpo se encuentran en el tejido
adiposo (>95%), y la lipólisis determina el suministro de ácidos grasos
sistémicos; la insulina y las catecolaminas son los principales
reguladores de este proceso. La insulina tiene un efecto antilipolítico,
y durante la diabetes se pierde, incrementa la lipólisis e induce
hipertrigliceridemia mediante la producción de lipoproteína de muy
baja densidad (VLDL), proceso que contribuye a la aterogénesis.
• Las cadenas largas de ácidos grasos en el plasma normalmente son
reguladas por la insulina, y durante la resistencia a la insulina,
incrementan y producen toxicidad de células β (lipotoxicidad), que
junto con la toxicidad de la glucosa dan el fenómeno diabético
(glucolipotoxicidad)
• El tejido adiposo tiene la capacidad de liberar diversas proteínas
diabetogénicas como el TNF, la IL-6, leptina, adipocitocinas, resistina y
ácidos grasos libres, los cuales incrementan en la obesidad y pueden
afectar a las células β, mientras que la adiponectina disminuye
• La leptina es una hormona sintetizada en el tejido adiposo; actúa en
el centro de saciedad localizado en el hipotálamo, donde disminuye el
apetito al inducir la sensación de saciedad; durante la obesidad, el
receptor para leptina en el sistema nervioso se desensibiliza, lo cual
evita la saciedad y favorece el incremento gradual en la ingesta de
alimento
• Mientras tanto, en el páncreas la leptina puede inducir apoptosis en
las células β porque inhibe la biosíntesis de insulina, incrementa
reacciones inflamatorias y produce estrés oxidativo. Durante la
diabetes autoinmune, la administración de leptina acelera el proceso
diabetogénico, fenómeno que relaciona a la obesidad con la diabetes.
La resistina produce aumento de citocinas como la IL-6 y TNF al
activar el NFκB, mientras que la adiponectina es antiinflamatorio por
supresión de fosforilación de IκB y, por lo tanto, inactivación de NFκB.
• En general, la pérdida en el equilibrio en la concentración local y
sistémica de citocinas deletéreas y protectoras de la función de las
células β culmina con la muerte celular
• La lipólisis es el proceso en el que los triglicéridos son hidrolizados a mono- y
diglicéridos intermedios hasta ácidos grasos y glicerol mediante la activación de la
lipasa sensible a hormona (HSL). La insulina estimula la lipasa de lipoproteína
(LPL), que se encarga de fraccionar en partículas a las lipoproteínas unidas a
triglicérido para que, de esta manera, puedan incorporarse al tejido adiposo.
• Algunos ácidos grasos libres y lipoproteínas son proapoptóticos para la célula β,
otros son protectores, de tal manera que la exposición prolongada –por ejemplo,
de palmitato– parece ser altamente tóxica, mientras que el ácido graso
monosaturado –como el oleato– protege a la célula β de apoptosis inducida por
el palmitato y la glucosa.
• Las terapias modernas que se encuentran en investigación consideran el uso de
células troncales o precursoras pancreáticas que puedan reprogramarse para la
generación de células β funcionales con la capacidad de integrarse en el páncreas
como una estrategia terapéutica en diabetes.
Otros factores importantes en la fisiopatología