QUÉ ES UN PROBLEMA CIENTÍFICO La variedad de los pensamientos, ya sean cotidianos o científicos, es infinita. Lo mismo sucede con los problemas. La naturaleza y la sociedad nos presentan a diario nuevos problemas; pero no tendría caso considerarlos todos; sería poco menos que imposible y carecería de interés. A la metodología de la ciencia le preocupan de manera preferente los problemas científicos. Pero, no todo problema, como es obvio, es un problema científico: los problemas científicos son exclusivamente aquellos que se plantean sobre un trasfondo científico y se estudian con medios científicos y con el objetivo primario de incrementar nuestro conocimiento. Si el objetivo de la investigación es práctico más que teórico, pero el trasfondo y los instrumentos son científicos, entonces el problema lo es de ciencia aplicada o tecnología, y no de ciencia pura. Sin embargo, no es una línea rígida la que separa los problemas científicos de los tecnológicos, pues un mismo problema, planteado y resuelto con cualquier fin, puede dar una solución que tenga ambos valores, el cognoscitivo y el práctico. Los problemas por resolver implican la necesidad de hallar la respuesta a una cuestión indagada, descifrar los valores de ciertas incógnitas, descubrir algún proceso desconocido, encontrar la manera de intervenir en el comportamiento de un proceso para cambiarlo, construir objetos o instrumentos, formular nuevos conceptos, inferir conclusiones, establecer hipótesis o determinar explicaciones pertinentes. Un problema de investigación es un punto de conflicto conectado con una situación de dificultad, en la que hay una laguna de conocimiento, una duda por resolver o un deficiencia práctica por satisfacer para el logro de un objetivo, y para lo cual pueden preverse dos o más soluciones (hipótesis). El problema de investigación se origina en una dificultad teórica o práctica. En los problemas de investigación se encuentran aspectos conocidos y también elementos desconocidos. Los aspectos conocidos pueden constituir los síntomas, los efectos, los resultados de algo que se convierte en incógnita. El problema se muestra en este caso a través de sus manifestaciones. Pero puede ocurrir también que el aspecto conocido ya no sea el efecto sino la causa, su origen. Los aspectos conocidos del problema de investigación permiten diagnosticarlo y caracterizarlo. Conociendo la causa o el efecto de un problema de investigación será posible un acercamiento cuyo resultado será un diagnóstico, un primer reflejo para el dominio del problema. Los aspectos desconocidos del problema constituyen el factor hipotético, el origen de una suposición científica. Precisamente, el hecho de desconocer una serie de factores conducen al investigador a lanzar sugerencias, que, al cumplir ciertos requisitos se convierten en las hipótesis por demostrar. Como cualquier fenómeno del universo el problema de investigación no es estático sino que corresponde a una dinámica en la que se presentan tres fases: latencia, manifestación y solución. En la fase de latencia podemos decir que el problema ya existe en un objeto, pero sus síntomas aún no son manifiestos y, por lo tanto, no ha podido ser reconocido socialmente. En la fase de manifestación , el problema se revela a través de algunos de sus elementos y, por lo tanto, es fácil reconocerlo social y científicamente, es decir, existe y además se sabe de su existencia. La solución es la fase en que se reconocen o bien las causas , o bien los efectos de la existencia del problema, y por lo tanto se pretende conocer sus soluciones. La identificación y clara delimitación de un problema con miras a su investigación científica no es cosa fácil de lograr, pues no existen reglas para ello; el acto mismo de "inventar" o descubrir un problema es algo que escapa al análisis lógico. Sin embargo, pensar verdaderamente un problema determinado que sea teóricamente significativo y, en principio investigable, puede convertirse en una empresa de reflexión muy cuidadosa y que no suele emprenderse sin un mínimo de vocación