- Nimega El Tratado de Nimega se firmó el 20 de agosto de 1678 en Nimega (actuales Países Bajos) entre las Provincias Unidas de los Países Bajos y el Reino de Francia y puso fin a la guerra con Holanda. La invasión de Holanda por Luis XIV había provocado la formación de una gran coalición encabezada por Guillermo III de Orange (estatúder de las Provincias Unidas desde 1672) y apoyada por España, el Imperio, Brandeburgo, el Palatinado y Lorena (1673), que se mostró incapaz de mantener el empuje de las armas francesas hasta que Inglaterra se vio obligada, por la opinión pública inglesa, a abandonar a Francia en sus planes de expansión. Así, Inglaterra firmaba una paz por separado con las Provincias Unidas. Dado el cese de apoyo a Francia por Inglaterra, la coalición contra Luis XIV pudo combatirlo eficientemente hasta obligarlo a iniciar negociaciones de paz. En virtud de las mismas, se firmaron los Tratados de Nimega en los que Luis XIV devolvió a España Courtrai, Oudenaarde, Gante, Charleroi y el ducado de Limburgo; España cedió a Francia el Franco Condado y diversas plazas de los Países Bajos españoles (Cassel, Bailleul, Ypres, Wervik, Warnet on, Cambrai, Bouchain, Condé-sur- l'Escaut, Bavay y Valenciennes); Holanda recuper ó Maastricht y obtuvo ventajas financieras y comerciales; el Imperio -Riswick
ElTratado de Ryswick es el tratado de paz que da
fin a la Guerra de los Nueve Años que vio enfrentadas a Francia contra España, Inglaterra, las Provincias Unidas de los Países Bajos y el Sacro Imperio Romano. Este tratado, firmado en la ciudad de Ryswick en la provincia de Holanda, fue firmado en dos partes. La primera el 20 de septiembre de 1697 entre Francia, España, Inglaterra y las Provincias Unidas de los Países Bajos; y la segunda parte el 30 de octubre de 1697 entre Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico. Las negociaciones de paz comenzaron en mayo de 1697. Los representantes franceses tenían su jefatura en La Haya y los aliados en Delft. La conferencia tuvo lugar en medio de ambas ciudades, en el Huis Ter Nieuwburg de Riswick. Durante las primeras semanas no se alcanzó ningún resultado, por lo que en junio los dos protagonistas en la lucha, Guillermo III de Inglaterra y Luis XIV de Francia, designaron un representante Los dos elegidos fueron Juan Guillermo Bentinck, conde de Portland, y el mariscal Boufflers, quienes pronto elaboraron los términos de un acuerdo, el cual, sin embargo, no aceptaron ni el emperador Leopoldo I ni Carlos II de España. Más tarde, España cedió y el 20 de septiembre el tratado de paz fue firmado entre Francia y las tres potencias, Inglaterra, España y las Provincias Unidas. Guillermo III entonces persuadió a Leopoldo I a hacer las paces, y se firmó un segundo tratado entre Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico el 30 de octubre siguiente. La base de la paz era que se debían devolver todas las ciudades y distritos conquistados desde la paz de Nimega (1678). Entonces, Francia entregó Friburgo, Breisach y Philippsburg al Sacro Imperio Romano Germánico, aunque conservó Estrasburgo. Por otra parte, Francia adquirió Pondicherry — después de pagar a las Provincias Unidas la suma de 16,000 monedas de oro llamadas "pagodas"— y Nueva Escocia, mientras que España recuperó la Cataluña invadida por los franceses borbones —algo importante de cara a -Aranjuez
El Tratado de Aranjuez fue un acuerdo
entre Francia y España firmado en Aranjuez el 12 de abril de 1779 por el diplomático francés Charles Gravier, Conde de Vergennes y el primer ministro español el Conde de Floridablanca, por el cual España intervenía en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos. Considerado como parte de los llamados Pactos de Familia, establecía el compromiso de las dos potencias europeas para invadir conjuntamente Inglaterra (algo que no sucedió finalmente), así como la recuperación para España de Gibraltar, Menorca (1782), Florida (1783) y la Honduras Británica, además de la suspensión de los derechos comerciales madereros de los ingleses en la costa de Campeche. Por su parte, Francia exigía la expulsión de los ingleses de Terranova, la recuperación de Senegal, derecho de comercio La aparición de sentimientos "catalanista" y "vasquista" en las "provincias" donde se estaba combatiendo, junto con el desastre militar y la lastimosa situación en la que quedó la Hacienda real —los gastos de la guerra habían provocado un grave déficit— obligaron a Manuel Godoy a iniciar negociaciones de paz. Del lado francés también había cansancio por la guerra, y la caída de Robespierre en julio de 1794 y la llegada al poder de los republicanos moderados -Basilea
ElTratado de Basilea entre la República
Francesa y la Monarquía de Carlos IV de España, firmado el 22 de julio de 1795 en la localidad suiza de Basilea, puso fin a la Guerra de la Convención entre los dos países que se había iniciado en 1793 y que había resultado un desastre para la monarquía española, pues las provincias vascongadas y el norte de Cataluña acabaron ocupadas por las tropas La aparición de sentimientos "catalanista" y "vasquista" en las "provincias" donde se estaba combatiendo, junto con el desastre militar y la lastimosa situación en la que quedó la Hacienda real —los gastos de la guerra habían provocado un grave déficit— obligaron a Manuel Godoy a iniciar negociaciones de paz. Del lado francés también había cansancio por la guerra, y la caída de Robespierre en julio de 1794 y la llegada al poder de los republicanos moderados o thermidorianos abrió una nueva etapa en la República. Tras unos primeros contactos infructuosos, las negociaciones tuvieron lugar en Basilea, donde residía François Barthélemy, representante de la República francesa ante la Confederación Helvética, a donde acudió Domingo de Iriarte, embajador de la Monarquía de Carlos IV en la corte de Varsovia, quien conocía a Barthélemy desde su estancia en la embajada de París en 1791, amistad que facilitó mucho llegar a un acuerdo —que también se vio favorecido por la muerte en prisión del Delfín Luis XVII el 8 de junio de 1795, ya que Carlos IV exigía su liberación como condición para lograr la paz—. Así los dos plenipotenciarios firmaron finalmente el 22 de julio de 1795 el Tratado de Basilea que puso fin a la Guerra de la Convención.1