“[…]De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de
estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40). Dos perspectivas • Cuando das ayuda • Cuando la recibes “Dios con nosotros” (Mat. 1:23).
• Es interesante notar su disponibilidad para
ayudar a todo aquel que lo solicitaba, sin discriminar sus ideas religiosas, condición social o aun su etnia: Centurión romano (Mat. 8:5-13). 5 Al entrar Jesús en Capernaúm, se le acercó un centurión pidiendo ayuda.
6 Señor, mi siervo está postrado en
casa con parálisis, y sufre terriblemente. 7 Iré a sanarlo respondió Jesús Endemoniado Gadareno (Mar. 5:1-20).
18 Vete a tu casa, a los de
tu familia, y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y cómo te ha tenido compasión. Mujer sirofenicia (Mar. 7:24-30).
29 Jesús le dijo: —Por haberme respondido así, puedes irte tranquila; el demonio ha salido de tu hija. 30 Cuando ella llegó a su casa,
encontró a la niña acostada en
la cama. El demonio ya había salido de ella. JESÚS TUVO COMPASIÓN DE LA GENTE
• “Y al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas:
porque estaban desamparadas […]” (Mat. 9:36). • “Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos […]” (Mat. 20:34). • “Tengo compasión por la gente, porque ya hace tres días están conmigo, y no tienen que comer” (Mar. 8:2). “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mat. 25:40). “¿Cuál de estos tres piensas tú que demostró ser prójimo del que cayó en manos de los salteadores? (Luc. 10:36, 37). “Ve, y haz tú lo mismo”.