Ambiente Natural • El ambiente está formado por todo aquello que nos rodea: el suelo, el agua, el aire, la flora, la fauna, etc. • Las sociedades humanas transforman estos ambientes para obtener de ellos lo necesario para satisfacer sus necesidades, de modo que, en la actualidad, gran parte de la superficie terrestre registra una importante intervención humana. • En el caso de Chile, el medio geográfico es muy diverso y se caracteriza por una gran variedad de paisajes, que pueden clasificarse a partir de sus componentes naturales. El ambiente desértico • Es un ambiente característico de la Zona Norte de Chile. • Predominan los climas áridos y las pampas, y donde se ubica el desierto de Atacama, el • más árido del mundo. • La carencia casi absoluta de precipitaciones causa extensas zonas desprovistas de vegetación, aunque en los años en que llueve • es posible observar la belleza del “desierto florido”. • Prácticamente no existen • cursos de agua superficiales, salvo algunas quebradas, el río Loa y el Copiapó, que marca el límite de este ambiente. • La flora y la fauna han debido adaptarse no solo a la escasez de agua, sino también a las grandes diferencias de temperatura que existen entre el día y la noche.
• Desde el punto de vista de la ocupación humana, existen pocas
concentraciones de población y la mayoría se localiza en zonas donde existe disponibilidad permanente de agua. Por ello, los pueblos y ciudades se emplazan junto a quebradas, valles y oasis.
• Asimismo, las personas que viven en los ambientes desérticos han
desarrollado técnicas agrícolas para aprovechar el agua disponible, han construido embalses para almacenarla y han desarrollado una cultura que se preocupa de su cuidado.
• También aprovechan la energía del Sol, usándola para calentar agua
y comida por medio de hornos o cocinas solares. • El ambiente desértico es uno de los paisajes naturales donde abundan recursos minerales y energéticos renovables, como la radiación solar, el viento y la energía mareomotriz, entre otros. • La actividad minera ha incentivado históricamente la ocupación humana de este ambiente natural. • La presencia de recursos como el salitre estimuló la migración de • gran cantidad de población durante los siglos XIX y XX. • En la actualidad, la explotación del cobre y de otros minerales sigue siendo un poderoso incentivo para vivir en el desierto.