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Arquitectura Mexicana del

siglo XVIII
Traza Urbana
Traza Urbana y Urbanismo de las
Ciudades

 En el siglo XVIII hubo una importante renovación


arquitectónica sujeta al apogeo de los lineamientos
barrocos; y en las últimas décadas, la renovación, auspiciada
por el auge económico general que patrocinaron las
reformas borbónicas en la Nueva España, se ajustó a las
ideas estéticas neoclásicas de corte académico.
 Muchas casas mudaron su fisonomía haciéndola pletórica de
arte, pero todas siguieron estructurándose en torno al patio
central que ceñía a la variedad de viviendas, inquilinos y
funciones que coexistían dentro de un mismo edificio.
 Se realizan importantes mejoras urbanas en el empedrado de
las calles, el alumbrado, la limpieza y en el arreglo de espacios
urbanos de plazas, plazuelas y jardines.
 Fueron algunos talleres de producción los que
abandonaron las casas de habitación, al tiempo que
en algunas accesorias se dejó de habitar para
dedicar su lugar únicamente a fines comerciales.
 En las mansiones creaban en algunos casos espacios
privados como oratorios, comedores, recámaras y
tocadores, y otros específicos para servicios como
cocinas, placeres y comunes, y se potenciaba la
importancia de la higiene, la comodidad y la
decoración doméstica.
Traza Urbana de Plaza Mayor de México

 El núcleo principal de la ciudad parece estar demarcado por los límites de los
cuatro cuarteles: la acequia Real al norte, la calle de los Mesones al sur, la calle de
Santa María y San Juan al oeste, comprendido un rectángulo de siete por once
cuadras.
Traza Urbana

 1. Plaza Mayor
2. Casas del Cabildo
3. Palacio Real
4. Palacio Arzobispal
5. Catedral
6. Colegio Seminario
7. Alcaicería
8. Mercado-Parián
9. Plaza del Volador
10. Universidad
11. Convento de Santo
Domingo
12. Parroquia de Santa
Catalina
13. San Andrés
14. La Alameda
15. Convento de San
Francisco
16. San Agustín
17. Convento de la Merced
18. Parroquia de San Pablo
19. San Pablo
20. Calzada de Tacuba
21. Calzada de Chapultepec
Plaza Mayor de México (hacia 1750)

 1. Plaza Mayor
2. Casas del Cabildo
3. Palacio Real
4. Palacio Arzobispal
5. Catedral
6. Colegio Seminario
7. Alcaicería
8. Mercado-Parián
9. Plaza del Volador
 En los centros se vivía una considerable heterogeneidad
social, dentro de los edificios mismos como se ha apuntado,
como también porque no muy lejos de las mansiones
aristocráticas, compartiendo espacios dentro de la traza
formal de la ciudad, en el siglo XVIII se habían construido
casas para el arrendamiento colectivo.
 Son las llamadas vecindades, frecuentemente propiedad de
la iglesia, quien ejerció como un rentista tolerante. Las
vecindades se ajustaron al modelo de casa centrado
alrededor del patio con su corredor porticado, y sobre el
que se abren las puertas de numerosas viviendas de uno o
dos cuartos a lo sumo.
 A finales del siglo XVIII aquel estado de cosas no había cambiado
mayormente en lo general. Las casas habitación alternaban
indistintamente con los comercios, y eran las manzanas centrales de
todas las ciudades las que seguían ostentando la mayor categoría
para un uso y otro.
 Desde la mitad del 700, con la nueva administración ilustrada de los
déspotas borbónicos y su representación virreinal, se empezó a
pensar en el reordenamiento funcional del espacio urbano.
 Los puestos de ciertos tianguis de las plazas se habían ido
acomodando en céntricos mercados establecidos, y los pequeños
comercios habían invadido plantas bajas de construcciones de dos
pisos, desplazando su uso residencial.
 Un fenómeno importante en la reestructuración de los espacios
urbanos fue la aparición, en las ciudades en las que lo hizo, de la
industria moderna en la segunda mitad del siglo XVIII.
Espacio interno y
construcción
Triglifo: Es un elemento arquitectónico del friso en el orden dórico, de forma cuadrada y situado en el extremo
de una viga; debe su denominación a las tres acanaladuras (glifos) que lo recorren en vertical. Alterna con
las metopas. Ornamento arquitectónico en forma de rectángulo saliente y surcado por tres canales que sirve de
decoración, especialmente en el orden dórico.

Ábside: Parte de la iglesia situada en la cabecera. Generalmente tiene planta semicircular pero puede ser
también poligonal. Suele estar cubierto por algún tipo de bóveda que, en época románica, es de horno o
cascarón.

Crucero: En las iglesias cuya planta posee forma de cruz latina o griega, se denomina crucero al espacio
definido por la intersección de la nave principal y la transversal o transepto.

Transepto: La palabra transepto se utiliza comúnmente en la terminología arquitectónica religiosa para


designar la nave transversal que en las iglesias cruza a la principal ortogonalmente.

Ménsula: En arquitectura, una ménsula es cualquier elemento estructural en voladizo. Se puede distinguir
entre:
•Ménsulas "cortas": pequeños salientes que sirven de soporte para algún otro elemento, como el arranque de
un arco, balcón o cubierta.
•Ménsulas "largas" o voladizos: elementos estructurales que por su longitud horizontal funcionan como
una viga, es decir, a flexión.
Modillón: Se denomina modillón, en arquitectura clásica, a la parte de la cornisa en el orden jónico y
en el compuesto que le sirve de adorno, pareciendo que la sostiene. Tiene por lo regular la forma
de una S muy corva y vuelta del revés.

Pilastra: Una pilastra es un pilar o columna adosado a un muro o pared. Su función puede ser
estructural, sosteniendo techo, tejado, entablamento, moldura o arquitrabe, o meramente
decorativa. La pilastra (palabra derivada de pilar) suele estar compuesta de los mismos elementos
constructivos que las columnas o pilares, como son base, fuste y capitel, según los diferentes
órdenes arquitectónicos.

Baldaquín: Un elemento arquitectónico que consiste en un baldaquín que corona


un altar o tabernáculo, especialmente en los primitivos templos cristianos.

La sacristía es, en las iglesias cristianas occidentales, una habitación en la que se guardan los objetos
que
son necesarios para la misa, como por ejemplo hostias sin consagrar, cálices, casullas, etc. por lo que
suele estar cerrada al público.
Sistemas constructivos
Los contornos de las naves y el transepto esta formado por muros rectos y ángulos rectos.
El muro testero es recto a todo lo ancho en 77% de los templos, semicircular en 15% y ochavado
en 8%.
En los muros resaltan pilastras y se interpone un entablamento.
Los edificios cuentan con arcos torales que pueden soportar vigas en sentido longitudinal del
templo.
Las divisiones de la nave en planta pueden ser desde
rectángulos alargados a lo ancho de la nave hasta áreas
cuadradas.

Las formas perimetrales de las iglesias son las siguientes:

A.Cruz latina 45.1%


B.Rectangular de 1 nave 42.6%
C.Basilical 8.5%
D.Circular u octagonal 2.5%
E.En cruz griega 1.3%
A. En cruz latina:
ARCOS
Cuando cuentan con transepto la utilizan para colocar bancas y esto soluciona la lejanía de las ultimas
bancas.
BÓVEDAS
B. Rectangular de una nave:
CONFORMACIÓN
PLANTA BASILICAL
C. Basílica de 3 naves:

Techo a dos aguas en la nave central y ana agua en las


laterales con estructura de armadura de madera,
desnivel entre los techos para colocar allí las ventanas
ábside, nártex y bema.

Algunas iglesias tienen las tres naves la mima altura o un


techo contiguo a dos vertientes que cubren todo el
espacio.

En otras iglesias la altura de la nave central y el transepto


hacen destacar una cruz latina dentro del perímetro
rectangular.
D. Circular u Octagonal:
La planta circular se utilizo principalmente en las tumbas cristianas
y la octagonal en los baptisterios.
Están compuestas por una gran cúpula apoyada en arcos.

E. Cruz griega:
Se utilizaban para capillas mortuorias. Todas las cubiertas del
templo son bóvedas y la pila bautismal podía estar en la nave.
PORTADAS
En la mayoría de los templos, las portadas frontal o lateral era de
cantería desnuda y en los mas humildes eran de piedra el marco de
la puerta.
Además de las portadas, exhibían las piedras de los sillares, los
marcos de las ventanas, pilastras y entablamentos.
Lo que se iba a empastar se colocaba la piedra de forma irregular
de la manera mas económica y que mejor aprovechara los
desperdicios resultantes.

Se construyeron múltiples retablos de cantería que al terminarlos se


empastaron y pintaron de blanco con detalles dorados.
CONFORMACIÓN INTERIOR DE LOS TEMPLOS
Y CLAUTROS
Arquitectura Religiosa
Hacia 1780- Iglesia Parroquial, después catedral
Tulancingo, Hidalgo

José Damian Ortiz de Castro y Pedro Ortiz

El espacio interno es en cruz latina con cúpula circular sobre tambor alto en el
crucero y bóvedas de arista en la nave. El ábside se hizo ochavado (planta tipo AI
pero con subdivisiones cuadradas). El retablo principal es del tipo CII (lámina III),
con capiteles compuestos de hojas muy abstractas, frontón curvo, nichos,
medallones con guirnaldas, jarrones, dentículos, florones, franjas de hojas de perfil
en talón, rayos de corazón y otras franjas decorativas. Los retablos de los brazos
son del tipo CI3 con frontones curvos y una ráfaga central. Tiene dos campanarios.
La puerta principal está remetida
junto con el muro exterior del
coro, formando un pequeño
pórtico pero de altura colosal,
flanqueado por dos columnas de
capitel jónico de volutas a 45°.
Las pilastras de la misma fachada
y las del interior son de igual tipo.
El cerramiento del pórtico es una
platabanda sobre la cual hay un
entablamento y frontón casi lisos.
Si consideramos todo el frontis,
corresponde a la composición
C9. El exterior, en su totalidad, es
muy simple y el frente de
apariencia muy pesada.
En las fachadas laterales el aparejo
de la piedra es irregular, excepto
las esquinas y los marcos. Las
diferentes longitudes de los
sillares y de la altura de las hiladas
en la fachada, tanto en columnas
como en muros, hace pensar que
fueron hechos para ser
estucados. El cerramiento de la
puerta principal y de las puertas
interiores está formado por
platabandas sobrepuestas y
abocinadas. Tiene atrio limitado
por una reja con pilares. El
presbiterio está del lado oriente
y las dependencias anexas hacia el
sur.
Hacia 1780 Transformación de la iglesia parroquial
Chalco, México
A finales del siglo XVI se edificaron el
convento y una primera iglesia. A
mediados del XVII se convierte el
templo a uno de tres naves. Por 1780
es transformado y se termina la
portada actual.

Arquitecto Francisco A. Guerrero y


Torres y Maestro mayor Ignacio
Castera.

La portada y el campanario de esta


iglesia son ejemplos, entre muchos
otros, de integración del barroco de
perfiles mixtilíneos, acodos, cornisas
de múltiples molduras (como ecos de
los capiteles) y ornamentos
anticlásicos y, por otra parte, el gusto
por los órdenes clásicos.
1781- Iglesia de San Isidro Labrador de la Palomas
Arteaga, Coahuila
En la fachada tiene la inscripción “1790 año de
construcción”. Según el catálogo del INAH se
inició en 1781 (dato del Portillo) y fue
reconstruido en 1945. Si las capillas a los lados
del crucero están integradas a la nave se podría
considerar de planta en cruz latina. El perfil
superior de la fachada principal es mixtilíneo.
Cuenta con un campanario lateral. Los arcos
son de medio punto. Tiene coro. Es probable
que en 1945 se haya cambiado el techo por el
actual con arcos de concreto armado y viguetas
de acero.
1784 Reconstrucción de la iglesia del Carmen
México, D.F.

La cúpula se hizo con lunetos en las ventanas, lo cual no es común, y la razón,


seguramente, fue la integración formal de la cúpula con el tambor no vertical.

En la fachada las puertas laterales estaban flanqueadas por muros salientes con
ranuras horizontales. La portada central, un poco resaltada respecto de los muros
ranurados, era tipo C2 con friso de triglifos pero casi sin arquitrabe. Había óculos
en el frontón y sobre las puertas laterales. Parte del frente remataba en una
balaustrada.

Hubo otra transformación posterior a 1880.


1784 Cúpula de la iglesia de San Diego
Guanajuato, Gto.
El convento fue fundado en 1663.
La portada de la iglesia es de
1775. Según Marmolejo, la
iglesia se reedificó en 1784;
supongo que la cúpula formó
parte de la reconstrucción. Es
octogonal, con tambor y
linterna. Por fuera los macizos
entre las ventanas de arco
escarzano tienen pilastras de
capitel dórico sobre las cuales
un friso recubre las dovelas
con triglifos y metopas
adornadas con pateras.
1784- Torres del santuario
San Juan de los Lagos, Jalisco
La torre norte es de 1784 y la sur se
construyó, imitando la otra en 1790.

Estilo de transición barroco-clásico.

Las cornisas son una sucesión de perfiles


convexos, y entre los capiteles dóricos
y las cornisas se repiten molduras
horizontales, como ecos de los
capiteles. Entre las ventanas del mismo
eje vertical de los tres cuerpos
similares de los campanarios las
cornisas se interrumpen para formar
otros adornos colgantes y barrocos. En
la parte inferior de cada vano del
mismo eje sobresalen balcones como
cálices con hojas colgantes. Más arriba
se observa un tambor con ventanas en
cuadrifolia, una cupulita, linternilla,
remates fungiformes y otros adornos.
1786 Camarín y cripta de la parroquia
San Miguel de Allende, Guanajuato
El camarín se construyó como oratorio
para el Señor de Ecce Homo (He aquí
el hombre); la cripta que está debajo se
hizo para los sepulcros de curas,
vicarios y personajes notables de la
ciudad.

La cúpula es de planta octogonal pero con


características únicas: no se apoya
directamente sobre los muros, que
también constituyen un octágono, sino
sobre un elemento intermedio, que es
un atrevido malabarismo estructural.
Este elemento lo componen ocho
tramos cilíndricos que se unen
lateralmente, como en las bóvedas de
rincón claustral, y los extremos libres
de esos tramos forman otro octágono,
pero de menor diámetro, que es donde
se apoya la cúpula.
El piso del camarín o cubierta de la cripta es otro desafío técnico; la bóveda, aunque
de aristas, es casi plana y está apoyada en cuatro grandes arcos escarzanos. Si
consideramos el eje del templo como eje del camarín, en él se enfrentan de un
lado el altar mayor de camarín y del otro la escalera y puerta que conducen a la
parte trasera del altar mayor del templo.

Tiene cuatro muros enmarcados aunque no simulan pilastras; en los otros cuatro
lados hay arcos con una moldura que se interrumpe al centro para formar dos
pequeñas volutas.
El mayor retablo tiene cuatro columnas de
capitel compuesto, dos cilíndricas lisas
que sobresalen hacia delante y dos
pilastras estriadas; el entablamento es
de perfil escalonado, con roleos en el
friso y dentículos en la cornisa; en la
parte superior se ve un elemento
campaniforme con una ráfaga al centro
y especies de volutas-grecas formadas
por líneas rectas; el tabernáculo es lo
único que tiene frontón; debajo del
frontón hay dos ménsulas con forma de
triglifo pero con un dado encima.

Los altares laterales tienen cuatro


columnas de capitel jónico con óvolos
en el equino y entablamento también
con follaje y dentículos; sobre el
entablamento y una cartela envuelta
por una guirnalda. Todas las columnas
se apoyan en bases palladianas.
1787- Terminación de la catedral
México, D.F.
En 1787 existía el primer cuerpo de la torre
oriente, y entre esa fecha y 1791 se
terminaron las torres.

Se construyeron alrededor del atrio, 124 pilares


de los cuales pendían cadenas, por lo que la
gente después bautizó la acera como Paseo
de las Cadenas.

Lo que más ha llamado la atención de las torres es


su remate en forma de campana que resulta
muy expresiva de la función del campanario.
Esta campana de piedra está adornada con
cartelas de las cuales penden guirnaldas.

El tambor o anillo que se dejó entre el último


cuerpo del campanario y su cúpula tiene
ventanas ovaladas, estatuas, balaustradas,
dentículos y remates. Las pilastras tienen
sección rectangular y los cerramientos de los
vanos son de medio punto. Los capiteles del
primer cuerpo son de un dórico muy
personal, y los del segundo, jónicos de volutas
a 45°. Los entablamentos entre los cuerpos
tienen dentículos y frisos con triglifos.
a 1788 Iglesia de Santo Domingo
Chimalhuacán, México
Tiene planta en cruz latina con una cúpula
y tambor octogonales y bóvedas de
cañón con lunetos en la nave y brazos.
Los arcos y pilastras del crucero son
dobles. De las tres secciones de la
nave, la central es más estrecha. Cada
una tiene un óculo. Las ventanas del
tambor son casi rectangulares. Los
capiteles de las pilastras son toscanos.

El altar mayor está cubierto con un


baldaquín de capiteles corintios. Los
retablos laterales, de cantería, tienen
cuatro columnas jónicas equidistantes,
friso con relieves de cruces de Malta y
frontón con dentículos. Los retablos
cabeceros del transepto son tipo C13.
A la derecha de la nave está una capilla
con cúpula octogonal y bóveda de
arista.

El templo tiene dos campanarios de un


cuerpo y sección cuadrada. El perfil
superior de la fachada es mixtilíneo.
Debajo del eje de cada campanario
hay una pilastra de fuste liso. La
portada consta de dos pilastras
estriadas con junquillo casi hasta la
mitad de su altura, friso con triglifos y
pateras, frontón con mútulos, un
marco intermedio entre la puerta y
las pilastras.

La ventana octogonal del coro fue


reemplazada por un reloj.
Arquitectura Civil
Los palacios del siglo XVIII
Las residencias de la nobleza colonial
son una muestra clara de la adopción
que el criollo hace del gran estilo
barroco del siglo XVIII, a fin de
identificarse singularmente con y
dentro de la cultura y la sociedad del
Virreinato. Fundadas en su mayoría al
poco tiempo del inicio de la
dominación, notables ejemplos son: la
casa del Dean Don Tomás de la Plaza
de Puebla, con sus murales inspirados
en los Triunfos de Petrarca, y la casa
del adelantado Francisco de Montejo,
construida a mediados del siglo XVI
en la ciudad de Mérida,Yucatán, con
una de las más notables portadas
platerescas aplicadas a un edificio civil
que se diseñaron en la Nueva España.
Las fincas citadinas pasaron por un proceso
de aplicaciones y mejoría debidas al
aumento de los recursos de los
ocupantes, y a un propósito de
actualización artística que llevó a la
sustitución de los caserones con
apariencia fortificada del siglo XVI, por los
lujosos inmuebles del siglo XVII y XVIII y
que en atención a su riqueza artística
alcanzaron calidad palaciega.
Partiendo de la composición
centralizadora a que da lugar la
presencia del patio claustral, el
partido del palacio se extiende
cuadrangularmente sobre todo el
predio procurando continuar con sus
fachadas el alineamiento general de
las calles. La distribución interna
cuenta en algunos casos con dos o
más patios, de los cuales uno es el
principal hacia el que se ventilan las
dependencias más importantes de la
casa, mientras que el segundo de
carácter secundario apoya las tareas
de servicio; el único portón de
acceso tiene la anchura suficiente
para permitir el paso de carruajes
que ingresan a través del patio
central y desembocan en los patios
de servidumbre.
Las dos plantas del edificio se
enlazan mediante amplias
escalinatas que suelen ser al igual
que las portadas, elementos en
donde el arquitecto se manifiesta
con rasgos de notable
originalidad, tal es el caso
sobresaliente por cierto, de la
doble rampa helicoidal de la
escalera del palacio de los
Condes de San Mateo Valparaíso
(hoy Banco Nacional de México)
o la tripartita correspondiente al
de los condes de Casa Calimaya
(hoy Museo de la Ciudad de
México).
Dentro de las dependencias que corresponden al
primer nivel aparecen sobre las fachadas, las
accesorias en renta, estructuradas con
entresuelo configurando así el partido
tradicionalmente conocido como taza y plato,
en donde la planta baja aloja el taller o
comercio, y el entrepiso la vivienda del
ocupante; el resto de los flancos del claustro
bajo albergan el despacho del propietario, el
departamento que ocupa en sus visitas a la
ciudad el encargado de las haciendas, y los
almacenes.
No siempre los patios principales están rodeados
por cuatro arcadas tal como acontece en los
edificios eclesiásticos, en algunos casos se
presentan sólo tres, estando el cuarto flaco
ocupado por un muro en donde se adosa la
fuente. Caso muy ilustrativo de esta
peculiaridad es la casa de los Calimaya, en
donde la fuente labrada de cantera ostenta la
figura de una sirena tañendo una guitarra. La
cocina, corrales, cochera y cuartos de la
servidumbre rodean al patio de servicio y entre
éste y el principal, está el comedor.
La planta alta aloja en el costado que da a la fachada principal el “salón del dosel”, en
donde se rendía homenaje permanente al retrato del monarca; el “salón del
estrado”, usado para las grandes recepciones y el de asistencia, que acogía las
reuniones informales y la exhibición del nacimiento en época de Navidad. En una
de las esquinas se abría la capilla familiar, pequeño recinto que en ocasiones como
en el caso del Palacio del Marqués del Jaral de Berrio (hoy Palacio de Iturbide) se
exornaba con una portada de refinado diseño y magnífica ejecución de cantería; las
recámaras, salón costurero y estancia familiar se distribuyen en los otros tres
flancos de la planta.
Cada una de las dependencias en este
nivel contaba con una o varias
ventanas (dependiendo de la
dimensión del local), las cuales
coincidían la mayoría de las veces con
los vanos de planta baja, acusándose
esta relación mediante jambas de
cantera que contribuían a dar un
efecto de verticalidad en contraste
con la tónica horizontalidad
prevaleciente en el conjunto; las
fachadas se recubrían con mosaico de
tezontle rojo, material, que junto con
la piedra chiluca y la cantera gris
llegaron a constituir una
característica cromática y de textura
propias de la edificación del siglo
XVIII en la ciudad de México.
El rodapié perimetral es otro elemento de
gran constancia, así como la herrería de
forja en balcones y gárgolas que permitían
el desagüe de fachadas, que en casos
particulares como el citado Palacio de
Calimaya, adoptaba la forma de cañones
como referencia a las atribuciones
militares que traía consigo el título
nobiliario del mayorazgo.
La mayoría de las veces mantiene el
esquema tradicional manierista en la
ordenación de sus partes, hecho al
que contribuye la presencia del
entrepiso con lo que física y
sensorialmente se divide en por lo
menos dos partes el alzado del
pórtico. El cuerpo inferior flanqueado
de columnas o pilastras confina la
puerta de dos hojas talladas en
madera y tachonadas de clavos,
remaches y llamadores de fierro y de
bronce; el cuerpo intermedio con
enmarcamiento similar recibe a la
ventana principal del salón del
estrado o el del dosel, y sobre este
conjunto aparece un remate cuyo
motivo principal suele ser el escudo
heráldico del título nobiliario.
Arquitecto Lorenzo Rodríguez
 La case del Conde del Valle de
Orizaba conocida actualmente como
Casa de los Azulejos (1751): destacan
en este edificio los tableros que
revistiendo las fachadas se forjaron
totalmente con azulejo tipo talavera,
y las pilastras y molduras que
alternadamente modulan la métrica
externa del edificio.
 La casa del Alférez Cebrián y Valadez
(entre 1762 y 1766)
 La del segundo conde de San
Bartolomé de Xala (1763)
 Casa de campo del Conde de Valle de
Orizaba, conocida hoy en día como
Casa de los Mascarones (1766-1771):
en alusión a las figuras de atlantes
que aparecen en los exteriores.
Arquitecto Francisco Antonio
Guerrero y Torres

 La casa de los condes de San Mateo Valparaíso (entre 1769 y 1772): la regulada
sucesión de vanos que abarcan con sus enmarcamientos particulares los dos
niveles del edificio, aparece un torreón en la esquina como reminiscencia de las
casas fortificadas del siglo XVI.
 Las casas del mayorazgo de Guerrero y Torres.
 El palacio de los condes de Casa Calimaya (1779)
 La casa del Marqués de Jaral de Berrio: cuyo patio interno presenta uno de los más
solemnes ritmos de arcadas clausúrales diseñadas para edificios de habitación
Academismo (1er. Periodo)

 El dibujo permitió la elaboración del proyecto


preliminar a la edificación, con lo cual hace
posible el estudio previo de escalas y
proporciones siempre de acuerdo a la
arquitectura clásica, se posibilitó a las comisiones
de censura académica la selección de aquellos
diseños que cumpliendo con las reglamentaciones
oficiales fueron autorizadas para su construcción.
 La pérdida de poder de la Iglesia dentro de la esfera
social novohispana, trajo consigo la desaparición de las
magnas obras que caracterizaron al siglo XVIII,
aparecieron en su lugar una serie de construcciones que
dedicadas en su gran mayoría a las tareas productivas
monopolizadas por la Corona, absorbieron
notablemente la actividad de los nuevos arquitectos
egresados de la Academia de Bellas Artes; sin detenerme
por completo la edificación religiosa, cuantitativamente
será más importante en el último tercio del siglo XVIII,
la construcción de estancos, fábricas, almacenes y
fortificaciones militares financiados por el gobierno
mismo.
 La edilicia civil mantuvo la presencia del patio central
como adjetivo de la distribución periférica de locales,
mientras que las iglesias sostienen su trazado en base
al eje direccional acceso-presbiterio, con la modalidad
de reducir cada vez más la importancia de la nave
secundaria hasta hacer casi desaparecer el crucero,
aunque sin restar por ello jerarquía espacial ya que
continúa recibiendo la concentración de luz perimetral
proveniente de la cúpula.
 La ornamentación del neoclásico se resuelve
externamente mediante la presencia clara y definida de
elementos del repertorio greco-latina:
 Columnas en proporción de acuerdo a los órdenes
clásicos
 Frisos con seriación de triglifos
 Frontones triangulares, curvos y abiertos (al modo
renacentista)
 Balaustradas
 Floreros escultóricos
 Énfasis en la presencia de los accesos por medio de
pórticos generalmente desprendidos del paño de la
fachada
Arquitectura Militar
Baluarte de la Soledad

El antiguo baluarte de La Soledad,


recia construcción del siglo XVIII
que formara parte del sistema de
defensa de la ciudad de Campeche
contra los ataques de los piratas y
bucaneros de la época.
El edificio conserva un largo y
elevado muro de
aproximadamente 150 metros de
largo en el que se puede apreciar
aún parte de las atalayas, el viejo
paso de ronda y algunas almenas
desde donde se alcanza a
distinguir el horizonte.
Se trata de una muralla en forma de polígono
irregular, de la cual subsisten seis caras, siete
baluartes y dos puertas de acceso, así como dos
fuertes de apoyo construidos en la serranía.
Fuerte de San Miguel

El Fuerte de San Miguel es


una fortificación en la ciudad
de San Francisco de
Campeche, Campeche, por
sus dimensiones y su
historia, es uno de los
edificios más representativos
de la ciudad.
La construcción del fuerte fue iniciada en 1771, bajo el mando del
ingeniero Don Juan José de León y Zamorano, y concluida la obra
en 1801. Este edificio formó parte del sistema de fortificación de
Campeche que empezó en 1686 con el inicio de la puesta en obra de
la muralla.
El inmueble fue establecido sobre una planta pentagonal en
un terraplén elevado, bordeado por un foso que es atravesado por
angosto pasillo curvilíneo que comunica hacia la puerta principal,
donde había un puente levadizo. Posee un patio central, con su pozo al
centro, y rampas laterales que llevan hasta la azotea, donde se
colocaron veinte cañones en las almenas del edificio, para llevar así
acabo su misión defensiva.
Fuerte de San José el Alto (Campeche)
Dominando una pequeña elevación natural al norte de la ciudad, antiguamente
llamado “Cerro de la Vigía Vieja” y hoy “de Bellavista”, se levanta este bello
edificio cuya construcción data de finales del siglo XVIII. El fuerte es de planta
cuadrangular con tres garitones en las esquinas; en su patio se encuentran los
restos del brocal de un viejo pozo.
Un foso y un terraplén
rodean al conjunto y dejan
libre la entrada, que se
resuelve en un pasadizo
sinuoso que servía para
evitar un ataque frontal del
enemigo. Luego del
pasillo se accede al recinto
a través de una puerta con
un pequeño puente
levadizo.
El Polvorín

Construcción realizada entre 1750 y 1758, cuya función


principal era almacenar la pólvora a una distancia
considerable de la Ciudad por temor a una posible explosión,
este conjunto cuenta con dos espacios militares, el primero
es una bóveda con gran capacidad de almacenamiento; y el
segundo edificio es conocido como la Casamata, cuya
función era como cuartel del cuerpo de guardia, actualmente
a sido completamente restaurado y habilitado como un área
de exposiciones temporales y las oficinas de Cultura del H.
Ayuntamiento de Campeche.
Puerta de Mar
Uno de los cuatro accesos con los
que contaba el circuito amurallado
en los tiempos de la piratería.
Dicha puerta durante casi dos
siglos fue entrada y salida para
aquéllos que utilizaban el único
medio de comunicación en aquel
entonces: La navegación.

Ubicada entre el Baluarte de la


Soledad y San Carlos, carecía de
foso y rebellín, dando paso al
muelle. Las puertas eran de jabín.
La puerta de mar original fue
demolida en 1893 y reconstruida en
1953. En 1997 se unieron con un
lienzo de muralla el baluarte y la
Puerta de Mar.
Estaba ubicada para su protección
entre los baluartes de la Soledad y San
Carlos; carecía de foso y rebellín y
daba paso al muelle que era corto y
angosto.

Fue construida originalmente con


cantera y sascab en los siglos XVII y
XVIII.

Su fachada está compuesta por un alto


vano enmarcado en cantera adovelada
que forma un arco carpanel con
derrama de muros y capialzado hacia
el lado interior. En su parte superior
remata hacia el mar con un garitón al
centro y del otro costado una espadaña
de un vano con remate moldurado. En
la mitad superior del lienzo del muro
se observa el paso de ronda.
Puerta de Tierra
El monumento conocido
como Castillo o Reducto de Puerta de
Tierra se construyó entre 1725 Y 1727 con
cantera y sascab, por instrucciones del
gobernador de Yucatán, Antonio Figueroa y
Silva Lazo de la Vega Ladrón de Guevara.

Esta puerta, que se ubica entre el baluarte de


San Francisco y San Juan, se abrió ante la
clausura de los accesos de San Román y
Guadalupe debido a que facilitaban las
agresiones de los piratas. Defendida por un
rebellín de mampostería y rodeada por un
foso, la Puerta de Tierra es el único acceso
que se conserva del sistema defensivo
original de la ciudad.
Tenia tanta importancia como la Puerta de
Mar, ya que constituía la principal salida
por tierra de la antigua Villa de Campeche
hacia el resto de la península, razón por la
que se encontraba protegida por los
baluartes de San Francisco y San Juan.

La Puerta de Tierra tenía una entrada


amplia con dos locales laterales, uno para
el cuerpo de guardia y otro para el oficial
en turno. Estos espacios eran abovedados,
con ventanillas de hierro por donde
entraba la luz. Una escalera de
mampostería daba acceso al torreón, y en
la parte superior contaba con un área en
donde se encontraban ocho cañones a
manera de plaza de armas.
El frente del edificio estaba protegido por
una barbacana circundada por un foso, de
tres metros de profundidad; una estacada y
otro foso más pequeño protegido por un
rastrillo y puente levadizo.

Entre el baluarte de San Francisco y la


Puerta de Tierra se conserva un tramo de
muralla que mide un poco más de 26
metros, así como otro de 150 metros
situado entre la puerta y el baluarte de San
Juan.

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