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ALUMNOS:

LEONARDO ESCALONA 23.917.881


JOSUE RIVERO 24.339.215
IVETTE SAAB 27.205.853
GESTIÓN EMPESARIAL
SECCIÓN: SAIA “E”
La capacidad: es la producción o número
de unidades que pueden caber, recibirse,
almacenarse, o producirse en una
instalación en un determinado periodo de
tiempo. La capacidad determina una gran
parte de los costes fijos , el nivel de
satisfacción de la demanda y el grado de
utilización de las instalaciones y equipo. Si
la instalación es demasiado grande, parte
de ella permanecerá inactiva añadiendo
costes a la producción existente. Si la
instalación es demasiado pequeña, tal ves
de pierdan clientes o mercados
completos, por lo que resulta crítica la
determinación del tamaño de una
instalación con el objetivo de lograr un
elevado nivel de utilización y un elevado
rendimiento de la inversión.
existen cuatro consideraciones especiales para tomar una buena decisión sobre la capacidad.

• Pronosticar la demanda con exactitud: Un pronostico preciso resulta esencial para tomar una decisión
sobre la capacidad. Cualquiera que sea el nuevo producto se deben determinar las perspectivas y el ciclo
de vida de los productos existentes.

• Entender la tecnología y los incrementos en la capacidad: El numero de alternativas iniciales puede ser
grande, pero una vez que se establece el volumen, las decisiones sobre tecnología pueden apoyarse en el
análisis del coste, los recursos humanos necesarios, la calidad, etc. Esta revisión suele reducir el número
de alternativas a unas cuantas. La tecnología puede dictar el incremento de la capacidad.

• Encontrar el nivel de operación óptimo(volumen): La tecnología y los incrementos en la capacidad suelen


dictar el tamaño óptimo de una instalación. Este aspecto se conoce como economías y deseconomías de
escala.
Economías de escala: Un incremento de capacidad a largo plazo necesita un incremento menos que
proporcional de la estructura fija. Mayores tamaños permiten utilizar procesos más eficientes y automatizados.
Deseconomías de escala: Aumento de la complejidad, el coste de la comunicación, la gestión, la
organización y la administración, lo que ocasiona una pérdida de enfoque por parte de los directivos.

• Construir para el cambio: En nuestro acelerado mundo el cambio es inevitable, por lo que los
administradores de operaciones deben integrar la flexibilidad a las instalaciones y al equipo.
Incluso con una buena previsión y con instalaciones construidas en función de ella, puede haber un
escaso ajuste entre la demanda real existente y la capacidad disponible. Esta falta de ajuste puede
implicar que la demanda sea mayor que la capacidad o que la capacidad sea mayor que la demanda. Para
esta situaciones, las empresas tienen distintas opciones.

La demanda excede la capacidad: La empresa puede reducir la demanda simplemente con un


incremento de precios, programando largos plazos de entrega y eliminando las actividades menos
rentables. Sin embargo, la solución a largo plazo suele consistir en aumentar la capacidad.

La capacidad es mayor que la demanda: La empresa puede intentar estimular la demanda mediante
reducciones de precios o con una campaña de marketing agresivo, o puede adaptarse al mercado
introduciendo cambios en sus productos.

Ajuste a las demandas estacionales: La empresa puede encontrar útil ofrecer productos con patrones
de demanda complementarios, es decir, productos para los que la demanda es elevada para un producto
cuando es baja para el otro, y viceversa.
Es el punto donde la cifra de negocio se
iguala con los gastos totales (tanto los
gastos fijos como los variables), es decir,
que la empresa no tiene pérdidas ni
beneficios. También se conoce
como umbral de rentabilidad, ya que a
partir de este punto, si las ventas son
superiores al total de gasto, la compañía
tendrá un resultado positivo y a la
inversa.
Para poder calcular este indicador financiero debemos de disponer de los siguientes aspectos:

– Las ventas o importe neto de la cifra de negocio. También se puede tomar este dato para un producto o
unidad de negocio determinada.

– Los costes fijos, se trata de aquellos costes que no están relacionados con las ventas, es decir, que
independientemente del número de unidades producidas y/o vendidas la empresa debe hacer frente a
ellos, un ejemplo de ello, es el arrendamiento de un edificio.

– Los costes variables, son aquellos que están en proporción directa con los volúmenes de producción,
como por ejemplo, las materias primas o las comisiones por ventas.

– Las unidades producidas, hace referencia al número de unidades que se han fabricado. Este dato es
necesario para calcular el punto muerto en unidades físicas como veremos más adelante.

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