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PERUANA
FAC U LTA D D E M E D I C I N A H U M A N A
“Rafael Donayre Rojas”
AGUSTÍN VÁSQUEZ JUAN DIEGO
ALVA USHIÑAHUA LEON FERNANDO
AMASIFUEN ALVARADO WILSON
ANGULO RAMOS RANDY GIORDAN
ARMAS ZAMORA PAOLA
CHOTA TORRES WILMER
CHUQUIZUTA HUANIN GIOSELYN
CUSTODIO FLORES VANESSA
La Enfermedad de Von Gierke o glucogenosis tipo I (GSD-I) es una enfermedad
metabólica poco frecuente, hereditaria autosómica recesiva, provocada por un
acúmulo anormal de glucógeno.
La enfermedad de Von Gierke ocurre cuando el cuerpo carece de la proteína (enzima) que
libera glucosa a partir del glucógeno. Esto hace que se acumulen cantidades anormales de
glucógeno en diversos tejidos. Cuando el glucógeno no se descompone de manera
apropiada, lleva a que se presente hipoglucemia.
Más tarde, se han descrito otros dos tipos más raros (Ic y Id) que presentan algún déficit suplementario.
Las diferencias entre el tipo Ia y el Ib no son significativas, con la particularidad de que los afectados por
el tipo Ib presentan infecciones bacterianas recurrentes (en vías respiratorias altas e intestino) y
neutropenia (niveles anormalmente bajos de neutrófilos, un tipo de células blancas de la sangre).
También pueden desarrollar pancreatitis crónica e inflamación crónica del intestino.
CUADRO CLÍNICO
En la niñez
Hipoglucemia
Hepatomegalia: agrandamiento del hígado.
Aspecto de “muñeca”: mejillas hinchadas, extremidades y tórax
delgados y un vientre protuberante.
Intolerancia al ayuno, necesidad de alimentaciones frecuentes.
Retraso en el crecimiento lineal y del desarrollo motor.
Sangrados frecuentes y xantomas por deficiencias plaquetarias.
Neutropenia e incremento en el riesgo de infección y úlceras en la
boca o los intestinos por el mal funcionamiento de los leucocitos
(en el tipo Ib).
En la pubertad
Ante la imposibilidad de realizar un estudio genético, el diagnóstico definitivo se lleva a cabo mediante
la determinación de los niveles de la enzima Glucosa-6-Fosfatasa y la presencia de depósitos de
glucógeno en el hígado.
TRATAMIENTO
Para ninguna de estas dos enfermedades hay cura y de no ser tratadas son fatales en las primeras
dos décadas de la vida.
Este manejo permite a los pacientes alcanzar un crecimiento y desarrollo
puberal casi normal. Sin embargo, la enfermedad no se corrige y los paciente
continúan presentando, hiperlipidemia, hipercalciuria, hiperuricemia,
hipocitraturia y acidemialáctica.
Se recomienda en los primeros diez años de vida realizar una ecografía hepatobiliar anual y después de
estos primeros años, una resonancia magnética anual. Si en alguno de estos controles se hallan lesiones
hepáticas, deben realizarse controles cada 6 meses. Estas manifestaciones aunque inevitables, pueden
hacer una aparición más lenta, si el paciente tiene un adecuado control metabólico.
CONCLUSIONES