Las Obras de Misericordia

TESTIMONIO CONCRETO DE
AMOR
AMOR Y OPCION PREFERENCIAL POR
LOS POBRES
Esta frase tomada del Catecismo de la Iglesia católica
Nos da una preciosa y total síntesis del significado de
las obras de misericordia.
El Papa Francisco nos manifiesta que no esta opción
no es “optativa” para los miembros de nuestra iglesia,
sino que es una cuestión básica en el Evangelio.

El corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los

pobres, tanto, que el mismo , se hizo pobre.
Esta opción y amor
preferencial por los
pobres tiene una
percepción y
comprensión de
diversas clases de
pobrezas, en donde
nos incluimos los
pobres y los mas
favorecidos
(económicamente
hablando) es decir
nadie queda fuera.
 La pobreza física o económica
Es la mas elemental, no tener comida ni
bebida con que saciar el hambre o la sed. No
tener techo ni ropa ni cobijo a las que se
puede añadir la falta de trabajo y las
enfermedades o discapacidades graves.
Esta pobreza esta atestiguada en la obras
1,2,3, y 4 corporales.
 La Pobreza Cultural
Con el analfabetismo como situación radical, así
como la ausencia y escasez de oportunidades de
formación, con el tipo de “cultura que inculcan a la
sociedad”, con la necesidad de trabajar y deja a un
lado la formación, con las políticas actuales.
Con esto se refleja la pobreza cultural, atestiguada en
las obras 1,2 y 3 espirituales.
 Pobreza Social y de Relaciones
Donde aparece la soledad y el retraimiento, la
muerte del cónyuge, el fallecimiento de un ser
querido, las dificultades de comunicación, la
discriminación, la marginación y el aislamiento por
encarcelamiento o destierro.
Pobreza presente en las obras 5,6 y 7 corporales y 5 y 6
espirituales.
 La pobreza Espiritual y de animo
La desorientación, el vacío interior, el desconsuelo, la
desesperanza, la confusión moral y espiritual, el
abandono de si mismo, la apatía.
Pobreza atestiguada en la obras 4 y 7 espirituales.
 Las obras de Misericordia como
algo mas que justicia.
Hay que aclarar que ninguna de la obras de
misericordia se refiere a los mandamientos de la Ley
de Dios, por lo que falta a ellas no se consideraba
como tal un pecado, sin embargo, en estudios
recientes se observo que la condena que Jesús dirige a
esta omisión del bien es por los llamados pecados de
omisión, como los menciona en el sermón de la
montaña:
Si la justicia de ustedes no es mayor que la de los
escribas y fariseos, no entraran en el reino de los
cielos, Mt. 5, 20.