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Cristo Rey del Universo.

Fiesta: 20 de noviembre.
Jesús tuvo linaje de Rey al ser
descendiente del Rey David.
Rey del universo constituido
por Dios, su Padre.
Rey, pero sin palacios
fastuosos, sin cortesanos ni
servidumbre, sin guerras ni
victorias, sin tributos ni
privilegios.
Rey que ha venido a servir y no
a ser servido;
Rey que derramó su sangre
para introducir al hombre en su
Reino, y darle Verdad y Vida,
Santidad y Gracia, Justicia,
Amor y Paz.

Cristo Rey del Universo.


Fiesta: 23 de noviembre.
Sobre la cruz de Cristo había un letrero que decía:
JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS
Lc. 23:35-43
Los judíos rechazaron éste letrero, y pidieron a Pilatos que lo retirara.
Pero Pilatos no accedió y les contestó:
LO ESCRITO, QUEDA ESCRITO.
Jesús ha sido el hombre más amado y
que más ha influenciado en la historia.
Los hombres grandes,
después de siglos de su muerte son admirados,
pero no amados.
Cristo murió hace más de dos mil años y todavía hoy miles y miles de hombres
y mujeres lo aman hasta la muerte.
Unos como mártires dan la vida por Él de golpe.
Otros se la dan gota a gota consagrándole su vida, y viviendo para Él.
Gloria a Cristo Rey del Universo, que nació en un pesebre pobre y
humilde, que es un Rey justo, que nos enseña a ser humildes,
Gloria a Cristo Rey que es el Alfa y el Omega, y debe ser el centro de
nuestra vida.
Oración a Cristo Rey
Santa Teresa
¡Oh Cristo, Tú eres mi Rey!

Dame un corazón caballeroso para


contigo.
Magnánimo en mi vida:
escogiendo todo cuanto sube hacia arriba,
no lo que se arrastra hacia abajo.
Magnánimo en mi trabajo:
viendo en él no una carga que se me impone,
sino la misión que Tú me confías.
Magnánimo en el sufrimiento:
verdadero soldado tuyo ante mi cruz,
verdadero Cireneo para las cruces de los demás.
Magnánimo con el mundo:
perdonando sus pequeñeces,
pero no cediendo en nada a sus máximas.
Magnánimo con los hombres:
leal con todos, más sacrificado por los humildes y
por los pequeños,
celoso por arrastrar hacia Ti a todos los que me
aman.
Magnánimo con mis superiores:
viendo en su autoridad la belleza de tu Rostro,
que me fascina.
Magnánimo conmigo mismo:
jamás replegado sobre mí,
siempre apoyado en Ti.
Magnánimo contigo: Oh Cristo Rey:
orgulloso de vivir para servirte,
dichoso de morir,
para perderme en Ti.
Amén.
Que Cristo sea nuestro Rey, el centro de
nuestras vidas, que seamos sus siervos, para
Glorificarlo y alabarlo con nuestro testimonio
de vida, que cumplamos con lo que EL nos
pide, que lo amemos con toda nuestra alma,
con todas nuestras fuerzas y con toda nuestra
mente, Lc 10, 27-28.
Si deseas recibir mails, relacionados con la
Iglesia: que contienen diapositivas, vida de
Santos, Evangelio del Domingo, etc.
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Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el amor a Jesús.

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