Agustín de Hipona nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pueblo que hoy se conoce por Souk-Ahras (Argelia). Fue hijo del pagano Patricio y de la cristiana Mónica. Fue educado en la fe de su madre. San Agustín es el máximo exponente de la filosofía cristiana durante el período patrístico y uno de los más geniales pensadores de todos los tiempos. Su filosofía religiosa y su doctrina teológica tuvo una influencia decisiva tanto en la Edad Media como en el Renacimiento. Sobre el mal
San Agustín se interesó por la
existencia del mal. Según él, Dios no puede haber creado algo malo, Dios solo crea cosas buenas. Respecto al mal moral, el pecado, es la consecuencia del libre albedrío. Ética y Política
El fin de la vida humana es la
felicidad. La felicidad coincide con la salvación. Para salvarse hay que practicar la virtud que consiste en dar primicia al alma sobre el cuerpo. La virtud se logra con el amor a Dios y con el conocimiento de la razón por alcanzar las verdades eternas. Ética y política
San Agustín escribió "La ciudad de
Dios" para defender al cristianismo. Comienza con un análisis de la naturaleza humana. La historia de la humanidad siempre ha estado dominada por este conflicto de intereses que San Agustín expresa con la metáfora de las dos ciudades: 1.La ciudad Terrena, basada en el predominio de los interesas mundanos. 2.La ciudad de Dios, basada en el predominio de los intereses espirituales. La ciudad de Dios Para San Agustín, si un estado aspira a la justicia social debe convertirse en un Estado cristiano. Añade que la Iglesia es la única comunidad perfecta y claramente superior al estado que debe inspirarse en ella. Todo ello supone la confusión entre política y religión. Admitió la legitimidad del Estado para exigir al cristiano obediencia a las leyes civiles; sin embargo, su obra es el punto de partida de una reivindicación que será fuente de constantes conflictos históricos Santo Tomás de Aquino
La ética de Tomás de Aquino sigue
la línea aristotélica, aunque adaptada a presupuestos cristianos en los que se basa el pensamiento del aquinate. Ética en Santo Tomás
Santo Tomás asume su carácter
eudemonista, teleológico e intelectualista, y la completa con la aportación cristiana del valor de la persona y el sentido trascendente que tiene la vida humana.
Tomás de Aquino defiende que la
felicidad terrenal no es absoluta ni total si no se proyecta hacia cotas más altas, como es el conocimiento divino. La perfecta felicidad , el fin último consiste básicamente en la visión de Dios. ¿Cómo llegar a ser feliz Para Santo Tomás los actos morales son aquellos que proceden de la voluntad del hombre en cuanto ser racional y libre. El hombre en su actuación moral persigue como fin el bien y la felicidad; pero, ¿cuál es el fin que constituye para el hombre el bien supremo? Santo Tomás descarta todo lo que se encuentra dentro de las fronteras de lo particular y contingente: riquezas, fama, poder y hasta la vida contemplativa. El bien supremo del hombre consiste en la visión de la esencia divina, meta final que satisface plenamente su ansia de felicidad. ¿Qué camino nos llevará a Dios?
La vía que defiende el aquinate
para llegar a la felicidad, es el amor. Serán buenas acciones aquellas que, basándose en el amor y en el conocimiento natural, nos acerquen a la presencia divina, y malas las que nos alejen del camino de Dios.