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Nervio Ciático

Josué Manuel Castillo Escobar


Anatomía
• El nervio ciático mayor es el nervio periférico
más voluminoso y largo del organismo. Es un
nervio mixto que se forma de las raíces L4, L5,
S1 y S2. Abandona la pelvis a través del
agujero ciático mayor, por debajo del músculo
piriforme.
• En la región glútea, este nervio discurre al
principio algo lateralmente para después
curvarse y tomar la dirección longitudinal del
muslo inervando los músculos semitendinoso
(L4-S2), semimembranoso (L4-S2) y bíceps
femoral (L4-S2), (es decir los músculos
isquiotibiales, que son flexores de la
articulación de la rodilla) y el músculo aductor
mayor del muslo (L2-L4), también inervado
por el nervio obturador.
• Cruza el tendón del músculo obturador interno y el
músculo cuadrado femoral a nivel de la transición de la
región glútea hasta el muslo. En este lugar, el nervio
está situado frecuentemente hacia la mitad; a veces sin
embargo, se sitúa en el tercio interno de la línea de
unión entre el isquion y el trocánter mayor. Durante
todo el recorrido, el nervio ciático se ve cubierto por el
músculo glúteo mayor.

• El tronco común pasa entre el trocánter mayor y la


tuberosidad isquiática hasta alcanzar la fosa poplítea
superior, donde da lugar al nervio ciático poplíteo
externo, prolongación de las fibras laterales y al nervio
ciático poplíteo interno, continuación de las fibras
mediales.
• Dicho nervio recoge la sensibilidad de la cara
posterior del muslo y de toda la pierna, a
excepción de una estrecha franja interna
inervada por el nervio safeno interno.
Evaluación de la Ciática
• La ciática, que se produce a causa de la
irritación del nervio ciático, es muy dolorosa y
puede durar varios días, llegando a incapacitar
al paciente. Aprende a prevenir su aparición y
a disminuir sus molestias.
¿Qué es la Ciática?

• Se llama ciática a la irritación del nervio ciático que provoca que el


paciente sienta dolor en la parte baja de la espalda, un dolor que se
extiende hacia la parte de atrás de una de las piernas, y puede
llegar hasta la punta del pie en ocasiones. A veces el nervio irritado
no es exactamente el nervio ciático, y el dolor afecta a la parte
lateral o delantera de la pierna, pero se suele mantener el nombre
de ciática o ataque de ciática en el lenguaje popular.
• La irritación del nervio ciático se produce cuando
este se comprime por cualquier cuerpo que se
encuentre en su recorrido. Las raíces de este
nervio nacen de la médula espinal, salen a través
de las vértebras, y se fusionan formando el
nervio, que es tan ancho como un dedo de la
mano (es el nervio más grande del cuerpo
humano). A partir de ahí baja hacia la pierna por
detrás de los glúteos, del muslo y la rodilla,
inervando todos los músculos que encuentra por
el camino y la piel de su recorrido hasta llegar al
borde externo del pie.
Causas más Frecuentes
• Hernia de disco vertebral: es con diferencia la causa
más frecuente de ciática. Los discos vertebrales se
encuentran entre las vértebras y amortiguan el roce
que se produce entre ellas a causa de los movimientos,
haciendo que la columna vertebral sea flexible. Su
interior es viscoso y, con el tiempo, puede protruir
(desplazarse) fuera del propio disco hacia la médula
espinal, donde comprime las raíces del nervio ciático
de uno de los lados. La hernia discal suele aparecer en
varones adultos que realizan trabajos donde cargan
peso, y también son habituales en varones con
sobrepeso.
• Estenosis del canal lumbar: sucede en personas
ancianas. La médula espinal está protegida por el canal
óseo que forman las vértebras, y con el tiempo este
canal puede estrecharse debido a la artrosis,
principalmente. La región lumbar, es decir, la parte más
baja de la espalda, suele ser la zona más afectada, y se
produce ciática al comprimirse las raíces nerviosas. En
este caso la ciática puede ocurrir a la vez en los dos
lados del cuerpo y su principal característica es que
aparezca un dolor progresivo mientras se camina, que
desaparece poco después de sentarse o inclinarse
hacia delante.
• Síndrome piriforme: el músculo piriforme se
inserta en la pelvis y en el fémur, de forma que
cuando se contrae acerca la pierna. Lo habitual es
que el nervio ciático pase por debajo de este
músculo, pero hay personas en las que el nervio
atraviesa el músculo (aproximadamente el 10%
de la población). Se pueden formar contracturas
en el músculo piriforme que compriman el nervio
ciático; esto sucede principalmente después de
lesiones que limitan el caminar.
• Fracturas: lógicamente, cualquier fractura de los
huesos localizados en el recorrido del nervio
ciático puede alterar su recorrido y comprimirlo.
Sin embargo, la primera preocupación en estos
casos será la propia fractura.
• Tumores: pueden comprimir el nervio ciático al
crecer sin control. El tumor que provoca ciática
con más frecuencia es el condrosarcoma en
ancianos. Afortunadamente no es muy frecuente.
También se puede producir ciática por un tumor
de páncreas que invade la columna vertebral o a
causa de metástasis vertebrales, aunque es más
frecuente que sólo provoquen lumbago.
• Enfermedad de Paget: esta enfermedad no da
síntomas con frecuencia, pero está más extendida
de lo que se piensa entre los ancianos. Consiste
en la formación de hueso de forma descontrolada
sin llegar a ser un tumor. La pelvis es el hueso
más afectado y crece poco a poco pudiendo
comprimir el nervio ciático.
• Embarazo: durante la gestación el útero
comprime órganos internos de la pelvis y esto
provoca contracturas musculares que favorecen
la ciática.
Síntomas
• El principal síntoma del ataque de ciática es el dolor, aunque éste
puede variar mucho en intensidad y características. Puede ser desde
un dolor sordo que dura varios días, hasta un dolor que aparece casi
de repente y con gran intensidad e impide al paciente moverse del
sillón. En cualquier caso, el dolor afecta siempre a uno de los lados,
desde las nalgas hasta la rodilla, las pantorrillas o incluso el pie. Es
frecuente, además, que se acompañe con dolor en la parte baja de la
espalda, por lo que los médicos lo llaman “lumbociatalgia”. El dolor
puede aumentar con los movimientos (sentarse, incorporarse…) o al
aumentar la presión dentro del abdomen (toser, defecar…). Puede
aparecer también al acostarse o al despertarse por la mañana
tumbado en la cama, pero no suele interrumpir el sueño en mitad de
la noche.
• Este dolor se puede acompañar de alteraciones de la sensibilidad de la
piel que inerva el nervio ciático. Suelen aparecer sensaciones de
hormigueo y de acorchamiento en las mismas zonas donde hay dolor.
• Otros síntomas frecuentes serían la debilidad muscular
y la disminución de reflejos musculares. El nervio
ciático, al estar dañado, no puede inervar
correctamente los músculos y se limitan los
movimientos de la cadera y la rodilla. Por eso, las
personas con ciática caminan cojeando o no pueden
levantarse de la cama por sí solos.
• Podemos hablar también de una “ciática invertida”. En
este caso no se comprime el nervio ciático, sino que lo
hacen las raíces nerviosas más superiores que forman
el nervio femoral. El dolor aparece entonces en la parte
delantera del muslo llegando hasta la rodilla, a veces
incluso cerca de la ingle. También se puede debilitar la
extensión de la rodilla.
Diagnóstico
• Al diagnóstico de la ciática se llega por los
síntomas que hemos señalado en el punto
anterior, pero conviene ir más allá e identificar
la causa que la provoca y la zona donde se
comprime el nervio. Para ello hay una serie
de pruebas sencillas que ayudan al médico en
el diagnóstico de la ciática:
Maniobra de Lasègue
• Con el paciente tumbado boca arriba se eleva la
pierna extendida del lado afectado. Cuando el
dolor aumenta antes de elevarse más de 60º
indica que se debe al nervio ciático, el cual se
estira cuando realizamos esta maniobra. Se debe
realizar en las dos piernas para comprobar que el
dolor afecta sólo a uno de los nervios ciáticos. En
personas ancianas es difícil llevar a cabo esta
maniobra, ya que suelen tener problemas en la
articulación de la cadera y se provoca dolor más
fácilmente, aumentando el número de falsos
positivos.
Maniobra de Bragard
• se realiza después de la maniobra de Lasègue
y consiste en el mismo movimiento, pero
cuando se llega al punto en el que aparecía el
dolor dejamos de elevar más la pierna y
empujamos la planta del pie flexionando el
tobillo. Si aparece dolor apoya la sospecha de
ciática.
• Exploración de la sensibilidad: el médico puede
comprobar la afectación de la sensibilidad de la
piel que inerva el nervio ciático comparándola
siempre con el lado no afectado.
• Exploración de la fuerza muscular: del mismo
modo el médico compara ambos lados del cuerpo
para comprobar la fuerza muscular perdida. Un
método más sencillo es hacer que el paciente
camine. La ciática suele impedir caminar de
puntillas o de talones, ya que los músculos que lo
permiten no tienen la fuerza suficiente.
• Exploración de los reflejos tendinosos: cuando
se da un golpe seco en los tendones se produce
una contracción refleja del músculo al que
pertenecen. Esto sucede gracias a que los nervios
que forman este reflejo están sanos y durante la
ciática puede desaparecer su capacidad para
contraerse. El reflejo que el médico puede ver
disminuido con más frecuencia durante un
ataque de ciática es el reflejo del tendón de
Aquiles en el tobillo. En la ciática invertida el
reflejo rotuliano estará afectado.
Tratamientos
• El tratamiento de la ciatalgia varía según la edad de la
persona, el tiempo que viene progresando la afección.
Además cuenta como el paciente reacciona a determinado
medicamento ya que no todos pueden tratarse de igual
manera.
• Se recomienda: Calor local y Reposo en posición antálgica.
• Terapia Neural: Es de gran utilidad, ya que corrige a nivel
eléctrico la alteración que esta sufriendo el nervio ciático, sus
resultados son en segundos permitiendo que el paciente se
reincorpore a sus actividades, no existen contraindicaciones
para realizarla (Terapia
• Analgésicos para calmar el dolor.
• Miorrelajantes para los espasmos musculares.
• El tratamiento quirúrgico se utiliza en caso de que el
dolor no ceda al tratamiento o que se presenten
tumoraciones o deformidades óseas progresivas, y se
basa en quitar la presión del nervio.
• Debe evitarse levantar objetos pesados y
permanecer mucho tiempo sentado o agachado.
• Una vez pasado el dolor, la actividad física es muy
recomendable, especialmente los de tipo de
elongación, de flexibilidad y de fortalecimiento de la
zona media, es decir, todos los músculos de la
espalda baja y el abdomen, los cuales colaboran en
los movimientos de flexión, extensión y rotación de
las articulaciones de la columna vertebral. El
fortalecer los músculos de la zona evita posibles
futuros dolores.
• Técnicas de elongación:
• Para elongar los músculos de la zona glútea, es necesario
sentarse sobre una colchoneta o alguna superficie cómoda,
luego flexionar la rodilla acercándola el pecho y llevando
ligeramente el talón hacia la cola, manteniendo la otra
pierna estirada. Esto evitara la contractura de los músculos
que se ubican en las proximidades de la emergencia de este
nervio.
• También se pueden estirar los músculos de la parte
posterior de la pierna (isquiotibiales, bíceps femoral,
semitendinoso, semimembranoso).
• Esto se logra en posición sentada, estirando las piernas y
manteniéndolas juntas con la punta de los dedos mirando
hacia arriba. Luego continuar flexionando el tronco, con la
espalda derecha, intentando llevar las manos hasta la punta
de los pies, o si fuera el caso hasta la rodilla.
• Este ejercicio puede realizarse en posición de pie como
sentado.
• Para los músculos de la pierna, en una posición de pie y con
una pierna flexionada y con otra estirada, llevar el tronco
hacia abajo y con la mano tratar de tirar los dedos del pie que
se encontrara flexionado hacia arriba.
• Además existen ejercicios en los que se pueden estirar todos
los músculos del miembro inferior a la vez.
• Por ejemplo uno de estos puede ser:
• Sobre una superficie inclinada, pararse en dirección a la parte
elevada y flexionar la cadera, empujando la cola hacia atrás y
llevando el tronco hacia abajo, mediante este ejercicio se
pueden estirar a la vez todos los músculos de la parte
posterior de la pierna y el muslo.
Prevención
• Para prevenir la ciática las mejores medidas que se pueden tomar son:
• Evitar la obesidad y el sobrepeso.
• Caminar un mínimo de cinco horas a la semana.
• Practicar deportes que favorezcan el desarrollo de la musculatura lumbar,
como la natación o el tenis. El yoga también puede ayudar a mantener una
buena tonificación muscular.
• No agacharse doblando la espalda, sino doblando las rodillas con la
espalda erguida.
• No cargar grandes pesos.
• No adoptar malas posturas mientras se está sentado en el escritorio o
conduciendo. La zona lumbar siempre tiene que estar apoyada en el
respaldo o en un cojín.
• Dormir en colchones flexibles pero rígidos, de forma que la columna
vertebral siempre esté un una posición recta.

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