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• El apoyo informal
El papel de la familia representa la fuente de
ayuda más frecuente entre
las personas mayores
dependientes no
institucionalizadas. En
cuanto a la ayuda familiar,
se constata que son los
hijos e hijas de las
personas dependientes las
que en mayor medida
proporcionan los
cuidados.
El papel de la familia
El segundo colectivo de
cuidadores familiares más
importante viene
representado por los
cónyuges de las personas
dependiente.
Y finalmente, en un
porcentaje menor son otros
familiares (hermanos/as,
sobrinos/as...) los
encargados de proporcionar
los cuidados requeridos por
la persona mayor
dependiente.
Los familiares son
quienes deciden el
ingreso del anciano en la
residencia, y son los
primeros en tomar
contacto con la
institución y quienes se la
presentan al futuro
residente.
Y, por otra, prefieren
mantenerlos a cierta
distancia de forma que
no puedan inmiscuirse en
las decisiones o pautas de
funcionamiento de la
residencia.
• Si los familiares, que constituyen el
único vínculo con la historia vital del AM
en el ámbito residencial, no abandonan
su papel y se interesan por su familiar
mayor, les telefonean, les visitan..., se
mantienen presentes en la vida del
residente, se vive como una forma de
colaboración muy importante con la
institución.
• Los residentes ven atendida en gran
medida su demanda afectiva, lo que
descarga al personal, al dejar de ser
objeto de esas demandas a las que no
pueden o no deben responder.
• Por tanto, que la familia continúe
cumpliendo su papel evita situaciones
de angustia e insatisfacción tanto para
los ancianos como para el personal y la
dirección.
• «La familia muy bien,
vienen a ver a sus padres...
cuando pueden, claro.
• Porque si están en una
residencia es porque no
pueden atenderles. A lo
mejor están trabajando o
viven lejos y no pueden
venir mucho. Pero vienen.»
«... ellos se ponen muy
contentos».
• En muchas ocasiones, los familiares
dejan al AM en la residencia y casi el
único contacto que mantienen es el
telefónico, a veces en un tono de queja
y exigencia. Esto parece responder a la
mala conciencia que les genera
«abandonar» a su familiar, entonces
depositan toda la responsabilidad en la
organización y se muestran exigentes
con ella.