Ciencia y concepto de Vejez PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ El área de la psicología del desarrollo estudia el cambio y estabilidad de la persona durante todo su ciclo de vida, toma en cuenta los cambios físicos, espirituales, cognoscitivos y psicosociales por el que transita desde su concepción hasta la vejez, y los factores externos e internos que influyen en cada etapa.
Sin embargo, la psicología del desarrollo no se limita a estudiar los
cambios físicos, cognitivos, espirituales, y psicosociales, sino va más allá, concibe al individuo como sujeto/a social propositivo y activo con responsabilidades y derechos que le permita gozar de una vida digna y con justicia social en los contextos tanto intracultural como intercultural. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
Sólo por cuestiones técnicas dividiremos el estudio del desarrollo
humano en tres áreas, definidas por los científicos del desarrollo, éstas son:
• Desarrollo Físico: comprende el estudio del crecimiento del cuerpo
y el cerebro, las capacidades sensoriales, las habilidades motrices y la salud.
• Desarrollo Cognoscitivo: Aprendizaje, atención, memoria,
lenguaje, pensamiento, razonamiento y creatividad.
• Desarrollo Psicosocial: comprende el estudio de las emociones,
personalidad y relaciones sociales. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
Estas tres áreas interactúan y se influencian entre ellas, pretender
considerar sólo un área para la descripción, explicación y predicción de un comportamiento sería caer en un gravísimo error, ya que el comportamiento es el resultado de la interacción de procesos y factores internos y externos que influyen sobre él.
Algunos de estos factores son: la información genética, la
actividad motriz, el estado de salud, la nutrición, las costumbres en la alimentación y el bienestar emocional, el acceso a servicios básicos, el contexto, etc. La influencia de estos factores se manifiesta en el crecimiento y en las variaciones en los ritmos de desarrollo individual. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
• Psicología del Adulto a la Vejez: La psicología del desarrollo se
ocupa de todos los cambios del pensamiento, vivencias y conductas durante todo el ciclo vital de la persona. Por tanto, nadie duda de que pueda hablarse de una psicología del desarrollo de la edad adulta. Los procesos de cambio, sin embargo, ofrecen características distintas en unas y otras edades, aún a pesar de que puedan existir causas comunes.
El desarrollo en la edad adulta se ve marcado por acontecimientos
típicos, propios de la edad: la jubilación, enfermedades crónicas, nuevos roles, como el de abuelos, pérdidas familiares o la proximidad de la muerte. El desarrollo de la edad adulta es, por tanto, cualitativamente distinto al de épocas anteriores. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
El desarrollo tiene lugar cuando se observan cambios duraderos.
En la persona coinciden el cambio y la estabilidad, dado que los cambios de las diversas competencias personales transcurren a distintas velocidades y en su interacción producen cierta estabilidad, por ejemplo, en la autonomía de la persona o en su bienestar (Martin y Kliegel, 2004). Las diferencias en los cambios indican que el desarrollo adulto puede manifestarse multidireccionalmente, es decir, en algunas competencias de manera estable y en otras aumentando o disminuyendo. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
• Concepto de envejecimiento:
A la hora de definir que entendemos por envejecimiento, tenemos
que abordar el tema desde planteamientos multidimensionales e interdisciplinarios, dada la gran cantidad de disciplinas como la medicina, la psicología, la sociología, la filosofía y la historia que han hecho sus aportaciones para contribuir al estudio y definición de este concepto.
Tanto en la ciencia como en la sociedad han existido dimensiones
importantes que se han utilizado para definir la vejez. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
En particular pueden identificarse tres vertientes más comunes:
La biológica. Incluye una definición de la vejez desde dos
dimensiones principalmente: la función del patrón de referencia cronológica y, a partir de los cambios morfofuncionales de cuya declinación depende el grado de envejecimiento (García, 2003).
La psicológica. Incluye también, por lo menos, dos dimensiones
más sobresalientes de estudio: primera, la de los cambios en los procesos psicológicos básicos, y el desarrollo que estos presentan; y, segunda, la que se refiere al estudio de la personalidad y sus cambios. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
La social. Esta dimensión parte del estudio de 3 dimensiones: la
socio demográfica, que implica el crecimiento poblacional y sus efectos endógenos y exógenos; la sociopolítica, que implica el nivel de participación y de integración social de las personas mayores, y; la económica política, que incluye el estudio de los recursos y condiciones socioeconómicas de las personas en la vejez.
A partir de estas dimensiones pueden encontrarse diversas
aproximaciones sobre el concepto de vejez. Existe también una diversidad de formas conceptuales a las que se recurren como: vejez, senectud, ancianidad, tercera edad, adultez tardía. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
La utilización de estos términos remite a esta edad generalmente
como un producto, mientras que términos como envejecimiento o senilidad refieren, aparentemente, a la idea de un proceso.
• Vejez: Las primeras definiciones de la vejez desde un
planteamiento científico aparecieron en los años cincuenta, momento en el que las investigaciones médico-científicas cobraban un mayor auge. Peter Medawar en 1953 decía que: “la vejez es el cambio fisiológico que sufre el individuo, cuyo término inevitablemente es la muerte”. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
El biólogo Alex Comfort (1956) consideraba en esos mismos años a
la senectud como un proceso de deterioro: “Lo que mide, cuando lo medimos, es una disminución en viabilidad y un aumento en vulnerabilidad… se muestra como una creciente probabilidad de muerte con el aumento de la edad cronológica”.
Desde esta perspectiva médica, las primeras definiciones que se
ofrecieron en la Gerontología contemplaron a la vejez como un estado previo a la muerte. Como la de Lansing (1959), que proponía que la vejez “es un proceso progresivo, desfavorable, de cambio ordinariamente ligado al paso del tiempo histórico, que se vuelve perceptible después de la madurez y concluye invariablemente en la muerte”. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
Estas primeras definiciones marcan la tendencia en los inicios de
los estudios sobre la vejez, altamente influenciados por perspectivas médicas y biológicas. Esta línea tuvo mucha influencia en las definiciones que se ofrecieron durante el siglo XX, como la de San Martín (1988) quien considera, desde el punto de vista fisiológico, que el envejecimiento tisular comienza cuando termina el período de crecimiento, lo cual ocurre entre los 25 y los 30 años, señalando que el envejecimiento es un proceso gradual e insidioso, pero progresivo, que se objetiva después de los 40 años cuando el desgaste de los tejidos se hace evidente. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
Durante los últimos años del siglo XX y también desde una
perspectiva biológica, aparecieron otras definiciones sobre vejez, de este modo para Birren y Schroots (1996) “el envejecimiento se refiere a una transformación con el tiempo ordenada y regular de los organismos representativos que viven bajo entornos representativos”.
A partir del acercamiento más profundo de nuevas áreas al estudio
del envejecimiento, como la Geronto psicología o los aportes de la Psicología Evolutiva, se incluyeron otros aspectos en la definición haciendo que esta etapa del desarrollo fuera considerada de forma más amplia. De hecho, algunos autores gerontólogos o psicólogos del desarrollo prefieren utilizar el término envejecimiento en lugar del término “vejez”. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ Rice (1997) desde la Psicología del Desarrollo señala que la vejez es “un momento de ajustes, particularmente a los cambios en las capacidades físicas, las situaciones personales y sociales, y las relaciones”. Para Buendía (1994) el envejecimiento es “un proceso que comienza tempranamente y que a lo largo de la vida adulta se combina con los procesos de maduración y desarrollo”. Considera que en el envejecimiento no sólo tienen lugar ciertos deterioros o pérdidas, sino que se mantienen también y se despliegan ciertas funciones vitales y psicológicas. Fernández-Ballesteros (2000) asume que “la vejez está en función del tiempo que transcurre para un determinado organismo frecuentemente medido según la edad”. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
La distinción entre vejez y envejecimiento apunta a un cambio de
términos y también a una re-dimensión epistemológica en muchos de los casos, que relativizó el conocimiento sobre la vejez. Sin embargo, la inclusión del contexto social como una influencia importante del “desarrollo” en la edad adulta fue más tardía o no tuvo la misma fuerza conceptual. Poco a poco algunas definiciones fueron resaltando el papel de las condiciones sociales y psicológicas en el envejecimiento. Por citar un ejemplo, para Silvestre, Solé, Pérez y Jodar (1995) el envejecimiento “no debe entenderse únicamente como un fenómeno estrictamente orgánico, sino que es un proceso más complejo en el que también interactúan variables sociales y psíquicas”. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
Las definiciones citadas dan cuenta de la forma en que se ha
integrado en la conceptualización de la vejez una dimensión social. Esto fue importante en el proceso de generación de una definición de la vejez más integral, que contemplara el papel que tienen los aspectos psicológicos y sociales en la conformación y comprensión de una edad.
A la vista de la multitud de definiciones y ámbitos de estudio
relativos al envejecimiento, no existe un consenso general a la hora de definir que se entiende por envejecimiento. En la actualidad el énfasis se centra en destacar que no es un proceso involutivo, ya que cada vez más la investigación señala que muchas personas mayores mantienen una buena calidad de vida incluso en edades avanzadas. PSICOLOGÍA DEL ADULTO A LA VEJEZ
Las preguntas clave de una psicología del desarrollo de la edad
adulta serían, si se dan verdaderos cambios con el aumento de edad, qué magnitud encierran estos, en qué ámbitos pueden observarse y si se manifiestan relacionados entre sí. Además, habría que investigar cómo se producen. Dado que los cambios suceden de manera distinta en las diversas competencias, conviene hablar de una multidimensionalidad y una multidireccionalidad.
También es necesario describir los cambios, según las
características de cada persona o cada grupo. El influjo de la experiencia y del propio historial, el prolongado hábito en criterios cognitivos y conductuales o el efecto de diversos contextos educativos, sociales, etc… componen una serie de variables decisivas.