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Capítulo 6

Fluidización
PARTE 1:
6.1 - 6.4.3

EQUIPO 1:
Juan Carlos López Rico
Fernando Vázquez Guzmán
Alondra Margarita Sanabria Carrillo
6.1. CARACTERISTICAS DE LA FLUIDIZACIÓN
DE LOS SISTEMAS GAS-SÓLIDO Y LIQUIDO-SÓLIDO

6.1.1. Propiedades de los sistemas gas-


sólido y líquido-sólido.
Si se hace circular un fluido a través de Cromatografo de gases

un lecho de sólidos, con dirección hacia


abajo, no tiene lugar ningún movimiento
relativo entre las partículas a menos que
la orientación inicial de las mismas sea
inestable. Si el flujo es laminar, la caída
de presión a través del lecho será
directamente proporcional a la velocidad
de flujo, aumentando más rápidamente
a altas velocidades.
Las partículas individuales se separan unas de otras pasando a ser sostenidas
libremente por el fluido, diciéndose que el lecho es fluidizado. Posteriores
aumentos de la velocidad hacen que las partículas se separen aún más unas de
otras, permaneciendo la diferencia de presiones aproximadamente igual al peso
por unidad de área del lecho.

Hasta este momento, el sistema se comporta de manera parecida tanto si el fluido


es un líquido como si es un gas, pero a altas velocidades del fluido, cuando la
expansión del lecho es considerable, existe una diferencia notable del
comportamiento en ambos casos.

Con un líquido, el lecho continúa expansionándose al aumentar la velocidad y


mantiene su carácter uniforme, con un aumento progresivo del grado de agitación
de las partículas. Este tipo de fluidización se denomina «fluidización particulada».
Con un gas, sin embargo, la
fluidización uniforme se obtiene
únicamente a velocidades
relativamente bajas. A velocidades
elevadas se forman dos «fases»
separadas; la fase continua se
denomina a menudo fase densa o de
emulsión, y la discontinua, fase ligera
o de burbujas. Se dice entonces que
la fluidización es de «agregación».
Las burbujas de gas atraviesan los
lechos fluidizados de alta densidad,
adquiriendo el sistema un aspecto
muy parecido al de un líquido en
ebullición, con la fase ligera
correspondiendo al vapor y la fase
densa o continua al líquido.
Se ha sugerido que el grupo de Froude (u2mf /gd) proporciona un
criterio a partir del cual puede predecirse el tipo de fluidización.
Aquí
u2mf es la velocidad mínima de flujo, calculada sobre toda la sección
transversal del lecho, a la que tiene lugar la fluidización.
d es el diámetro de las partículas, y
g es la aceleración debida a la gravedad.

A valores menores que la unidad, tiene lugar la fluidización


particulada, pero a valores más altos aparece la fluidización de
agregación. Con líquidos se obtienen generalmente valores mucho
más bajos del número de Froude, ya que la velocidad necesaria para
producir la fluidización es menor.
Jackson ha proporcionado
una justificación teórica de la
utilización del número de Cracking catalítico fluido

Froude para distinguir entre


fluidización particulada y
fluidización de agregación.
Aunque la posibilidad de
formar lechos fluidizados ha
sido conocida durante
muchos años, el tema fue
objeto únicamente de un
interés académico hasta la
adopción de los
catalizadores fluidizados por
la industria del petróleo.
6.1.2. Efecto de la velocidad del fluido sobre el gradiente
de presión.

La relación entre la velocidad superficial uc del fluido (calculada sobre


toda la sección transversal del recipiente) y el gradiente de presión
puede verse en la figura 6.1. Si el flujo es laminar, se obtiene a bajas
velocidades una línea recta dependiente de la unidad.

En el punto de fluidización, el gradiente de presión empieza a disminuir


debido a que aumenta la porosidad del lecho; esta disminución
continúa hasta que la velocidad es lo bastante alta para que tenga lugar
el transporte del material; entonces el gradiente de presión empieza a
aumentar de nuevo, ya que la resistencia por rozamiento del fluido en
las paredes del tubo adquiere valores importantes.
Lecho
Fluidizado

Lecho
Fijo Transporte

Fig. 6.1. Gradiente de presión en el lecho en función de la velocidad del fluido.


En un lecho fluidizado, la fuerza total de fricción sobre las partículas debe
ser igual al peso efectivo del lecho. Por tanto, en un lecho de área de la
sección transversal igual a la unidad, profundidad y porosidad e, tenemos:

donde
∆P es la caída dé presión a través del lecho, y
g es Ia aceleración debida a la gravedad.

Esta relación es válida desde la expansión inicial del lecho hasta que tiene lugar
el transporte de los sólidos.
Si las condiciones de flujo en el interior del lecho son laminares, la
relación entre la velocidad del fluido uc y la porosidad e se obtiene
substituyendo la ecuación 6.1 en la ecuación 4.9; así, para
partículas esféricas:
6.2. SISTEMAS LÍQUIDO-SÓLIDO

6.2.1. Expansión del lecho


Los sistemas fluidizados por medio de un líquido se caracterizan
generalmente por la expansión regular del lecho que tiene lugar al aumentar
la velocidad desde la velocidad mínima de fluidización hasta la velocidad
terminal de caída de las partículas.
Zaki demostró que,
para la sedimentación o
fluidización de partículas
uniformes, podía
aplicarse la ecuación
5.30,
Donde:
uc es la velocidad de sedimentación o la velocidad de fluidización
correspondiente al tubo vacío observadas,
ui es el correspondiente valor a dilución infinita, e es la porosidad del
sistema,
C es la concentración de sólidos en fracción volumétrica, y
n es un, exponente.
ui resultó corresponder estrechamente a la velocidad de caída libre uo para la
sedimentación, estando relacionada con ella por la siguiente expresión
(Ec.6.16) para la fluidización:

donde d/dt es la relación entre los diámetros de la partícula y del tubo.


Debe observarse que, mientras en la ausencia de
canalización, la caída de presión a través de un lecho con
una expansión dada es directamente proporcional a su
profundidad, la velocidad de fluidización es independiente
de esta última.

Una relación parecida a la ecuación 6.15 ha sido obtenida


también por Lewis y Bowerman.

Es posible ahora examinar más detalladamente la


variación del exponente n de la ecuación 6.15 para la
expansión de los sistemas de fluidización particulada.
6.2.2.Mezcla de liquido y solido.
Kramers ha estudiado la dispersión longitudinal en el líquido en un lecho
fluidizado de esferas de vidrio de ½ mm y 1 mm de diámetro.

El movimiento de partículas individuales en lecho fluidizado líquido-sólido ha


sido medido por Handley, Carlos y Latif.

Handley fluidizo partículas de benzoato de metilo y obtuvo información sobre el


patrón del flujo de solidos y la disminución de los componentes verticales de la
velocidad de las partículas.

Carlos y Latif fluidizaron partículas de vidrio en ftalato de dímetílo, analizando la


película cinematográfica obtenida por medio de un analizador Benson- Lehner
que proporcionaba datos de las coordenadas de las partículas trazadoras
directamente sobre fichas que podían utilizarse después como entrada a
ordenador.
6.3.SISTEMAS GAS-SOLIDOS.

6.3.1.Caracteristicas del lecho.


La uniformidad del lecho fluidizado es función del tamaño y de las
propiedades superficiales de los sólidos. Así, algunos materiales
tienden a aglomerarse, especialmente cuando las partículas tienen
un diámetro inferior a 50 µm, apareciendo la canalización.

DIEKMAN y FORSYTHE hallaron que la fluidización más uniforme


se obtenía con aquellos materiales que mostraban únicamente un
pequeño aumento de la viscosidad aparente al reducir la velocidad
de flujo.
6.3.2. Propiedades de las burbujas en el lecho

En Cambridge se han llevado a cabo investigaciones que han


comprendido el estudio de la formación de las burbujas en los orificios
de un lecho fluidizado, incluyendo la medida de su tamaño, las
condiciones en las que coalescen entre sí, y su velocidad de ascensión
en el lecho.

Las investigaciones Rowe y Henwood hablan sobre la fuerza de


rozamiento ejercida por un fluido sobre una partícula, pusieron de
manifiesto la razón por la que una burbuja tendía a ser estable durante
su ascensión.
6.4. TRANSFERENCIA DE CALOR HACIA UNA SUPERFICIE LÍMITE

6.4.1. Mecanismos
Las buenas propiedades de transferencia de calor de los lechos
fluidizados han conducido a su adopción en aquellas circunstancias
en las que se requiere un control estricto de la temperatura.
Se han sugerido 3 mecanismos de los cuales el tercer mecanismo,
sugerido por Mickley y Fairbanks consiste en, que unos «paquetes»
de partículas se desplazan hacia la superficie de transferencia de
calor, teniendo, lugar un proceso de transferencia de calor en estado
no estacionario.
6.4.2. Sistemas líquido-sólido

El calor suministrado se obtiene a partir de la medición del voltaje


aplicado y de la resistencia y es igual a V2/R,
Donde:
V es la diferencia de potencial aplicada a través del elemento, y
R es su resistencia.

La energía Q cedida por el elemento al lecho en el que se encuentra


sumergido puede expresarse como el producto del coeficiente de
transferencia de calor h, el área A y la diferencia de temperatura entre el
elemento y el lecho (TE-TB). Así:
6.4.3. Sistemas gas-sólido

En los sistemas gas-sólido, el coeficiente de transferencia de calor


hacia una superficie depende mucho más de la disposición geométrica
y de la calidad de la fluidización; además, en muchos casos las
medidas de temperatura son de dudosa fiabilidad.

Leva ha representado el coeficiente de transferencia de calor para un


lecho, constituido por partículas de arena de sílice de 0.15 mm de
diámetro fluidizadas en aire, en función de la velocidad del gas,
utilizando las correlaciones procedentes de diez investigaciones
distintas.
El mecanismo de la transferencia de calor a una superficie ha sido
estudiado en lecho fijo y fluidizado ha sido estudiado por Botterill y
colaboradores. Construyeron un aparato en el que la reposición de
partículas en una superficie de transferencia de calor se obtenía por
medio de un agitador rotatorio cuyas paletas estaban situadas muy
cerca de dicha superficie.

Mickley, Fairbanks y Hawthorn realizaron medidas de la


transferencia de calor entre un lecho fluidizado por aire, de 104 mm
de diámetro, y un calefactor concéntrico de 6.4 mm de diámetro y
600 mm de longitud, dividido en seis secciones de 100 mm de
longitud cada una, controlables por separado.

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