La iniciación en la

vida cristiana
comience por el
“kerygma” y,
guiado por la
Palabra de Dios,
conduzca a un
encuentro
personal cada vez
mayor con
Jesucristo, Dios y
Hombre, 289
En la Iglesia antigua “fue una
experiencia, era determinante
el encuentro vivo y persuasivo
con Cristo, anunciado por
testigos”, 290
La iniciación cristiana
refiere el comienzo en la fe,
con los sacramentos de
iniciación: bautismo,
confirmación y Eucaristía,
288.
Una pastoral de Juventud
para procesos de
educación y maduración
en la fe, como respuesta
de sentido y orientación
de la vida… 446 d.
Una pastoral de juventud
Para formar, de manera
gradual para la acción
social y política y el cambio
de estructuras según la
DSI…
446 e.
Promover en la pastoral
juvenil , el anuncio y el
desarrollo de valores
actitudes y competencias en
los jóvenes… 463c
INTRODUCIÓN. En la Biblia no
aparece la palabra
“Sacramento”, viene del
latín “Sacramentum” y la
Biblia fue escrita en hebreo,
arameo y griego.
 San Jerónimo (s. IV-V), llamó
“sacramentum” una expresión
griega (“Mysterion”) en Efesios
1,9; 3,3-4; 5,32 (6,19; Col 1,26-27
1Tim 3,16).
 En estos textos
“misterio” es la
persona de
nuestro Señor
Jesucristo,
resucitado. Y se
puede conocer en
la humanidad de
Jesús.
 Por lo tanto, más allá de hablar
de “Sacramentos” en plural, el NT
nos invita a hablar del
“Sacramento”, en singular, y es
una persona: Jesucristo.
Jesús como Sacramento
es Palabra en acción. El
Sacramento tiene que
ver con la palabra y la
acción de Jesús. No se
pueden separar.
 El Sacramento debe
generar en la persona
un comportamiento,
una actitud, una
conducta: la misma
de Jesús el Cristo.
Los sacramentos deben producir
la divinidad en nosotros y el
único que la produce es Dios.
El sacramento construye y edifica
personas. Este es el objetivo de los
sacramentos. La sola partida de
bautismo no hace cristianos.
El sacramento aparece en una persona,
capaz de mostrar en su humanidad la
divinidad, el acontecer de Dios en ella
y por eso se hace creíble.
 EL BAUTISMO: Un texto clave
Romanos 6,1-11 (LEER). Es de quien
primero escribió por propia
experiencia en el NT: Pablo.
 Bautismo y bautizar,
en castellano,
proceden de un
sustantivo y un verbo
griego similares, con
un único significado:
sumergirse, inmersión,
hundirse...
Y esta acción sólo es posible
en un “líquido”. En Romanos
6,3-4 el líquido es la muerte
de Cristo Jesús.
 Cuando uno se sumerge en un
líquido, al salir “chorrea” por todas
partes ese líquido. Un ejemplo
claro, una esponja cuando se
impregna de un líquido.
Pablo, por propia experiencia, capta
cómo él, y un cristiano, cuando toma
en serio su bautismo, expele por
todos los poros a Cristo Jesús.
 Aquí mismo, en la Epístola a
los Romanos “la muerte de
Cristo Jesús”, tiene al menos dos
sentidos:
Rm 6,10: Su morir
fue un morir al
pecado (Hb 5,7-9),
todos los días. El
líquido de la
muerte es también
la sangre…
 Y “sangre” en el judaísmo es
sinónimo de “dar la vida”; Jesús
murió en una cruz y allí entregó
hasta lo último: “Sangre y
Agua”, Juan 19,34.
 De manera que
bautizarse es obrar
como Jesús, matar el
pecado, gastando la
vida, hasta el último
aliento de la propia
existencia.
En ese orden de ideas, el bautismo
se celebra todos los días, se estrena
en cada jornada, pues la
amenaza del pecado es cotidiana.
 Y según Rm 6,5.8
obrando así
seremos resucitados
con Cristo; esta es la
única manera de no
morir para siempre.
 Cuando gastamos
la vida por los
otros, no tenemos
tiempo de
buscarnos a
nosotros mismos, así
vivimos para Dios.
 Ya aquí empezamos a vivir como
resucitados, cuando dando nuestros
dones y cualidades a los demás,
vivimos para Dios.
 El Bautismo se vive
todos los días; cada día
debemos madrugar a
morir al pecado y a
vivir para Dios; esto es
transparentar el rostro
de Dios.
Rm 13,14 podría reforzar el sentido
del Bautismo: Vestirnos del Señor
Jesucristo, es decir, tener identidad.
 El vestido nos acompaña toda la
vida y esto viene desde el griego; en
este caso si le quitamos la camisa a
Pablo, se ve a Jesucristo.
 El Bautismo significa vestirse de
Cristo, somos la transparencia del
Resucitado. Es poner sobre el hombre
carnal el hombre espiritual.
 San Agustín: “Cuando los padres
presentan a un recién nacido para
el bautismo, están haciendo una
profesión de Fe de ellos mismos”.
 LG 11: Hacer cuerpo en la
Iglesia; ser culto (Rm 12,1-2),
confesar la fe como hijo, uno es
Hijo siendo hijo, si transparenta
a su Padre.
 Síntesis: El
bautismo cristiano
es una inmersión
en Cristo Jesús, y
nos empapa tanto
que nos vuelve
como él.
 Desde 1Cor 15,1-5 y
Gal 1,6-17, este
dinamismo del
bautismo es idéntico
a la comprensión
paulina del
“Evangelio”.
 El Evangelio crea
personas, transparencia
del resucitado. Ellas
muestran el acontecer
de Jesús en su ser.
…Muchas Gracias