El epicentro es el punto en la superficie de la tierra que está directamente encima del foco o hipocentro, el punto donde un terremoto o una explosión bajo tierra se origina. Los temblores se producen por la liberación repentina de energía dentro de la Tierra cuando las placas tectónicas se mueven, ya sea separándose, chocando o deslizándose entre sí.
El epicentro es el punto en la superficie de la tierra que está directamente encima del foco o hipocentro, el punto donde un terremoto o una explosión bajo tierra se origina. Los temblores se producen por la liberación repentina de energía dentro de la Tierra cuando las placas tectónicas se mueven, ya sea separándose, chocando o deslizándose entre sí.
El epicentro es el punto en la superficie de la tierra que está directamente encima del foco o hipocentro, el punto donde un terremoto o una explosión bajo tierra se origina. Los temblores se producen por la liberación repentina de energía dentro de la Tierra cuando las placas tectónicas se mueven, ya sea separándose, chocando o deslizándose entre sí.
El punto exacto en donde se origina el sismo se llama foco o hipocentro, se sitúa
debajo de la superficie terrestre a unos pocos kilómetros hasta un máximo de
unos 700 km de profundidad. El epicentro es la proyección del foco a nivel de tierra, es decir, el punto de la superficie terrestre situada directamente sobre el foco, donde el sismo alcanza su mayor intensidad. El fallamiento (falla) de una roca es causado precisamente por la liberación repentina de los esfuerzos (compresión, tensión o de cizalla) impuestos al terreno, de esta manera, la tierra es puesta en vibración; esta vibración se debe a que las ondas sísmicas se propagan en todas las direcciones y trasmiten la fuerza que se genera en el foco sísmico hasta el epicentro en proporción a la intensidad y magnitud de cada sismo. La causa de un temblor es la liberación súbita de energía dentro del interior de la Tierra por un reacomodo de ésta. Este reacomodo se lleva a cabo mediante el movimiento relativo entre placas tectónicas. Las zonas en donde se lleva a cabo este tipo de movimiento se conocen como fallas geológicas y a los temblores producidos se les conoce como sismos tectónicos. El epicentro es el punto en la superficie de la tierra que está directamente encima del foco o hipocentro, el punto donde un terremoto o una explosión bajo tierra se origina. Esfuerzo. La magnitud del esfuerzo no es solamente una función de la cantidad de fuerza aplicada, también va relacionada al área sobre la que actúa. Cuando se habla de esfuerzos se hace referencia a la fuerza aplicada a un área determinada de roca. La unidad de medida más habitual es el kilogramo por centímetro cuadrado (kg/cm2). En la naturaleza, según la dirección de las fuerzas aplicadas, el esfuerzo puede reconocerse en tres variedades; la compresión, la tensión y la cizalla que también se les conoce como esfuerzos diferenciales. Sucede cuando se aplica un esfuerzo de direcciones diferentes que comprime y acorta un cuerpo. Mayormente están asociados más a menudo con los límites de placas convergentes. Cuando las placas colisionan tienden a acortar y engrosar la corteza terrestre plegándose, fluyendo o fracturándose. Sucede cuando tiende a separar una unidad rocosa. Mayormente están asociados a los límites de placas divergentes, donde las placas se están separando, los esfuerzos tensionales tienden a estirar y alargar los cuerpos rocosos situados en la corteza superior mediante el desplazamiento a lo largo de las fallas. Se da cuando el movimiento de una parte de un cuerpo rocoso sobre otro. Cuando las rocas se deforman suele producirse deslizamiento en las superficies de debilidad paralelas y estrechamente espaciadas, como las superficies de foliación y las microfallas. El esfuerzo de cizalla provoca que grandes segmentos de la corteza terrestre se deslicen horizontalmente unos sobre otros. Se refiere a cambios de forma, posición u orientación de un cuerpo rocoso. Cuando las capas sedimentarias planas se elevan e inclinan, sus orientaciones cambian pero su tamaño y su forma originales se conservan. El esfuerzo también puede provocar un cambio en el tamaño y forma del cuerpo rocoso. Aunque cada tipo de roca se deforma de manera diferente, se determinaron las características generales de deformación de las rocas, se dan tres tipos de deformaciones: elástica, frágil y dúctil. Al aplicar un esfuerzo la roca tiende a deformarse elásticamente estirándose como una banda de goma, al cesar el esfuerzo la roca volverá a su forma original En general, las rocas son poco elásticas en niveles muy superficiales de la corteza terrestre, pero sí pueden serlo cuando se encuentran sometidas a una gran presión litostática y niveles más profundos. Una vez que el limite elástico (resistencia) es sobrepasado las rocas tienden a fracturarse en pequeños trozos, rompiendo los enlaces químicos que mantienen unido un material. Es el tipo de flujo en estado sólido que produce un cambio en el tamaño y la forma de un objeto sin fracturarlo. Es la consecuencia de la ruptura de algunos enlaces químicos, mientras otros son creados lo que les permite cambiar de forma. Son los bordes de una placa y es ahí donde se presenta la mayor actividad tectónica (sismos, formación de montañas, actividad volcánica), ya que es donde se produce la interacción entre placas. Hay tres clases de límite o contacto. -Divergentes: son límites en los que las placas se separan unas de otras y, por lo tanto, emerge magma desde regiones más profundas (por ejemplo, la dorsal mesoatlántica formada por la separación de las placas de Eurasia y Norteamérica y las de África y Sudamérica). -Convergentes: son límites en los que una placa choca contra otra, formando una zona de subducción (la placa oceánica se hunde bajo la placa continental) o un cinturón orogénico (si las placas chocan y se comprimen). Son también conocidos como "bordes activos". -Transformantes: son límites donde los bordes de las placas se deslizan una con respecto a la otra a lo largo de una falla de transformación.