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María madre de Dios

y modelo de vida
cristiana.
María, Madre de Dios.

La contemplación del misterio del nacimiento del Salvador


ha impulsado al pueblo cristiano no sólo a dirigirse a la
Virgen santísima como a la Madre de Jesús, sino también a
reconocerla como Madre de Dios.

Mateo 1,23
Lucas 1,38
Génesis 3,15.
Lucas 1,31
Lucas 1,28
María en el designio de Dios
Por medio de la santísima virgen María vino Jesucristo al
mundo y también por ella debe reinar en el mundo
Relación de María con la santísima
trinidad.
 LA RELACIÓN DE MARIA
CON EL PADRE, “María,
Hija de Dios Padre”

La primera relación, tiene


que ver con el con el
misterio de la elección Dios
que hizo en María para ser la
Madre de su Hijo Unigénito.
 LA RELACIÓN DE MARIA LA RELACIÓN DE MARIA
CON EL HIJO, “María Madre CON EL ESPIRITU
de Dios Hijo” SANTO, “María Esposa de
La relación de María con el Dios Espíritu Santo”
Hijo, es decididamente más San Francisco de Asís ha
indiscutible. Ella es su llamado a María Esposa del
verdadera Madre. María es la Espíritu Santo. Gracias a que
Madre del Señor (Lc 1,43) María se entregó por
completo a la voluntad del
Padre y se puso a
disposición plena del
Espíritu Santo
María como un modelo de libertad
humana.

María recibe una libertad con su


vida, y la recibe de una forma
diferente a como la hemos
recibido los demás; sus
capacidades iníciales son pura
gracia; su libertad original, don de
Dios, es lo que le revela en su
vocación al llamarla llena-de-
gracia; el Señor que está con ella
es el Señor de la libertad.
María como un modelo de fe.
Nuestra Madre es modelo de fe.
«Por la fe, María acogió la
palabra del Ángel y creyó en el
anuncio de que sería la Madre de
Dios en la obediencia de su
entrega (Lc 1, 38).
Con gozo y temblor dio a luz a su
único hijo, manteniendo intacta
su virginidad ( Lc 2, 6-7).
Con la misma fe siguió al Señor
en su predicación y permaneció
con él hasta el Calvario ( Jn 19,
25-27)
María como modelo de vida cristiana.
“Dichosos aquéllos que escuchan
la palabra de Dios y la
guardan” (Lc 11,27-28)
Aquí está la grandeza de María. Es en
el modo en el que María se relaciona
con la Palabra de Dios en el que
podemos descubrir también nosotros
como relacionarnos con la Palabra
divina: acogerla, encarnarla, vivirla,
profundizarla, rumiarla, hacerla
nacer y crecer, dejarnos plasmar por
ella, aun cuando no la entendamos o
cuando estemos sufriendo.
Si se levanta la tempestad de las

tentaciones, si caes en el escollo de las


tristezas, eleva tus ojos a la Estrella
del Mar: ¡invoca a María!”.

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