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“Lineamientos para la Gestión de

la Convivencia Escolar, la
Prevención y la Atención de la
Violencia Contra Niñas, Niños y
Adolescentes”

Decreto Supremo N° 004-2018- MINEDU


OBJETIVOS
El dominio de lo personal
gustos o preferencias individuales, gustos
sobre los que no hay leyes ni reglas
posibles

El dominio socio-convencional

Las convenciones son comportamientos


uniformes y compartidos, tradiciones,
reglas o expectativas sociales, que están
determinados por el sistema social
El Dominio Moral

Las consideraciones morales surgen


de factores que son intrínsecos a las
acciones

Por ejemplo, son asuntos morales


tratar a las personas con justicia, ser
responsables por nuestras acciones o
no lastimar a otro ser humano.
Cuando nos relacionamos los unos
con los otros, como ocurre al interior
de las II.EE., tenemos que ser
conscientes de estos dominios para
poder identificar y caracterizar el tipo
de situación con la que estamos
tratando
Situación 1
Un niño le está pegando a otro en el recreo

Dominio al Reacción inapropiada por Reacción apropiada por


¿Por qué es una reacción
que perte- usar argumentaciones de usar argumentaciones del
inapropiada?
nece otro dominio mismo dominio

Moral Apelar a las normas y Apelar a una perspectiva En este caso, lo inapropiado de
los reglamentos, dicien- ética que haga poner al la primera reacción se da por-
do por ejemplo: niño en el lugar del otro que se está tratando la trasgre-
y enfatice la vulneración sión como si fuera una violación
“Está prohibido pegarse. de derechos: de un simple acuerdo social (una
Te voy a castigar si norma, una regla), sin prestarle
sigues haciéndolo”. “A Jaime le duele cuando atención a su naturaleza moral
le pegas. No es justo que ni a los efectos que la conducta
lo hagas, a ti te dolería tiene en la víctima y en la convi-
también si te pegaran. vencia del grupo.
Deja de hacerlo”.
Situación 2

Cuando llega al aula, un niño se sienta en un


lugar que no le corresponde.

Conven- Apelar a asuntos mo- Decirle al niño que se Lo inapropiado de la primera


cional rales que pueden ser acordó que cada quien reacción se da porque no se
además ofensivos, como se sentaría solo en el reconoce que se trata solamente
por ejemplo: lugar que tiene asignado de una trasgresión a una regla,
y que, al no hacerlo, no un acuerdo, que no tiene nada
“Está muy mal que está cumpliendo con di- que ver con si el niño es una
quieras hacer siempre cho acuerdo y eso puede buena o mala persona. Además,
lo que te da la gana, generar desorden. se ofende al niño al decirle que
eso muestra que no eres no es una persona buena.
una buena persona”.
Pedagogía para la convivencia
y la democracia

La educación ciudadana se trata, entonces, de


desarrollar en los niños, niñas y adolescentes, las
capacidades básicas, cognitivas y afectivas,
necesarias para preparar ciudadanos libres,
conscientes, autónomos y capaces de
autorregulación, que puedan convivir con los
otros democráticamente y participar
efectivamente de la vida en sociedad
El sentido de la disciplina en la escuela

“Doctrina, instrucción de una persona,


especialmente en lo moral” (RAE, 2016).
En educación, sin embargo, la palabra
disciplina se ha utilizado tradicionalmente
para referirse a las medidas por las cuales
se desea lograr un orden y control de los
estudiantes
El ideal, en una sociedad
democrática, es que cada persona
entienda el valor de estas reglas y
las acepte como parte de la
convivencia social, es decir, que cada
persona pueda regularse a sí misma
de forma autónoma.
La indisciplina en las II.EE.

La indisciplina implica desobedecer


las normas que se han establecido, y
puede expresarse de diferentes
modos
Lamentablemente, la tendencia en
muchas II.EE. es interpretar los actos
de indisciplina como problemas
psicológicos individuales, privándolos
de su naturaleza social. La mirada que
se tiene de la indisciplina es que esta es
“un problema” que tiene el niño como
individuo, y no un asunto de
convivencia social que requiere un
abordaje colectivo.
Toda conducta que parece inadecuada
se transforma, así, en un síntoma de
indisciplina, y se asume que los niños
necesitan recibir o castigo o
tratamiento. De este modo, se dejan de
lado los aspectos sociales de
convivencia y participación que están
en la base de los sistemas
disciplinarios, y no se construye
democracia en la escuela, sino todo lo
contrario.
Lo primero es lograr que el niño tenga lo
que vamos a llamar un “apego moral”
a su grupo de pares, a su aula y a la IE a
la que pertenece. Esto se logra cuando
el niño se siente parte de la institución,
bien tratado en ella, reconocido en su
individualidad y encuentra espacios de
participación plena.
Los niños suelen respetar muchas
normas en diferentes dominios,
especialmente en los juegos (ver Piaget,
1932), porque se siente parte del juego y
porque este tiene sentido para ella o
para él. No es necesario obligarlo a
seguir la regla, el niño la sigue porque
es parte de su actividad, porque la
valora como parte del juego y quiere
seguir jugando. Lo mismo ocurrirá en la
Escuela.
Una primera acción para manejar los
problemas de indisciplina

tiene que ver con dotar de sentido a las reglas, y


esto se logra discutiéndolas, debatiéndolas en
grupo, generándolas en conjunto, evaluándolas
en su uso. Si la IE no tiene espacios para
generar las reglas de convivencia de esta
manera, y más bien las impone, desde ya, está
generando posibles problemas de indisciplina.
Así, nunca un problema de indisciplina va a
resolverse individualizándolo,
considerándolo solamente un “problema
psicológico” del estudiante. Por el contrario,
la indisciplina, como ya hemos dicho, es un
problema fundamentalmente social, y sus
causas deben buscarse en el funcionamiento
social de nuestras II.EE.
Las causas de la indisciplina se sitúan en
diferentes niveles, y tienen que ver, entre otros
factores, con la masificación educativa, la falta de
un vínculo cercano entre los profesores y los
estudiantes, la diferencia entre las valoraciones de
la sociedad de consumo
(que desea todo rápido y valora el tener por sobre
el ser) y los valores de la escuela, la influencia de la
TV y otros modelos sociales, y la falta de espacios
de participación estudiantil y reflexión en las
propias II.EE.
Las normas de convivencia en la escuela

las reglas para la convivencia en el aula


muchas veces se trata de mecanismos rutinarios
que conducen a los estudiantes a “proponer” las
normas que los docentes valoran y ya han
pensado de antemano.
De este modo, la elaboración de reglas de
convivencia en la mayoría de instituciones no
es realmente un proceso democrático ni
participativo, ya que está conducido por los
docentes en una cierta dirección, sin que se
escuchen realmente las ideas de todos. Las
normas construidas, además, casi nunca se
revisan ni se evalúan y quedan simplemente
escritas en una hoja y pegadas en la pared.
Por lo general, en las II.EE. se
entienden las reglas como
mecanismos para controlar el
comportamiento de los estudiantes. En
esta concepción autoritaria, se pierde
de vista el sentido de la regla como
un mecanismo social, y su rol en la
construcción de la convivencia
democrática y en el desarrollo de la
conciencia moral de todos los
miembros de la escuela.
En esta concepción, usualmente, se plantean
muchas reglas poco razonables e, incluso,
abusivas, por ejemplo, pretender que los
niños permanezcan sentados durante
muchas horas sin levantarse, prohibirles ir
al baño, o no permitirles hablar con los
compañeros o ayudarlos.
Muchas de estas reglas desconocen el
desarrollo infantil y van en contra de la
solidaridad y la cooperación entre los
propios estudiantes. Para hacer que estas
reglas se cumplan, los profesores
frecuentemente recurren a la amenaza, las
llamadas de atención y a sanciones como
bajar la nota de conducta, sacar al niño del
aula, dejarlo castigado fuera de clase o
quitarle el recreo.
Por el contrario, desde una visión democrática de
la convivencia las reglas son mecanismos sociales
para regular la acción y para construir,
colaborativamente, mejores modos de convivir
respetando los derechos de todos. En este sentido,
las reglas de convivencia se conciben como
intrínsecas a las relaciones sociales, y como
oportunidades para crecer moralmente y construir
entre todos mejores relaciones humanas.
Entonces, siguiendo la distinción anterior, una
regla puede entenderse como una norma
social con sentido, que sirve para fortalecer la
vida en común, la organización social, y que
respeta los derechos de todos. En el cuadro
siguiente, presentamos ejemplos de reglas
autoritarias y su contraparte democrática.
Regla autoritaria Regla democrática

Está prohibido ir al baño durante Si alguien tiene necesidad de ir al baño durante la


clases. clase, irá sin hacer ruido y evitando interrumpir la
clase. Si las salidas son demasiado frecuentes, el
tema se debatirá en grupo.

El que interrumpa la explicación de Para hablar en clase es necesario levantar la mano.


profesor tendrá un punto menos en Si alguien no lo hace e interrumpe al profesor o a
conducta. un compañero, se le pedirá que espere su turno.

Prohibido llevar celulares a la escue- No se permite el uso de celulares durante el tiempo


la. Estos serán confiscados. Si se re- de permanencia en la escuela. Los alumnos que los
pite la falta tres veces, los celulares lleven los entregarán al profesor al empezar las cla-
no se devolverán. ses y los recogerán a la hora de salida.
Elaboración democrática de normas reguladoras
para la convivencia
Reflexionar sobre el sentido
y la necesidad de tener reglas
de convivencia

Por ejemplo, preguntarse:


¿Para qué necesitamos poner reglas? ¿Para qué
sirven? ¿Podríamos vivir sin ellas? ¿Cómo
podemos hacer con el problema de los celulares
que suenan todo el tiempo y que tanto
interrumpen las clases?, ¿es necesario que
pensemos en alguna regla sobre esto?
Analizar críticamente las propias acciones
y la manera en que cotidianamente
nos relacionamos con los otros

Por ejemplo, debatir:


¿Se han dado cuenta de cómo estamos usando el
patio? Luego del recreo, queda lleno de basura. A
mí eso me parece un problema ¿Qué piensan
ustedes?
He visto que las chicas no tienen oportunidad de
usar el patio en el recreo, porque los hombres están
jugando futbol todo el tiempo. ¿Les parece justo?
¿Qué piensan las chicas de esto?
Dar alternativas para las normas que pueden regular
los problemas identificados

Por ejemplo:
¿Qué les parece si hacemos turnos para
usar ciertas zonas del patio, según los
recreos, por ejemplo? ¿O si dividimos el
patio en dos: una mitad para los chicos y la
otra para las chicas? ¿Cuál de estas ideas
les parece mejor?
Fundamentar las normas que
se han propuesto

Podría, por ejemplo, argumentarse del modo


siguiente:
Tanto chicas como chicos tienen iguales derechos. Los
juegos de los hombres son más bruscos, y las chicas
temen que les caiga un pelotazo. Por eso, para
protegerse ellas se han ido quedando arrimadas
alrededor del patio y no pueden jugar como sí juegan
los chicos. Es una situación injusta porque ellas no
pueden ejercer igual su derecho a jugar. El derecho a
jugar es de todos, tanto chicas como chicos, pero no
lo estamos respetando de la misma forma.
Decidir las normas

Decir, por ejemplo:


Ahora que hemos discutido y
analizado cada propuesta, voy a
anotar aquí la que hemos escogido.
Identificar consecuencias y
acciones reparadoras

Por ejemplo:
¿Qué pasará si no cumplimos con el
acuerdo? ¿Les parece que, si los
chicos no dejan a las chicas usar el
patio, alguna vez, al día siguiente
ellas tendrán derecho a usarlo todo
el día y ellos deberán quedarse
alrededor sin jugar futbol?

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