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El autoritarismo de la

comunicación
Armend Mattelat
La verticalidad del mensaje
• Por eso se puede afirmar que en la sociedad capitalista,
la burguesía domina la información. El mensaje refleja la
práctica social de la burguesía y no la del pueblo
La forma mercancía
• El medio de comunicación –revestido de la falsa
consciencia- se asume como la burocracia del
ideológico de las fuerzas dominantes.
• Se las dan todas hechas, como los productos, de
acuerdo a los intereses del productor.
• La única capacidad que se le otorga al
consumidor sobre el producto es la de recibirlo
como viene
El terrorismo lingüístico
• El discurso dominante es un discurso
típicamente coercitivo y represivo. Y por ello
terrorista.
Ejemplos del terrorismo lingüistico
• Campaña electoral.-Examinando los términos antagónicos
‘libertad-totalitarismo; democracia-dictadura’, en la medida en
que una persona se cobija a sí misma bajo el término
democracia.
• El esquema orden-desorden.-Desde su particular punto de
vista, la violencia comienza cuando algo va contra el ‘orden
establecido’ desde su discurso. Este lenguaje resulta autoritario y
coercitivo .A través de él, el discurso dominador se apropia de los
intereses de todas las clases sociales y se arroga la exclusividad
de definir y organizar los de cada una de ellas. De este modo
obligan a aceptar su opinión privada como opinión pública.
El universo atomizado de la comunicación
• El objetivo del discurso dominante es mantener
dividida a la sociedad. No importa si en la
comunicación el discurso dominador se
encuentra a la ofensiva o a la defensiva.
• El discurso dominante consigue esta
atomización con la proliferación de revistas
especializadas dirigidas a públicos diversificados
de las diferentes clases sociales con el objetivo de
mantenerlos incomunicados, divididos y, a la
postre, dominados.
La colonización publicitaria
• De todos los lenguajes comunicativos quizá sea
el publicitario el que más coacciona al receptor.
En él se junta el lenguaje mercantil con el
lenguaje de la supuesta creencia de que es el
consumidor quien manda sobre el producto. En
él se unen, supuestamente, el productor con el
consumidor. Nada más lejos de la realidad.

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