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CENTRO DE ESTUDIOS UNIVERISITARIOS VIZCAYA DE LAS

AMERICAS

“TENDENCIAS
RECIENTES A UN NUEVO
INTERVENCIONISMO
ESTATAL”
Desde la ‘imposición’ del modelo neo-liberal en Latinoamérica,
la actual situación política invita a una reflexión sobre lo que
parece ser una tendencia indesmentible: la emergencia de
fuerzas políticas de centro-izquierda como balance de las
políticas económicas neoliberales surgidas en los 90’s.

Primero fue la experiencia asiática del crecimiento guiado por


las exportaciones ( 60’s y 70’s ) Luego en los 80’s las
experiencias de EE.UU.., Inglaterra y Nueva Zelanda. No fue
extraño, entonces, que para 1989 se concretara la idea
‘universalista del éxito’ del modelo ‘neo-liberal’. Así, y como el
resto del mundo, Latinoamérica en los 90’s no quiso y no pudo
estar ajena al cambio.
Los 80’s habían demostrado -en Latinoamérica- que el modelo
‘aislacionista’ había cumplido su ciclo. A diferencia del crecimiento del 6%
experimentado entre 1950-80, la ‘década perdida’ ( 1981-89 ) mostraba un
discreto PIB del 1,8%. Por el contrario, los 90’s – con el modelo ‘neo-liberal’-
fueron testigos de un ‘repunte económico’ que generó un crecimiento
promedio de 3,5%. Los nuevos datos demostraron que el nuevo modelo
superaba los resultados conseguidos durante los 80’s; pero también
mostraron que no se había recuperado el paso de las ‘décadas de oro’
( 1950-80 )

Además, el nuevo modelo ha demostrado – como había sucedido con el


anterior- tener deficiencias. Primero, su vulnerabilidad a los flujos de
capital. Segundo, la extremada ínter-conectividad del sistema, lo cual
permitía transformar crisis económicas locales en globales ( México 1995,
Asia 1997 y Rusia 1998 ) Tercero, el nuevo modelo tampoco resolvió
problemas endémicos como educación, salud y distribución del ingreso;
finalmente, y a diferencia de lo que había postulado, el modelo destruyó
casi por completo la inicial e incipiente industrialización alcanzada entre los
50’s y fines de los 70’s.
Como consecuencia, los países de la región habrían iniciado un
proceso de re-lectura del modelo neo-liberal. Señal de esto ha sido el
cambio experimentado – desde el fin de los 90’s- en las corrientes
políticas que encabezan los gobiernos: Venezuela en 1998 ( Hugo
Chávez – Partido Movimiento de la Quinta Republica de tendencia
Izquierdista ) , Chile en 1999 ( Ricardo Lagos –del Partido por la
Democracia y de tendencia Socialista ) , Brasil en 2003 ( Luiz Inácio
Lula Da Silva – del Partido de los Trabajadores y de tendencia
Socialista ) , Argentina en 2003 ( Néstor Carlos Kirchner –del Partido
Peronista y de tendencia izquierdista ) , Bolivia en 2003 ( Carlos Mesa
– reconocido emenerrista y de tendencia izquierdista ) , Paraguay en
2003 ( Nicanor Duarte –del Partido Colorado pero de la tendencia m á
s conservadora del partido y ligada a una herencia estatista y
populista del Paraguay ) ,
Como consecuencia, los países de la región habrían iniciado un
proceso de re-lectura del modelo neo-liberal. Señal de esto ha sido
el cambio experimentado desde el fin de los 90’s- en las corrientes
políticas que encabezan los gobiernos: Venezuela en 1998 ( Hugo
Chávez – Partido Movimiento de la Quinta Republica de tendencia
Izquierdista ) , Chile en 1999 ( Ricardo Lagos – del Partido por la
Democracia y de tendencia Socialista ) , Brasil en 2003 ( Luiz
Inácio Lula Da Silva – del Partido de los Trabajadores y de
tendencia Socialista ) , Argentina en 2003 ( Néstor Carlos Kirchner
– del Partido Peronista y de tendencia izquierdista ) , Bolivia en
2003 ( Carlos Mesa – reconocido emenerrista y de tendencia
izquierdista ) , Paraguay en 2003 ( Nicanor Duarte – del Partido
Colorado pero de la tendencia m á s conservadora del partido y
ligada a una herencia estatista y populista del Paraguay ) ,
Sin embargo, el proceso no ha estado exento de profundas crisis de
carácter social, política y económica. En Venezuela Hugo Chávez llegó al
gobierno apoyado por el partido popular ‘Movimiento de la Quinta
República’. Desde su arribo al poder , Chávez ha promovido políticas
públicas que han intentado reformar áreas sensibles para el sector privado
venezolano como para los intereses de las transnacionales
(principalmente del sector petrolero y del sector agrario ); y se ha
declarado contrario a los planes económicos promovidos por el FMI y el
Banco Mundial.
En el caso de Brasil, la llegada en 2003 de Luiz Inácio Lula Da Silva al
gobierno ha sido también interpretada como una ‘reacción’ al
neoliberalismo. Lula Da Silva, quién recibió el apoyo del ‘Partido de los
Trabajadores’, reemplazó a una heterodoxa coalición política integrada por
dos partidos de centro-derecha ( Frente Liberal y Partido Laboral Brasilero
) y el partido social-democrático. Para Lula Da Silva, Brasil ha sido
expuesto ( por el neoliberalismo ) a recetas económicas desastrosas, las
cuales han dañado su capacidad productiva, debilitado la habilidad del
estado para regular las fallas de mercado e incrementado su
vulnerabilidad a las presiones y crisis internacionales.
En el caso de Argentina el cambio ha sido dramático. Sólo en
2003 con la llegada de Néstor Carlos Kirchner – y luego de un
alto costo social, político y económico- la nación ha logrado
ordenar y reorientar su modelo de crecimiento económico.
Kirchner, desafiando los ‘consejos’ y ‘recomendaciones’ de las
instituciones financieras internacionales anunció un cambio
severo en las bases del modelo de crecimiento económico.
Bolivia, por su parte, está en la disyuntiva de proseguir
con su idea de apertura a través de la ‘capitalización’ o dar el
paso ( forzado por los intereses y las presiones de las
transnacionales ) hacia un estado mas profundo de
‘privatización’. El dilema para el actual presidente de Bolivia
Carlos Mesa no es sencillo de resolver. Mesa fue investido como
presidente en el convencimiento de que temas tan sensibles
como los acuerdos de libre comercio, la ley de hidrocarburos y la
re-nacionalización de las empresas consideradas estratégicas
serían resueltos a favor de la sociedad boliviana y no en pro de
los intereses del modelo neo-liberal.
No queda claro si ha sido una coincidencia, una paradoja o
consecuencia del repunte de la economía internacional, no
obstante los cambios experimentados en las líneas ideológicas
de los distintos gobiernos han coincidido con un repunte en las
economías de la región. Argentina creció 8.2% en 2004 ,
poniendo fin a cuatro años de desaceleración económica ( – 4.9%
entre 1999 y 2002 ) Brasil creció un 5,2% en contraste con el
moderado 3.4% alcanzado entre 2001 a 2003. Venezuela, por su
parte, alcanzó un crecimiento del 18% recuperándose del –9.7%
de 2003. Y Uruguay ( quizás empujado por el repunte de
Argentina y Brasil ) creció un 12% dejando atrás el promedio de –
5.4% experimentado entre 1999 y 2002.
Mas allá de los resultados económicos, para
Latinoamérica este nuevo escenario es sin duda- un
enigma, desde que aún no esta claro si es que estamos
presenciando sólo a una ‘calculada ilusión’ creada por
el poder cambiante y amoldable del neo-liberalismo o
estamos en presencia de una real ‘nueva centro-
izquierda gobernante’ que tiene como su principal
objetivo el ‘humanizar’ el ya probado sistema ‘neo-
liberal rentista’ o el intentar cambiar totalmente el
actual sistema cerrando un ciclo.
“GRACIAS”

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